Yo soy un sueño, un imposible
Vano fantasma de niebla y luz
Soy incorpórea, soy intangible
No puedo amarte
Oh ven!, ven tu!
La rima número 11 de don Gustavo Adolfo Becquer
De quien el señor Ortega y Gasset osó decir que era un poeta menor, insípido, meloso y dulzón
Cuanta razón tenia ah
Un Destello
Estaba sentado en mi mesa leyendo un libro mientras tomaba un te
El ambiente era silencioso y sereno
Me gustaban esos momentos de aislamiento social
En un momento, no supe cómo, pero veo a mi lado a una mujer sentada
Me miraba como si me conociera
Su semblante sonriente hacia brillar un enorme par de ojos negros
Tengo que admitir que me sorprendí
Me quedé mirándola lleno de perplejidad
Ella me regala la más sutil de las sonrisas y desde unos hermosos ojos negros me dice alegremente
- Hola
Yo estaba sorprendido, pero pude reaccionar y respondí
- Hola
No dije mas
Ella tampoco
Así que ahí estábamos los dos, en silencio, no se como explicarlo
No estábamos juntos, era absurdo pensarlo, porque no nos conocíamos, al menos yo no a ella, pero no estábamos separados tampoco
Había algo
No supe qué, pero había algo
Como para salir de mi ensimismamiento y hacer algo
- Qué haces? - Le pregunto?
Ella, hace el gesto de pensar que responder y me dice
- Pienso en ordenar las cosas que debo hacer, y me mira son esa sutil sonrisa
Qué extraña era
Era hermosa, sin duda
Había un “algo” en ella que la hacía como emanar algo
No supe que, pero sentía que era como si la hubiera conocido de alguna parte
Así que, la miré a a los ojos y le dije
- Disculpa pero, nos conocemos? - Pregunté
- No lo creo - Le dije enseguida
- Me acordaría si nos conociéramos - Agregué
Ella solo me mira, silenciosa
Que mujer mas misteriosa, me dije como sonriente
- No nos conocemos supongo - Me dijo
- Pero necesitaba hacer una pausa y este asiento estaba vacío - Me dice
- Espero que no te moleste - Agregó
- No, claro que no - Le dije
- Quieres un te?, le pregunté como para decir algo, tal era mi nivel de perplejidad
Esta vez ella me mira a los ojos y me sonríe maravillosamente
Tanto que casi me arranca un suspiro, y me dice
- Gracias, pero no te molestes
Y ahí estábamos
Ella, esta extraña mujer a quien nunca había visto pero me sabía a una persona muy cercana
Que solo estaba en silencio, y me miraba como si me conociera con una delicada sonrisa en su hermoso rostro
Confieso que la sorpresa me había dejado entre perplejo e inmovilizado, pero con los minutos se me iba pasando
- Qué lees? - Me preguntó
- Grandes Esperanzas de Dickens - Le respondí
- Ah!, una historia de amor de aquellas - Me dice sonriente
- Que mal se portó Stella con el pobre Philip - Termina diciendo
A mi se me abrieron los ojos
Sorprendido
Increíble
Esta misteriosa mujer, Conocía Dickens y no solo eso, había leído esta historia
Eso fue para mi un encuentro muy raro
Cosas como esas no pasan muy seguido
Así que me dispuse pasar a la ofensiva, avanzar un caballo y ver que pasaba
Sonriente por este verdadero hallazgo, bajé la vista para cerrar mi lector de libros
Y al levantarla
Ya no estaba….
Miré en una dirección
En otra
No, no estaba
Otra vez quedé sorprendido y desorientado
Dónde habrá ido??
¿Cómo se habrá ido?
No la había conocido, ni siquiera supe como se llamaba
Había aparecido y desaparecido como un destello
Así como vino, así se fue
Como un destello que emerge de pronto de la oscuridad, brilla unos instantes y desaparece
En mi interior, lo consideré como una pérdida
Qué lástima
Randal Tor
|