Estiro la mano y acaricio este silencio manso.
Donde se acaban las palabras,
empiezo a reconocerme:
Soy la tarde agazapada esperando al cielo.
De a versos, desnudo el alma.
Me encuentro.
Te encuentro.
Esquivo los relojes de la vida
para volverme inmortal.
Ya encendí la luz del asombro.
Intuí en el verano la rosa, su perfume.
Huelo lo que me queda de tiempo:
es poco,
y es mucho
para tanta vida.
Texto agregado el 14-04-2025, y leído por 49
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
15-04-2025
Justo estaba leyendo sobre el silencio y lo paradójico que es describirlo, porque para que se entienda de que voy a hablar del silencio debo comenzar por romperlo.
Saludos Legnais
15-04-2025
Nunca sabremos si el tiempo que nos queda va a ser mucho o poco, eso lo dirá el mismo tiempo. Mientras tanto saborea el silencio que suele ser sabio. Saludos. ome
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