...y comieron perdices.
- Pero todo el santo día no puedes estar con una mano encima de la otra; por mucho Juan sin miedo que seas. Busca trabajo. Haz algo, que ya no me trago el cuento de que nadie quiere ser tu jefe porque no le temes. ¿Qué? Qué psicólogo, ni qué niño muerto. A ti, a ti lo que te hace falta bien lo sé yo: Mano dura. O sácate unas oposiciones, como tu primo el príncipe valiente... Si ya decía mi madre que cuando os extirpan el miedo, se llevan algo más.
Texto agregado el 14-10-2004, y leído por 991
visitantes. (6 votos)