Te encontré en la esquina bebiendo una cerveza fría sentado en el mojón de la vereda de Pipo, me contaste que no tenias lo que comer y la bebida te llenaba el estomago.
Por la mañana habías venido a mi casa a reparar el techo.
Habías nacido en las islas del Paraná, cerca de Zarate, y habías criado a tus hermanos. Luego de que tu padre muriera, tu madre se junto con otro señor, que los maltrato a todos. Huiste y te juntaste con una mujer, pero antes criaste a todos tus hermanos menores que vos.

Con tu mujer tuviste dos hijas, hasta que se rumoreaba en las islas que ella picaba en otro redil.

Se las llevo a otro lugar. Luchaste varios años para recuperarlas. Fuiste a una trabajadora Social que arribo a la conclusión que serias padre soltero, las niñas estuvieron en un hogar de transito mientras tanto.
Ahora ya tienen 15 y 13 años y están con vos. Pero no tenes donde vivir, porque te echaron del lugar que usurpaste. Vinieron una parva de dueños a reclamar el sitio, te amenazaron con denunciarte a la policía y tuviste miedo. Huiste de nuevo con tus hijas, y aquí estas, en el techo de mi casa borracho y solo.

Mientras hay personas que van a la Ultra y consumen música electrónica pagando 350.000 pesos cada entrada y bailar al son de la música horas y horas con anfetaminas, éxtasis y MDM, vos te tomas una birrita tras otra y eso está muy mal visto.
Solo los elegidos beben vino de marca, y se drogan con cocaína que pueden pagarla.

Recuerdo haber estado en el crucero MSC poesía, cuando Gracielita Tazzi: Convido a todos los pasajeros, con champagne del bueno por el cumpleaños de un mozo. Algunos no habituados al champagne bebieron cerveza.
Ella los miraba con un asco nauseabundo.
¿Como alguien podía querer beber cerveza antes que al champagne extra brut?

Ella misma había bajado en Rio de Janeiro, a comprar regalitos con una mochila llena de dólares verdes, la recuerdo muy bien porque estaba antes de mí. Le entrego al empleado la mochila entera.
Le dijo que era mucho dinero pero ella le respondió;
_es para los gastos_
¿Si no es lavado d dinero, díganme qué es?

Hay una habilidad para los heredados de estas tierras de caer parado en cualquier circunstancia, Gracielita llevaba 5 valijas con su ropa más exquisita, y su Iphone 16, y sacaba foto a los delfines, que se acercaban al crucero.
Mientras nosotras no dejábamos entrar a la habitación al mozambiqueño, porque teníamos desparramadas las valijas y no se podía entrar por la puerta, del camarote, observamos atónitas que los demás en las piletas tenían unas toallas anaranjadas.

Ahí descubrimos que las dejaban en el camarote, que teníamos con balcón al mar. Eso sí que era vida, pero tenía otro costo.
Había pagado el crucero en cómodas cuotas con la tarjeta de crédito de mi hija, que cuando me dijo “es que eso no era para mí”, que era proletaria, descubrí con todas mis ganas de burguesa que si quería ir.
Allí si que la pasamos bomba, sin decir bomba, que pueden ser los palestinos o israelíes, bien digamos muy bien, como gente de alcurnia.
Nunca mas iré a un crucero, donde la comida se desperdicia, donde hay 1500 tripulantes de diferentes nacionalidades para hacer más confortable la vida de 3000 pasajeros incólumes frente a la injusticia. Hasta se peleaban en la fila del agua.