No eras ni más ni menos a la mujer que soñé primero y después de un mes conocí donde menos esperaba. Tus besos fueron más dulces que los besos soñados por primera vez tu forma de acariciar sin pudor superó a las caricias soñadas. Primero tuve que soñarte en mi piel sentirte luego y arder contigo en el fuego que nos devoró la piel y el alma. Cuando la hoguera del amor estaba a punto de apagarse con caricias volvía a encenderse y provocaba un incendio de amor. Si no hubieras aparecido en mi sueño no estarías aún en mis brazos tal vez estaría escribiéndole versos a un fantasma que desaparece. Ninguna historia parte de cero hay historias que parten de un beso la nuestra partió de un sueño intenso ahí nos poseímos por primera vez. Después de soñarte corrí a buscarte a ciegas cuál no sería mi sorpresa que estabas tocando a mi puerta. PEDRO MORENO MORA
Texto agregado el 22-01-2025, y leído por 54 visitantes. (14 votos)