Es ese espíritu, el más natural
el que golpea sobre mis manos
haciendo que se levanten estas palabras
del vacío absoluto del silencio.
Y espero con la frente hacia el mar
entender la distancia de los espacios
que alegran el misterio de ser hoy
parte del tiempo en el que grito en silencio.
Esta memoria rescata mi integridad,
golpeada por las noches de soledad
noches que rasgaron pacientemente
el compromiso con las sombras conspiradoras.
Los coros llegan de lejos
y cantan el presente rodeado de miradas
que ahora me esquivan,
que se olvidan de mí,
que lastiman mi alegría lejana.
Y aprendo a escribir,
a vomitar, a despostillar la mentira
a encontrar en la soledad
la compañía de la bandera
que flamea en lo alto del camino
a donde regresa la raza humana.
Texto agregado el 30-11-2024, y leído por 40
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