Me quito el rostro y lo dobló
Encima del pantalón


Elegía


Debería decir, que no tengo nada que decir
Cuando las palabras sobran porque los silencios hablan
Cuando los Cipreses y los Ciruelos florecen y se secan
Cuando los Aromos pintan de amarillos los arboles y luego caen al suelo dejándolos desnudos
Cuando llega el invierno y comienzan a llover recuerdos
Entre humedades y silencios
Entre bruma llenas de ausencias
Cuando la palabra muere entre los labios
y la mente errante vaga perdida entre la niebla
El amor perdió el rumbo en sus laberintos
Es el momento de ser
Es el momento para estar
Ah, este misterio que llamamos vida
Esta existencia que debemos padecer
Esconde su secreto en los susurros que trae el viento
Este viento que murmura al oído
Los Fantasmas se sientan a la mesa
Solo en mi casa, acompañado de violines
Me quito el disfraz
Lo dobló y lo dejo a los píes de mi cama
Entonces me acuesto para cerrar los ojos esperando despertar
Las palabras entonces se derraman por mis ojos
De mis labios moribundos
Fluyen a raudales como agua de un grifo
Inundando la habitación
Ahogándome de mi mismo
Ahogándome en mi mismo
Pronunciando nombres como conjuros
Mientras las corrientes arrastran mi existencia
Llevándome lejos
Para no llegar a ninguna parte
a la deriva de un mundo indolente
Ausente y doliente


Randal Tor