Los mejores del mundo

El Dueño de Todo convocó a los mejores del mundo y les preguntó:

—¿Qué es lo que hacen mejor?

—Yo soy el mejor en fútbol —dijo uno—. El mundo se rinde a mis pies, y nadie aún supera mis logros.

—Nosotros somos el mejor actor y la mejor actriz del mundo —dijeron otros—. El mundo se rinde a nuestros pies, y nadie supera nuestros logros.

—Nosotros somos el mejor y la mejor cantante del mundo —expresaron—. El mundo se rinde a nuestros pies, y nadie aún supera nuestros logros.

—Yo soy el hombre más rico del mundo —dijo otro—. El mundo se rinde a mis pies, y nadie aún supera mis logros.

Entonces, la luz gris del lado izquierdo del Dueño de Todo les dijo:

—No será por mucho tiempo su reinado. Después de ustedes habrá otros, y después de esos, otros más. Nada es perpetuo, salvo nuestro Señor.

Y la luz clara del lado derecho del Dueño de Todo les dijo:

—Serán pasajeros en ese mundo, pero eternos en el corazón de quienes los aman.

Uno de los mejores del mundo refutó:

—A mí no me importa que me amen realmente. Solo quiero seguir sintiendo la sensación de ser el mejor del mundo, aunque esto no sea para siempre.

Otro dijo:

—A mí el Dueño de Todo me ha dado lo mejor: mi familia me ama, y tengo todo lo que un hombre puede desear e imaginar. Gracias, mi Señor.

Un tercero expresó:

—Yo soy el mejor del mundo porque me he esforzado y he sabido aprovechar las oportunidades. Si han de superarme, será cuando esté muerto. Y con respecto a ser amado... no estoy interesado. En la posición del mejor del mundo ya no te aman, solo buscan sacar provecho de ti.

Y fue así como cada uno de los mejores del mundo dio su parecer.

El Dueño de Todo los escuchó a cada uno y, al final, les dijo:

—Su esfuerzo, su determinación, su inteligencia, su pasión y su talento, sumados a un buen corazón, les harán perdurar un buen tiempo... lo suficiente para mantenerse en lo alto. Sean felices haciendo felices a los demás, utilizando sus desbordantes recursos que, al igual que su fama, tienen caducidad.
Los espero en la sonrisa de un niño, en la inspiración de un joven, en las risas de las multitudes.
Los espero en lo bueno... y con eso quiero decir: en el amor que puedan dar.

Entonces, todos volvieron al mundo a seguir con su vida. Algunos buscaron el amor en sus acciones. Otros no lo hicieron.

El Dueño de Todo aún los espera.

El mejor del mundo
El mejor del mundo es el amigo que te da la mano cuando estás en aprietos.
El mejor del mundo es el padre y la madre que se esfuerzan por cuidarte.
El mejor del mundo es el hermano que te aconseja para bien.
El mejor del mundo es el doctor que te salvó la vida.
El mejor del mundo es el policía que te protegió ante el peligro.
El mejor del mundo es aquel que, con sus acciones, da lo bueno al mundo.

¿Y de qué mundo estoy hablando? Pues del mundo de cada uno.
Porque cada uno de nosotros es un mundo de sueños, problemas y anhelos.

Sepamos apreciar a los mejores del mundo en nuestras vidas.

Dios los bendiga.