Le tendimos una trampa
y la tarde cayó
sobre el último reproche.
Después el silencio
sedujo a nuestros labios
ante la noche implacable.
Un tímido resplandor
hizo un intento
pero no pudimos vernos
porque el orgullo
corría oscuro
en su infierno de razones
y nuestras voces
se acorazaban
por miedo
a sucumbir
igual que las palabras
agotadas.
Cobardes en retirada
con la frente en alto
sobrevivientes
sin heridas visibles
simulamos ser fuertes.
Texto agregado el 28-11-2024, y leído por 64
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
12-02-2025
Me encantó tu texto,sin más palabras*****
Te felicito
Un abrazo
Victoria 6236013
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