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Inicio / Cuenteros Locales / MujerDiosa_siempre / “UNA VISITA DISTINGUIDA”

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La conoció en el club y le pareció una mujer de lo más distinguida. Claro que dicha señora casi no entablaba relación con nadie. Sólo la observó conversar con su esposo y poco más, muy erguida, sin mirar a nadie, y llevando siempre su cabeza en alto.

Simplemente María, ardía en deseos de entablar con ella una relación de amistad, la cual equivaldría a entrar por la puerta grande a ése club tan exclusivo. Por el momento había sido admitida, aunque con cierta reserva por no tener referencias de otros socios.

Planeó entonces la manera de acercarse. Averiguó su nombre, sus gustos y prosapia, asombrándose por la calidad de su linaje. Tenía todo un plan en mente ya que era bastante avispada.
Iba a costar una pequeña fortuna pero consideró que bien lo valía. Como primera medida, llamó a un arquitecto y a una de las mejores decoradoras de moda, a fin de que evaluaran su nueva casa y le entregaran planos y una idea acerca de cómo mejorarla.
La casa era un Petit Hotel de tres plantas, sito en Recoleta, uno de los barrios más caros de Buenos Aires. La había adquirido en cuanto ganó el Quini 6 y también el Loto, algo realmente inusual.

Una vez aprobadas las reformas y el presupuesto, dio la orden de largada con las obras, que tardaron seis meses. Al finalizar la misma, Simplemente María, quedó deslumbrada. Se encontraba con la casa más elegante que vio en toda su vida (incluyendo películas). Habían tirado paredes, cambiado pisos, cocina, baños, pintado, empapelado y alfombrado, etc...La decoradora le había impreso su sello pero con el gusto de Simplemente María que era excelente, refinándolo desde luego, al punto de hacerlo poco reconocible. Simplemente María estaba feliz, mirando los muebles tan finos, las pinturas... pensando en que bien había valido la pena todo el esfuerzo.

Ahora la segunda etapa la incluía a ella misma.
Consultó a una experta en imagen, una antigua modelo dedicada en la actualidad a esa tarea. La midió, pesó, calibró, tomó medidas, sacó infinidad de fotos en distintos planos, probó colores, etc...Hasta dar con el máximo potencial de su belleza. Según consejos de la experta, acudió a determinados modistos, coiffeurs, esteticistas, pedicuros, manicuras, y un largo etcetera, llegando a no poder reconocerse a sínmisma en el espejo y admirada de cuánto podían hacer unos billetes.

Ya estaban entonces las cosas encaminadas; la casa y ella misma en condiciones. Compró un auto de marca, no último modelo, para no mostrar el poco tiempo de su entrada al gran mundo. En cuanto fue al club, se enteró que la señora tan admirada por ella, acababa de fallecer...Se derrumbaron todas sus esperanzas de lograr un sitio acorde a su nuevo status.

Pasó el tiempo, y cierto día en la Maison de uno de los modistos a los que ahora acudía, conoció a otra mujer exquisita, sumamente respetable, con quien mantuvo una charla animada. Intercambiaron sus teléfonos y hete aquí, que dio comienzo a una relación amistosa, tal como Simplemente María necesitaba.

No tardó en invitarla a su casa para tomar algo, e ir más tarde a cenar a uno de los restaurantes más exclusivos de la Capital. Durante una de sus charlas previas por teléfono, se enteró incluso que su flamante amiga era socia del mismo club de golf! Por lo que no podía haberle ido mejor.

El día de la reunión, amaneció con 38 grados a la sombra, un día tórrido, inaguantable. Simplemente María no sabía qué hacer, los equipos de aire acondicionado que encargó a Estados Unidos se encontraban en la Aduana, de no ser por tal inconveniente hubiesen estado instalados.
Dentro, el aire era sofocante y se hacía todo más penoso al haberse retirado las hormonas de su vida, reemplazadas por los clásicos sofocones, lo que acrecentaba la sensación de calor a niveles imposibles.
Hasta llegó a considerar el suspender el encuentro para más adelante, pero de inmediato desechó la idea, no podía cancelar así como así algo que hacía ya más de un año tenía como objetivo, si bien habían cambiado los personajes.

