¿Qué? ¿Qué me pasa contigo? Hay un punto, en una relación de pareja, aun cuando no nos apremie el tiempo, en donde nos damos cuenta que debemos aprovechar al máximo cada instante. Beber con la mirada. Memorizar los aromas. Besar hasta el cansancio. De pronto comenzamos a vivir deprisa para estar con el otro. Soñamos con el otro. Despertamos con el otro. Respiramos con el otro. Llenamos cada instante y pensamiento con el otro. Y sin razón aparente y con un instinto inexplicable, de algún modo, intuimos que el amor ha traspasado la carne hasta tocar la vida que vive atrapada en cada uno de nosotros. Y cuando nos damos cuenta, conscientemente, ya es demasiado tarde, ya nos hemos condenado a convivir con el reflejo vivo del ser amado, que se ha mudado para siempre para habitar en nuestras almas. ¡Eso es lo que me pasa contigo!