Reflexiones, pensamientos y divagaciones al pasar




Brevedades — N° 12 —



Brevedades inconexas o letras que quedan rezagadas al margen de las páginas escritas en momentos de conversaciones con la vida, muchas veces inconclusas porque el tiempo no fue suficiente o la imaginación no dio para más, sobre todo en estos tiempos en que hay que pensar en cuidarse de los flagelos que a todos nos tienen preocupados en el convulsionado devenir del mundo actual.


...................................


Siempre algo queda

Los espacios que ocupé,
los recuerdos que aún rasguño,
esos almanaques con días marcados,
las llamadas telefónicas y los telegramas,
las cartas dentro un sobre con estampillas
y las palabras escritas en servilletas de papel,
no quedan ni dibujadas en directorios virtuales.
Todo fue ayer, ese ayer que parece, nunca fue hoy
Y sin embargo en la memoria, el tiempo algo guarda.


......................................


Manzanas

A mí me gustan las manzanas de cualquier color.
Claro que en estos tiempos de carencias y abstinencias entre pintonas y maduras, aunque pierda prefiero las maduras, como las de ese árbol que frente a mí me está tentando para saciar mi apetito y por suerte está al alcance de mi brazo extendido.
Por coincidencia impensada, desde mi balcón al suyo tal como el manzano, ella con preciosos bien llevados años, impresiona mis sentidos y pensando en placer mutuo, la rueda de la fortuna girando lentamentre me permite ver que al igual que la manzana ella está al alcance de mi… abrazo apretado.


......................................


Nocturno para viola y violín

Veámonos a la hora del crepúsculo.
Ven, para que ejecutemos un nocturno de verano,
Quiero que ambos interpretemos esa música soñada, tú serás viola de ensueño al tanto que yo un violín pasional.
Tú harás suspirar las cuerdas con el arco enervado, yo las haré trinar con el mío embebido en resina, tú en trémolos y vibratos en tiempo acelerado, yo con un poco de esfuerzo agregando sostenidos entre el do, el re y el si, para alcanzar un final con un magnífico en crescendo, recibiendo abrazados el aplauso titilante que nos brinden millares de luciérnagas.
Y si las luciérnagas lo piden mañana lo haremos cantando, tú serás una soprano candente mientras yo seré un ardiente, tenor.