En una madruga febril, envenenada
la mujer corrió de prisa
Al encuentro de su amado, que muy solo se encontraba.

Al llamarlo presurosa él la miró sin conocerla
Ella le gritó muy fuerte, él no quería escucharla.
Así por la calle al trote ambos cantaban canciones
Las letras sonaban claras, las voces seguían lejos.

Tras un largo recorrido supieron, que no querían encontrarse así de pronto
Sin tener un nuevo día luego del aquel desencanto.
Sabían de ese amor loco, de todo lo que fue pasando
Tenían el corazón roto, y nada podrían sanarlo.

Quizás los años que pacen, encuentre un tiempo restante donde guarecer sus sueños
Tal vez, jamás sea posible, ni tampoco interesante
ellos solo saben algo, que se amaron con locura, que fueron dos, en solo uno
Que la vida así lo quiso, y jamás podrán amarse… solo será despedida.

A-M-R