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El lado oscuro.

Hoy es un día muy especial en la vida de la familia Suarez, su hijo menor cumple dieciocho años, casi casi lo que correspondería a los quince de una chica y piensan festejarlo con una fiesta.
La familia Suarez tiene tres hijos, todos varones Ignacio de veinticinco años, profesor de matemáticas, Horacio de veintidós, estudiante de arquitectura y Lucas el cumpleañero.
De más está decir que a Lucas no le agradaba mucho la fiesta, decía que sus compañeros de la facultad iban a reírse de él, hablando con sus padres les dijo que dejaran la fiesta y si querían darle algo que le pagaran un viaje.
Tanto insistió el muchacho que decidieron festejarle en la casa con la familia y darle dinero para que viajara un poco más adelante.
Lucas solía salirse con la suya, estaba acostumbrado a que lo mimaran más de la cuenta, sus hermanos despectivamente le llamaban el bebé de mamá y era cierto, quizá por ser el menor o quizá porque presentían que no sería igual a sus ellos.
El sábado la madre organizó su cumpleaños e invitaron a alguno de sus amigos y a los parientes cercanos. Entre sus compañeros estaba una joven de su misma edad la que fue presentada a sus padres como novia.
A pesar de la simpatía de Lorena, su novia, a Sandra, su madre, no terminó de agradarle, pensaba que eran demasiado jóvenes y que la chica era todo lo contrario de lo que era Lucas.
Ese día pasaron muy bien, hasta la hora que iba a cortar la torta.
Lorena levantó la copa que tenía en su mano y quiso hacer un brindis y lo que dijo no cayó muy bien entre la familia.
---Quizá esta sea la última vez que festejemos el cumpleaños de Lucas acá, la semana que viene nos vamos de viaje y tal vez nos quedemos por ahí, nos encanta viajar a los dos.
Lucas apenas podía mirar a sus padres, sabía que no era eso lo que ellos querían y cambió el tema de la conversación, pero ellos ya se habían dado cuenta el motivo de no querer una fiesta y si un viaje.
Cuando todos se marcharon la tensión era muy grande y todos se daban cuenta, pero sus hermanos comenzaron a hacer bromas y el asunto por el momento se olvidaba.
Al día siguiente Roberto, el padre quiso hablar a solas con su hijo, pero éste le dijo que llegaría tarde a la facultad y se marchó.
De ahí en más la casa cambió, nada era lo mismo, Sandra siempre con los ojos llorosos y Roberto de mal humor.
Lucas trataba de no estar en su casa más que de noche y si alguno de sus padres le hablaba con los auriculares puestos era imposible que les escuchara su música siempre era demasiado fuerte.
Pero, no todo estaba perdido, aún no le habían dado el dinero del viaje y según lo que Lucas les dijera, en una semana tendría que sacar los pasajes.
Faltando pocos días, Lucas les pidió el dinero a sus padres, pero nunca imaginó lo que le esperaba.
La charla con los padres fue corta, no le darían el dinero para irse, sabiendo que abandonaría la facultad, la familia y todo por un capricho de juventud, le dijeron que Lorena no era lo que ellos pensaban que debía ser una muchacha y que si él quisiera irse estaba en todo su derecho, pero que no contara con ellos.
Lucas nunca pensó en esa posibilidad y enfurecido salió a la calle a encontrarse con su novia.
Lorena parecía haber recibido un balde de agua helada, aunque le dijo que ella conseguiría el dinero y se irían los dos como lo habían planeado.
Esa noche Lucas no volvió a su casa, se quedó con la novia hablando e intentando ver de qué modo lo conseguirían.
La casa de Lorena estaba cerca de la de Lucas y allí pasaron la noche, los padres de ella ni se enteraron, pensaba Lucas, aunque además no les hubiera importado estaban acostumbrados a que su hija trajera a sus amigos que solían quedarse a dormir.
