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Inicio / Cuenteros Locales / gpalm1990 / El hombre con sombrero de copa 2.0

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Es una versión mejorada de un cuento que escribí hace un tiempo

En una tranquila noche de otoño, mientras dormía profundamente, me encontré en un estado de vigilia paralizante. Mis ojos se abrieron, pero mi cuerpo se negaba a responder a mis deseos. Una opresión angustiosa llenaba la habitación y sentía una presencia malévola acercándose lentamente hacia mí. Era una figura oscura, vestida con un elegante traje negro y un sombrero de copa que proyectaba una sombra ominosa sobre su rostro. Su mano fría se extendió amenazadoramente hacia mi cuello, como si intentara arrebatarme algo vital, se sentía como si estuviera intentando atravesarme el cuello.
Con un esfuerzo sobrehumano, logré liberarme de la parálisis y me lancé hacia adelante, persiguiendo a la misteriosa figura. Cada paso resonaba en eco, aumentando mi desesperación por capturar a mi perseguidor. Sin embargo, en un instante fugaz, desapareció ante mis ojos, dejándome solo en la oscuridad y el silencio.
Mi corazón latía con fuerza y mi respiración agitada rompía la quietud de la noche. Me encontraba en un limbo entre el sueño y la realidad, luchando por comprender el significado de aquel encuentro aterrador. ¿Quién era esa figura encapuchada? ¿Qué pretendía arrebatarme? Las preguntas sin respuestas invadieron mi mente, sembrando la semilla de la duda y el temor más profundo.
La experiencia había dejado una huella imborrable en mi ser. No era la primera vez que experimentaba la parálisis del sueño, pero nunca había sentido una presencia tan tangible y malintencionada. Con el tiempo, comencé a investigar más sobre esta condición, tratando de encontrar una explicación racional para lo que había vivido. Leí sobre las alucinaciones hipnagógicas y cómo el cerebro podía interpretar la parálisis como una amenaza externa. Sin embargo, ninguna explicación científica lograba disipar la inquietud que la figura del hombre con sombrero de copa había dejado en mí.
A medida que los días se convirtieron en semanas, me encontraba pensando cada vez más en ese hombre. No podía sacudirme la sensación de que había algo más profundo detrás de esa experiencia. Así que decidí indagar en la historia de las alucinaciones hipnagógicas y sus posibles conexiones con antiguas creencias y leyendas. Descubrí que en muchas culturas, se creía que entidades sobrenaturales se aprovechaban de los durmientes paralizados, robándoles energía vital o incluso intentando poseer sus cuerpos.
Sin embargo, lo que más me sorprendió fue encontrar menciones recurrentes de una figura vestida de negro con un sombrero de copa. Esta entidad se conocía con distintos nombres en diferentes culturas, como el "Hombre Sombra" o "El Observador Nocturno". Algunos relatos hablaban de personas perseguidas por esta figura a lo largo de generaciones, sufriendo desgracias e infortunios inexplicables. Otros mencionaban encuentros similares en los que la presencia del hombre con sombrero de copa estaba asociada a momentos de cambio en la vida, como advertencias o premoniciones.
Mi curiosidad se transformó en una obsesión. Comencé a reunir testimonios de otras personas que habían tenido encuentros con el hombre de sombrero de copa. Cada relato era único en detalles, pero todos compartían el miedo y la sensación de impotencia ante su presencia. Algunas personas habían logrado superar el impacto de estos encuentros, integrando las experiencias en sus vidas como una especie de revelación personal. Otros, sin embargo, nunca encontraron paz, quedando atrapados en un ciclo de miedo y dudas.
Mi propia vida comenzó a tornarse enredada en una red de miedos irracionales y sombras que parecían acecharme en cada esquina. Dormía mal, siempre vigilante, esperando el regreso de la figura misteriosa. Mis amigos y familiares empezaron a preocuparse por mi comportamiento cada vez más errático y mi obsesión con el hombre de sombrero de copa. Traté de explicarles, pero la mayoría simplemente pensaba que estaba estresado o necesitaba descansar más.
Desesperado por respuestas y un cierre, decidí buscar a un especialista en sueños y fenómenos paranormales. Encontré a la doctora Elena Castillo, una psicóloga reconocida con experiencia en la investigación de sueños lúcidos y parálisis del sueño. Elena había trabajado con personas que reportaban encuentros nocturnos con entidades desconocidas y tenía un enfoque único, fusionando la psicología tradicional con la interpretación simbólica.
Durante nuestras sesiones, Elena me ayudó a desentrañar algunos de los miedos subyacentes que habían aflorado tras mi experiencia. Exploramos mi historia personal, mis ansiedades más profundas y las conexiones simbólicas que mi mente había hecho entre la figura del hombre con sombrero de copa y mis propios sentimientos de vulnerabilidad y desamparo. Estas sesiones me proporcionaron una nueva perspectiva sobre la experiencia, permitiéndome ver el encuentro desde un ángulo diferente.
Elena también me enseñó técnicas para aumentar mi control sobre los sueños y enfrentar la parálisis del sueño de una manera más tranquila y segura. Practicamos ejercicios de relajación, visualización y respiración profunda. Poco a poco, comencé a sentirme más empoderado para manejar los episodios de parálisis del sueño y, aunque las alucinaciones no desaparecieron por completo, su impacto emocional se redujo significativamente.
Una noche, después de meses de trabajar con Elena, tuve un sueño lúcido en el que me enfrenté al hombre con sombrero de copa una vez más. Esta vez, en lugar de sucumbir al miedo, mantuve la calma y decidí confrontarlo.
Nos encontrábamos en un espacio oscuro y nebuloso, la figura estaba allí, con su enigmática presencia. Me acerqué lentamente, con el corazón latiendo pero la intención firme. Al estar cara a cara con él, sentí una paz y una claridad que no había experimentado antes. Le pregunté directamente quién era y qué quería de mí.
Su respuesta no fue verbal, pero sentí como si una corriente de comprensión fluyera entre nosotros. Las imágenes y sensaciones se entrelazaron en mi mente, revelando que el hombre con sombrero de copa no era una entidad maligna, sino una manifestación de mis propios miedos y traumas almacenados en el inconsciente. Esta figura había emergido para obligarme a enfrentar esas sombras internas y encontrar una forma de reconciliarlas.
Desperté con una sensación de alivio y liviandad que no había sentido en mucho tiempo. Conté a Elena sobre mi sueño y ella sonrió, reconociendo el progreso que habíamos hecho. Con el tiempo, las visitas del hombre con sombrero de copa disminuyeron y, aunque todavía aparecía de vez en cuando, ya no me provocaba el mismo terror.
Poco a poco, retomé el control de mi vida. Mis noches se volvieron menos inquietantes y más reparadoras. Mis días, más tranquilos y llenos de propósito. La experiencia, aunque perturbadora, me había enseñado valiosas lecciones sobre la resiliencia y la capacidad humana para enfrentar y superar los miedos más oscuros. Y aunque nunca olvidaré al hombre con sombrero de copa, aprendí a verlo como una parte de mi propio viaje hacia la sanación y el autoconocimiento.
El hombre con sombrero de copa ya no era una sombra amenazante, sino un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de nuestra voluntad y coraje puede guiarnos hacia la claridad y la paz. Viví la experiencia como una oportunidad para crecer, enfrentar mis debilidades y comprender mejor la complejidad de mi mente. Ahora, cada vez que llega el otoño y las noches se tornan más largas y misteriosas, puedo mirar hacia la oscuridad con una confianza renovada, sabiendo que ya no temo a las sombras que habitan en mi interior.

