Salí del laberinto por mis propios medios pedirle ayuda a Dios me pareció inútil. En el laberinto aprendí a pensar distinto aprendí a desarrollar el instinto a hacerle caso a mi intuición. De esa manera encontré la salida, salida que muy pocos encuentran a muchos se les va la vida y jamás logran encontrarla. Muchos pierden la calma y la lucidez yo aprendí que la desnudez del alma es más importante que la desnudez de la piel. No te pedí que vinieras a ayudarme la clave era no desesperarme la noche se me venía encima y yo logré aguantarla. Ve alistando una botella de vino voy cantando por el camino hoy voy a embriagarme de tu piel y de tu besos dulces como miel. Si me mareo no me eches la culpa desde ya te pido disculpas la culpa será de tu dulzura y de la sabrosura que haremos el amor. Pedro Moreno Mora
Texto agregado el 10-11-2024, y leído por 38 visitantes. (3 votos)