Los padres de Lucas estaban acostumbrados a que nadie traía a nadie para quedarse a dormir, pero se daban cuenta de que la crianza de unos y otros hijos eran muy diferentes, lo notaron cuando Lorena hablaba, no era una chica de buena familia.
Uno de los compañeros de Lucas llamó por teléfono a Sandra para saber por qué no había ido a la facultad ya que no contestaba el celular a lo que Sandra le contó al muchacho lo que sucedía y que estaban muy preocupados.
El amigo de Lucas le dijo que en cuanto supiera algo de él, la llamaría.
Tampoco podían llamar a la policía, había cumplido la mayoría de edad y podría pasar una noche fuera de su casa sin avisar.
Pero, los días fueron pasando hasta que un día Roberto recibe una llamada a su celular donde la comunicaban que si querían volver a ver a su hijo depositaran una equis cantidad de dinero en una cuenta del banco que ellos le dirían y después lo volverían a ver.
Roberto era un hombre muy inteligente, trabajador y para nada crédulo, había conseguido todo lo que tenían con mucho esfuerzo y no permitiría que nadie se lo robara y menos aún su propio hijo, pensando que quizá era algo planeado por los dos, para obtener el dinero y viajar.
A pesar de lo que Sandra le pedía, él no estaba dispuesto a pagar, su hijo era inteligente y sabría resolver su situación sin ayuda.
A todo esto, las cosas no eran tal cual creía Roberto.
La noche que Lucas se quedó con Lorena había sido muy diferente a lo que se suponía, a la mañana siguiente, Lucas imposibilitado de moverse se retorcía en una silla atado de pies y manos sin entender nada de lo que estaba sucediendo, un fuerte dolor de cabeza no le permitía pensar y creyendo lo peor, llamaba a Lorena la cual apareció para decirle que se callara, que por más que gritara nadie vendría, sus padres irían al banco a retirar lo que les iban a dar por el rescate y luego si estaban de buenas quizá lo dejaran vivir.
El mundo de Lucas se le vino abajo en un instante y lamentó haber sido tan idiota dejando de lado el verdadero amor de su familia por alguien que resultó ser tal cual pensaba su madre y se recriminaba a sí mismo por cómo les había pagado toda una vida de enseñanza.
Lo que Sandra no sabía era que Roberto desde el primer día pidió a unos amigos jueces como él, que vigilaran de cerca a Lorena y que apenas los raptores salieron de la casa, la policía cayó sobre ellos rescatando así a Lucas que esta vez lloraba como un niño pidiendo perdón a su padre.
Luego de un tiempo, cuando todo volvió a la normalidad, Lucas de vuelta estudiando y en su casa, Sandra reunió a la familia para darles una noticia, se acercaban las vacaciones y las licencias y la familia entera se iría de viaje, algo que a todos agradaba.
El lado oscuro de Lucas desapareció para no volver jamás, quizá aquello no fue más que una prueba y de ahí en más el verdadero Lucas sería lo que tanto le habían inculcado, un hombre de bien.
Omenia
5/2/2025

Texto agregado el 10-02-2025, y leído por 51 visitantes. (4 votos)


Lectores Opinan
11-02-2025 Una historia con final feliz. Desafortunadamente no todas terminan así. Raptos, secuestros, desapariciones, ien que duele saber que haya tanta gente mala capaz de comer estos delitos. Buen cuento, querida Ome. maparo55
11-02-2025 Una gran historia que me lleno de paz. Abrazo Lagunita
11-02-2025 Ome, ojalá todas las historias de rapto o de privación de la libertad terminaran como en tu cuento. En mi país es lo contrario. Las vida de leccioones , en uno está aprender o no aprender. Abrazo gande. sendero
11-02-2025 Ome, ojalá todas las historias de rapto o de privación de la libertad terminaran como en tu cuento. En mi país es lo contrario. Las vida de leccioones , en uno está aprender o no aprender. Abrazo gande. sendero
10-02-2025 Hermoso texto Ome, me encantò disfrutar de la lectura. Un abrazo¡ Mayte2
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