Cansada de perdonar Marisa huyó de su casa, no podía seguir más en esas circunstancias desbastadoras, como no tenía a donde ir, camino por la ciudad bajo una tormenta de viento y tierra.
Mientras recorría lugares conocidos, se le ocurrió ir a una laguna que estaba muy cerca, pero luego de caminar hasta allí decidió regresar y buscar asilo en la casa de una amiga.
Savia que le haría miles de preguntas, por lo tanto, dio media vuelta y busco un sendero detrás de esa laguna, se fue perdiendo en la soledad del monte sin darse cuenta. La noche le llego muy pronto, no tenía un lugar donde dejarse caer un rato o para siempre.
No quería regresar solo deseaba desaparecer de los espacios conocidos.
Durmió allí en la soledad más oscura y triste, con un viento arrullador que le dio calma, al contrario de otras personas ella se sintió tranquila.
Tuvo pesadillas y frío, igual no detuvo su mente inquieta, tratando de razonar que más podía hacer, regresar no quería. Sabía que la buscarían sus hijos, esperaba que no se asustaran, el celular no funcionaba, no existía manera de encontrarla, se levantó de ese hueco donde pernoctó toda la noche, decidida salió corriendo a buscar agua y allí supo que en la vida las cosas son como son, resolvió seguir en la calle hasta que pudiera…
A-M-R |