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El profesor de algoritmos I

Sus más de 15 años desarrollando software lo estaban aburriendo. La rutina lo hacía sentirse como una máquina antigua que pronto dejaría de ser requerida. Y esto coincidió con que no se había puesto al corriente de las necesidades actuales. Ya desarrollar software no era necesario; ahora el desarrollador era un gestor y debía conocer a fondo el negocio, negociar con clientes, asistir a interminables reuniones, manejar proyectos con diligencia. Todas estas actividades nunca le habían gustado a Vasco. Después de probar suerte como líder técnico en el banco más prestigioso del país, se juró no volver a caer en ese juego agotador de planificaciones, reuniones dobles y solicitudes urgentes de usuarios impacientes. Antes podías ser exclusivamente técnico, dedicado a programar en Java sin tener que lidiar con la gestión y la burocracia. Pero ahora los tiempos exigían ser más que un experto en código: había que ser empresario, negociador y, a veces, hasta psicólogo, porque el hombre siempre generaba problemas.

La inteligencia artificial programaba en Java, C# y todos los demás lenguajes, mientras que el hombre solo era un revisor, un gestor, un intermediario. Las ofertas de trabajo ya no buscaban genios de la programación, sino candidatos con habilidades como comunicación efectiva, negociación, manejo de emociones, resolución de conflictos, persuasión y otras tantas habilidades blandas. Eso era lo que ahora requerían para el puesto de especialista en Tecnologías de la Información.

Vasco se sintió viejo para afrontar la realidad, hasta que un día le dijeron: "Ya no te requerimos, has sido un gran elemento, muchas gracias". A todos les llega la hora, pensó. Por suerte, tengo una maestría con la cual podré ejercer la docencia.

Y así, el mundo perdió a un programador y ganó a un profesor de una materia oxidada como Algoritmos I. Vasco se convirtió en un buen docente, explicaba con claridad, inspiraba a sus alumnos. Pero en las noches, cuando corregía exámenes y veía a sus alumnos resolver problemas que ya nadie pedía en el mundo real, se preguntaba si acaso, en algún rincón del mundo, aún quedaba un lugar para alguien como él.

Texto agregado el 08-02-2025, y leído por 42 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
09-02-2025 El lugar está, donde te lleve el corazón. spirits
 
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