Este es el texto original
¿Que pasaría si...
¿Qué pasaría si al morir, Dios me diera la oportunidad de regresar a la vida y poder comenzar todo de nuevo y con mi memoria pasada? ¿Sería capaz de olvidar a todas las personas que ame por tener una vida mejor o volvería a hacer mi vida nuevamente tal como la recordaba?
Ahora lo convertí en una historia
Cuando la última luz de vida dejó el cuerpo de Alejandro, lo recibió una luminosidad etérea. Al abrir los ojos, se encontró cara a cara con una figura radiante. Dios mismo le ofrecía una oportunidad única: regresar a la vida, con todos sus recuerdos intactos, para empezar de nuevo.
Alejandro se encontraba en un dilema abrumador. ¿Debería forjar una vida completamente nueva, liberado de los errores y desafíos del pasado? ¿O debería volver a hacer su vida de la manera en la que la recordaba, con todas sus alegrías y dolores? Sabía que olvidar a las personas que amaba podría darle una vida más sencilla y sin remordimientos, pero también sabía que esas mismas personas y experiencias habían dado forma a su ser.
Aquel dilema lo acompañó a lo largo de una caminata en aquel lugar celestial. Las memorias de su vida pasada desfilaban ante sus ojos como una película antigua. Recordó a sus padres, a sus amigos y, sobre todo, a Isabella, el amor de su vida.
Alejandro había conocido a Isabella en la universidad. Desde el primer momento en que la vio, supo que su vida cambiaría para siempre. Compartieron risas, lágrimas y sueños. Juntos, superaron los altibajos que la vida les presentó. Pero también hubo momentos de dolor que, al recordarlos, Alejandro era tentado a querer olvidarlos.
Lentamente, la claridad comenzó a surgir en su mente. La vida no se trataba de ser perfecta o libre de errores, sino de las conexiones y experiencias que compartimos con los demás. Aunque tuvo la posibilidad de tener una vida sin esos momentos de dolor, Alejandro decidió que esas experiencias eran las que le habían dado sentido a su existencia.
Al regresar a la vida, se encontró en el mismo lugar donde había partido. La ciudad estaba en movimiento, y la gente seguía con su rutina diaria. Su primera tarea era encontrar a Isabella. La encontró en el parque donde solían pasear, con un libro en las manos y una sonrisa en los labios cuando le vio.
"Pensé que nunca regresaría", dijo ella emocionada. Alejandro la abrazó con fuerza, sintiendo que, después de todo, había tomado la decisión correcta. En lo profundo de su corazón, sabía que volver a vivir con todos sus recuerdos, incluido el amor y las lecciones aprendidas, era la única forma de sentirse completo. |