Por los noticieros, decían que llegaría la marca térmica a los 43 grados! Casi un récord, superado únicamente en el año 1957 con 43.3 ¡y sensación de 55 grados!
Se armó de fuerza para luchar contra cualquier cosa que fuera en contra de su reunión. Preparó bebidas de todo tipo, había hielo en abundancia. Mandó traer unos enormes ventiladores para tener un poco de aire mínimo al menos, y se dispuso a aguantar lo que fuera.

Al llegar la noche, el aire pareció estancarse aún más. Sin embargo, trató de no pensar en el clima y tomó un largo y refrescante baño, se perfumó suavemente y vistió un largo, blanco y caro vestido muy simple, de algodón egipcio.
Claro que puso el énfasis en las joyas, perlas naturales de gran calidad. Había aprendido el arte del buen gusto.

A la hora acordada, tocó el timbre con puntualidad
británica, su nueva amiga María de los Milagros
Aranguren Mitre, de Iberlucea Salaberry.
De inmediato pasaron al jardín donde el sonido del agua corriendo de una gran fuente y la frescura verde de las luces que adornaban las plantas, otorgaban cierta sensación agradable como de brisa suave.

La visitante, vestía una falda y blusa en seda natural, un conjunto realmente exquisito. Tomaron bebidas frescas y por momentos, sólo se escuchaba el tintineo del hielo en las copas.

Sin embargo, la noche avanzó más sofocante de lo que había estado durante todo el día, y hubo un punto de quiebre cuando de pronto el panorama entero cambió, dando lugar a otra tónica.
Vio cómo María de los Milagros etcétera, sin siquiera pedirle permiso se sacó los zapatos quedando descalza, le pareció bien -aunque no era lo esperado de su parte al menos para ella, que la consideraba tan fina y delicada.

Habían estado tomando cantidad de bebidas frías, varios cócteles y demás. Mientras más bebían más transpiraban; la miró y se dio cuenta que ya no se sabía quién era ella y quién la otra, porque ambas estaban a esta altura del partido, francamente irreconocibles. Con la transpiración corriendo por sus cuerpos, el maquillaje desvanecido y casi sin poder ver debido a la sal que ardía en los ojos, con sinceridad, daban pena. Simplemente María hizo como que no se daba cuenta, y conversó con María los Milagros etcétera de mil temas distintos. Luego de un rato, la llevó a recorrer la casa, incluyendo sus tres pisos por escalera... en fin, quedaba mal que no la mostrara. Además ¿cómo justificar todo el cambio de decoración? Como mujer exquisita que era, la visitante supo apreciar todo debidamente. En un momento dado, ambas se resbalaron por el piso íntegramente mojado debido a la humedad reinante, lo que provocó sus risas. También tropezaron en la escalera que daba al sótano, producto de la bebida a no dudar. Vio de repente cierta expresión de dolor en el rostro de su visita, cuando le preguntó el motivo, explicó que la caída había provocado que le doliese mucho el nervio ciático, ya de por sí bastante resentido.

La idea era cenar fuera, en uno de esos lujosos, bien refrigerados, con pequeños bouquets de flores en las mesas, mientras camareros elegantemente vestidos de blanco las atendían solícitamente trayéndoles aun antes de pedirlo siquiera, sendas copas escarchadas con el más exquisito y burbujeante champagne.

Se veían las dos sentadas frente a una fuente de cascadas de agua cristalina, escuchando música clásica. Estarían muy cómodas, mientras revoloteaban a su alrededor mozos bien dispuestos a hacerles pasar una de esas veladas inolvidables. Se dirigirían a Simplemente María como si tuviera una corona indicando la persona justa que debían elegir para consultar. Ella miraría displicentemente el Menú decorado con delicadeza y decidiría -si su invitada lo permitía- la comida; algo ligero, exótico y carísimo desde luego.

