Y seguía vaciando el mar
el hombre
sin comer ni dormir
cubeta en mano
una semana después.

Y seguían vaciando el mar
el hombre
y muchos hombres
cubetas en mano
luego de diez años.

Y seguían vaciando el mar
el hombre
y muchos hombres
y muchos niños
cubetas en mano
treinta años más tarde.

Y seguían vaciando el mar
el hombre
y muchos hombres
y muchos niños
y muchas gaviotas
cubetas en mano
al cabo de sesenta años.

Y seguían sacando el agua
tras doscientos años
millones de hombres
millones de niños
millones de gaviotas
cubetas en mano
solidarios
con al ánima del hombre
-cubeta en mano invisible-
que no comía ni dormía
ni jamás se rendiría
de buscar a su amado hijo
extraviado en el mar.