Miro la gente que pasa
cargando su llovizna
apenas visible.
Las manos van perdidas
en bolsillos zurcidos
para no extraviar
el último sueño.
El aire es húmedo
Se respira cansancio
sobre las aceras entumecidas.
Los pasos ciegos
arrastran sus rutinas perpetuas
condenadas a ir y venir
por la indiferencia.
Las calles transpiran hastío
que viaja amortajado
sin nada que esperar.
Entonces la noche
que se deprime
y luego intenta distraerse
con los mismos ritos.
Ojalá la mañana se atreva
a verse en el espejo
y empezar de nuevo.
Texto agregado el 06-03-2025, y leído por 61
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No lo dudes, siempre hay un nuevo comienzo, a pesar de la rutina y el hastío todas las mañanas volvemos a despertar, eso sí, hay fecha de vencimiento para cada uno de nosotros, pero tratemos de seguir adelante olvidando el futuro. Saludos. ome
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