Estos textos breves casi son lugares comunes, aun así, no me resistí a la tentación de escribirlos.


Leer un libro representa un deleite especial. Soy ciego, ¿el deleite para mí también sería leer o tactear?

Soy descendiente de un rey, pertenezco a la nobleza. Soy de sangre azul. ¿Entonces por qué cuando llego a cortarme, la pinche sangre siempre sale roja?

Cuando le pregunto a la mujer que amo si me ama, siempre dice que me ama. Cuando ella me pregunta si la amo, siempre le digo que la amo. ¿Esa repetición constante de te amo o me amas, acaso no desgasta poquito a poquito ese sentimiento profundo que sentimos el uno por el otro?

Basta de hipocresías, sí, confieso que me gustan los libros de Harry Potter y por eso compré en la reciente Feria del libro mi varita de acebo con núcleo de pluma de fénix para defenderme de ti. Así que “Abadaquedabra”, Voldemort.

Una última pregunta señor sepulturero. ¿Estoy vivo o muerto?... Sí, sí, ya sé, estoy muerto.