Siempre en esos instantes
en que me dejo rodear por lo ancestral
esa misma quietud
sólida como un memorial
e igual de ignorada por la multitud,
me sostienes
debajo del cielo inmenso
mientras disfruto tu origen
como si fuera un centinela
al borde del abismo
subiendo a tu altar
sin saber qué decirte.