TU COMUNIDAD DE CUENTOS EN INTERNET
Noticias Foro Mesa Azul

Inicio / Cuenteros Locales / raulato / El imperio de la marraqueta añeja

[C:622277]

El imperio de la marraqueta añeja

En mi niñez, la mesa estaba comandada por mi abuela, y mi padre era el rey. Mi abuela, suegra de mi padre, fue durante mucho tiempo la ecónoma y administradora de la cocina mientras ella y su familia vivieron con nosotros. Para la hora del té, nos mandaba a comprar marraquetas bien crujientes y tostadas, pero luego las escondía y nos decía con total convicción:

—Cómanse el pan de ayer antes de que se añeje.

Así, todos los días. El pan nunca se renovó, siempre fue antiguo.

Como éramos tantos en casa, mi abuela se volvió experta en repartir la comida. Al pollo asado lograba sacarle ocho presas, a veces hasta doce, y se jactaba de ello con orgullo. En los días de feria, mis primos y yo robábamos un gajo de uva de los que escondía en el ropero, pero no importaba cuánto intentáramos disimular, siempre se daba cuenta. Nos negaba la tapa de una marraqueta con mantequilla a media mañana, diciendo que era una grosería. Y ni hablar de pedir un huevo frito; eso nos garantizaba un palmetazo.

Con el tiempo, la casa se normalizó… o mejor dicho, la cocina y la despensa. Volvimos a ser los cuatro originales: mis padres, mi hermana y yo. Quizás como reacción a los años bajo la administración de mi abuela, mi hermana y yo desarrollamos una extraña compulsión por comernos todo. Cuando visitábamos otras casas, las paneras pasaban susto.

El pollo asado del domingo, plato típico de mi juventud, se trozaba de manera exacta en cuatro partes. A mí me tocaba la pierna larga y corta en una sola pieza, y a mi hermana, la otra pierna, el otro cuarto del pollo. Esta tradición duró hasta que yo cumplí diecisiete y ella catorce.

Pero parece que mi hermana quedó más afectada que yo por aquellos años. En cada almuerzo de domingo, asumió el papel de árbitro gastronómico: se encargaba de dividir geométricamente las ensaladas, el postre y, lo más llamativo, la bebida. Tomaba la botella de litro, alineaba cuatro vasos y los llenaba hasta el mismo nivel, sin margen de error. Con el tiempo, la ceremonia se volvió desagradable.

Para neutralizar su obsesión, mi padre afirmaba que ambos sufríamos de "tontera crónica". Pero aquello era injusto, porque a mí no me importaba la igualdad exacta en los platos. Lo que sí me molestaba era no poder elegir. No me gustaban ciertas ensaladas, especialmente las cocidas: betarragas, coliflor y otras. Sin embargo, no podía servirme solo lechuga, tomate, apio o repollo, porque mi padre, con la autoridad que solo ejercía en la mesa, insistía en que los platos debían ser idénticos. Si el repollo se aliñaba con vinagre o con limón, dependía de la voluntad de mi hermana. Ni pensar en prepararme una fuente aparte.

Pero lo peor era que, pese a sus discursos sobre equidad, mi padre tampoco era justo. Me gustaba dejar la ensalada para el final, pero cuando estaba a punto de servírmela, mi hermana alegaba que se le había acabado, y mi padre, sin dudarlo, tomaba mi plato y se lo pasaba. Lo mismo ocurría si dejaba un trozo de pollo para después:

—Si lo dejas, ya no es tuyo —advertía.

Y mi hermana, por supuesto, se encargaba de hacerlo desaparecer.

Ella nunca salía los domingos. No estaba dispuesta a perderse semejante banquete. Sin embargo, una vez se ausentó por dos semanas en un viaje de estudio. Antes de partir, su tontera llegó al extremo de exigir que le guardaran sus porciones de pollo, alegando que ya había hecho los cálculos. Por suerte, mi madre respondió con ironía, y yo me abstuve de sumarme al jolgorio, no fuera a ser que mi padre reaccionara.

Cuando volvió, el almuerzo dominical trajo una sorpresa inesperada. Mi padre, con aire solemne, sacó del horno una bandeja con tres piernas de pollo asadas. Mi hermana, emocionada y desafiante, las contó una por una, sonrió con satisfacción y se burló a mandíbula batiente.

Yo solo me quedé paralizado, observando en silencio. Era solo el comienzo.

Texto agregado el 15-03-2025, y leído por 170 visitantes. (2 votos)


Lectores Opinan
18-03-2025 ¿Cómo seguirá este asunto? Me intriga. Glori
16-03-2025 Espero la continuación! Está bien narrado y como según lo dices al final, es sólo el comienzo, esperaré, saludos. ome
 
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login


[ Privacidad | Términos y Condiciones | Reglamento | Contacto | Equipo | Preguntas Frecuentes | Haz tu aporte! ]