Claro era ésa la idea; sin embargo se miraron entre los flequillos mojados, el rímel marcando senderos, ni pizca de rouge o color en las mejillas, con sus vestiduras adquiriendo en tan corto lapso de tiempo, un aspecto verdaderamente lastimoso y raído... Y juntas exclamaron - ¿Qué te parece una pizza? - se sorprendieron al principio, pero continuaron al unísono - Total estamos más cómodas acá en la casa - mirando sus pies descalzos, apenas avergonzadas de cambiar ese plan maravilloso que tenían de salir y disfrutar
estupendamente.

El tema fueron los gustos y las promociones; que la cuatro no, que la seis.
- Pero mirá que ésta tiene ocho empanadas de más.
- Si pero la pizza es de anchoas y me da asco, bla, bla, al final consiguieron conciliar los gustos, y se sintieron muy satisfechas.

Y así terminaron la noche, comiendo bien como cochinas, con las manos cubiertas por sendos pedazos de papel grasiento y agarrando cada una un pedazo de pizza.
Chorreando queso por los costados de la boca
comentaron: -"qué dzica que eztá.."- mientras tomaban cerveza del pico de la botella. La comieron fría, ¡total hacía calor!, -sentadas ahora en el sofá de la casa para mirar la tele lógicamente. Pero por favor, ¡si encima que no salían se iban a perder la telenovela de las diez!

Cuando se despidieron eran las tres de la mañana, habían visto un noticiero, una película, María de los Milagros etcétera, había cantado a voz en cuello varios tangos, y tan alto que los vecinos de los costados chistaron fuerte para que se callara. Después las dos se quedaron parloteando y riendo a carcajadas; tenían los vestidos hechos una lástima, empapados y con manchas, el cabello mojado, pegado a la cara lavada y todo el cuerpo
picado de mosquitos, pero pocas veces María de los Milagros etcétera se había divertido tanto. Se prometió, que a Simplemente María no la dejaría escapar. Amigas como ella era lo que precisaba justamente ¡para escapar del hastío que le provocaba el club!

Texto agregado el 23-12-2024, y leído por 141 visitantes. (23 votos)


Lectores Opinan
01-01-2025 Jajaja, que entretenido texto para pasar este primer día del 2025. Como siempre encantadoras tus letras, cómo llevas al detalle cada descripción de las elegancia en decoración y de transformación personal del personaje, qué en reírme con el detalle del auto último modelo pero no nuevo para que no la pillaran siendo una new rich. Feliz y creativo 2025 querida Delia. jdp
30-12-2024 Se dice que las apariencias engañan y es cierto, querer aparentar lo que no se es no solo es complicado sino que a la larga trae problemas, lo bueno es que al final salieron a relucir lo que en realidad eran, dos mujeres que comenzaban una amistad y que quizá las haría recapacitar a las dos sobre lo verdaderamente bueno de la vida dejando de lado las apariencias y mostrándose tal cual eran. Muy bueno, te felicito. Besos. ome
29-12-2024 Las apariencias nunca dejan nada bueno, terminan por descubrirse. Lo mejor de tu historia es que al final tus protagonistas pudieron mostrarse como eran y hacer una gran amistad. A veces queremos ser muy finos, muy propios, pero ser natural siempre es mejor. Me encantó tu relato, querida Delia. maparo55
27-12-2024 Es un texto elegante, pleno de alegría y saber vivir, indudablemente ambas se mostraron como son en realidad, intimaron bastante, se conocieron, y a las dos le gusto lo que vivieron. Encantador, me gusto querida Diosita. Felicitaciones. Buen año el que ya aparece!!.. Te deseo lo mejor querida amiga. Abrazo grande Lagunita
27-12-2024 Antes la mujer distraída, ahora me dejas con sorpresa y entusiasmo para seguirte leyendo con tu humor negro. Mira que el barniz se desprende y se enseña el cobre. gracias por tu cuento. Abrazo grande y feliz navidad querida amiga. sendero
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