mi cuerpo acompañara tus caricias, hasta el fin de los dias.
cabalgaremos enamorados los caminos del amor, contra viento y tempestades, contra envidias y odios.
nos hecharon los perros, pero pudimos ignorar esos colmillos sedientos, y dar a luz nuestro amor.
nuestro memorial existe, gracias al rincon que dejamos a urtadillas escondido, con esa suerte que corren los musgos, alli donde no hay naides.
sobre este destino divino, que dios nos coloco como un trofeo, construiremos un nido para nuestro hijos, y seremos felices; como en los momentos en que estamos ovillados, carne con carne, herida con herida, y palmo a palmo, respirando la misma borracha embriages.
ya trocado en centauro, con la mitad de cuerpo en el mio, alzare los brazos, y trotare, con efecto, frente al palco, donde los ganadores, dejan su sello en el cemento. |