El pulso va más allá de la noche,
incluso sin carreteras desiertas,
a veces basta con ser un peregrino
como en aquellos días mejores
en los que nos adelantaba el abandono,
deleitarse batiendo las alas,
a un costado del mar,
sin pensar en los amaneceres
que habitaremos en camas desiertas
y las estaciones que pasarán como trenes
en el estruendo de la rutina inquieta.
Texto agregado el 09-01-2025, y leído por 50
visitantes. (4 votos)
Lectores Opinan
10-01-2025
Coincido con Gsap
Es un derroche de melancolía Ishamael
10-01-2025
Tu poema posee una cadencia parsimoniosa y un marcado sello de melancolía me encanta. Gracias. Gsap
10-01-2025
Interesante texto. Con imágenes originales. Muy bien, me gustó. maparo55
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