Texto agregado el 11-01-2025, y leído por 85 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
13-01-2025 Estupendo. Pienso que a veces el inconsciente nos pone a prueba, algo hay para resolver o modificar, y de alguna manera surge de imprevisto, disfrazado en un acontecer onírico donde la actividad mental suele manifiestarse confusa. Lo bueno es no quedarse con esa sensación desagradable y buscar las causas o motivos. Bien por ti, valioso aprendizaje. Shou
13-01-2025 —En el mundo de los sueños nuestra siquis deambula sin limites ni fronteras, es libre. Y en esa liberad a veces vivimos aventuras tenbebrosas de las que queremos rapidamente despertar, pero otras veces nos vemos en mundos placenteros en los que queremos permanecer, incluso si despertamos o nos despiertan, buscamos la forma de seguir en el sueño. —Así es la dimensión onírica. —Saludos vicenterreramarquez
11-01-2025 Disfruté de la lectura que me sirve de estímulo para escribir una experiencia similar que tiene todavía gran influencia sobre mi. Ishmael te dice"prosa impecable" estoy de acuerdo pero por allí hay un mal gerundio u otras cosas que descubrirás solo. Aquí está el mal gerundio "Me acerqué con el corazón latiendo" también "conté a Elena" no suena correcto .Bravo! Ninive
11-01-2025 Excelente texto Muy bien construido, luego de una o dos lineas el lector queda atrapado por el misterio El relato fluye natural con tu prosa como siempre, impecable, me recordó algunas historias y otros autores, pero no te voy a ofender haciendo una comparacion Muy bien Ishamael
 
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