siempre gusté por las personas buenas a pesar de que no sean bonitas o feas, eso no importaba a una persona con no más de dos o tres años de edad, pero si me gustaba verles hacer sus cosas buenas y que me dieran sus mejores sonrisas que con el pasar del tiempo aquellas se escondieran tras el rostro sombrío de la vergüenza y aunque trataba de verles sonreír no pude hacerlo más, así que tuve que seguir los pasos del tiempo y vivir cargando los arrepentimientos que uno vive por los errores que comete así fue como vivía hasta que me di cuenta que mis pasos estaban agotados y mi alma ya no sabía sonreír hasta que un día conocí mi destino, mi camino y mi amor, por lo que solté toda la carga y ya sin sentirme culpable empecé a vivir, y la gente me llamó loco, loco, loco y ciertamente lo era pues uno que ya no se preocupe de lo que viste y el lugar en donde duerme y ni de lo que come es un loco, persona sin conciencia, pero yo era consciente de lo que hacía a cada paso que daba por este mundo que de verdad estaba muy loco, pues ver cómo vivían era de locura, pues acaso no sabía que iban a morir tarde o temprano, y que sus deudas las olvidarían, y todo el oro que hubiesen acopiado no se lo llevarían y solo Dios sabría para que sería usado, pues en mi caso mis padres cuando murieron, me dejaron una enorme casa, dinero en un banco y una serie de propiedades alquiladas y que serían para que yo pueda vivir tranquilo, pero jamás hubieran imaginado que todo ello lo regalé a casas de gente pobre, dinero para la gente que no puede comer y demás y así hasta agotar todos mis asegurados ingresos, y fue así como me volví un loco para este mundo loco y en verdad yo notaba que era hermoso dar las cosas a quien lo necesitaba y si era mentira, no importaba pues de qué sirve tener certeza en la vida sin todo es una enorme ilusión, y una muy grande, enorme como la imaginación, y de ello aprendí a ser lo que era, un ser humano que siente la libertad como sus alas para sentir que una vuela y deja de pesar casi nada, y tantas cosas me faltan conocer el resto de mi limitada vida que sé que tengo que narrarla a quien desee sentir esos aires de libertad y verdadera cordura para sentir en el corazón la bondad más hermosa... |