He probado la sal de los labios;
Alquimia de dolores en vuelos rasantes
Como el alma misma dando gemidos
En medio de la nada:

He acariciado mejillas
Que son más deliciosas
Que cualquier colibrí en flor

(como las mañanas del amor en pleno invierno)

Y esos recuerdos de la piel
De la lengua;
Recuerdos viscerales
Atormentan mis huesos que no paran

Sucumbe el adobe de mi estructura
Cada noche en agonía
(sin saber si esos ojos pestañean)

Estiro mis manos queriendo llegar al ángel
Mis dedos son de árbol;
Mis gritos son relámpagos que se apagan
Mis lágrimas son el lenguaje que entre los dos hablamos

Acurrucado entre las cortinas desconocidas
Está mi cuerpo que no duerme,
Como esperando un sol nacido dentro del sol
Como flores que explotan en pájaros

(espero los meses como carreteras que se pierden)