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Entonces Luisa, claramente conmovida por la incorporación del insecto al círculo familiar, le da aliento a Tábata para que le ofrezca, al bello saltamontes, la oportunidad de vivir con ellos cual si fuera un auténtico canario. Por el contrario, Tábata, cargada de la mas selecta ironía con un toque de sadismo cruel (sobre todo influenciada por las enseñanzas de Argentino que las hiciera propias) exhibe la impronta de un pensamiento, que en buena hora sabe utilizar como vínculo como para dominar la situación. Expresando con sarcasmo el siguiente concepto. Que el hecho de dejar de existir es un acontecimiento absolutamente normal, que debería ser tomado sin miedo, e inclusive con carencia de lástima; además de con la comprensión necesaria a sabiendas de ser algo inevitable. Porque cuando alguien fallece, de alguna forma, pasa de inmediato a formar parte activa de la naturaleza; y por ende de la propia existencia del universo. Pero reacia a querer demostrar una sola faceta de su verdadero sentimiento agrega una caricia sobre el lomo de insecto. Además aduciendo sentirse preocupada por la lastimadura de Luisa. Que al observarla dolorida del brazo, hace que se va dando cuenta de la barbaridad que cometió atacando su ser con emoción violenta. Y entonces una y otra vez le solicita perdón de las mil maneras. Además a viva voz expresando que en su momento estuvo ciega por la ira, siendo incapaz de comprender la locura en que se veía envuelta. Y de lo mal que hizo en atacar su integridad física. Reparando en la herida y a la vez avergonzándose de su desequilibrado accionar. Pero al ver que Luisa está entretenida con Argentino mirando de nuevo el globo terráqueo. La propia Tábata le recrimina que odia que cuando ella habla le den vuelta la cara. De todos modos insistiendo en decir que fue una maldita idea haber agarrado la cuchilla para hacerle semejante tajo. Fingiendo en verdad sentirse muy arrepentida; y tanto que mas arrepentida no se puede encontrar.
A lo que Luisa, de manera socarrona, responde, ser lo mejor para ella, llorar la pena para despejar las neuronas de humedad, y así poder safar de la tanta culpa que la oprime.
A todo esto Argentino se mete en la conversación y propone que se den una nueva oportunidad dando el gran paso de una reconciliación necesaria. Que tienen posturas muy absolutistas, lo que a la corta o a la larga las obliga a tener que emplear la fuerza bruta. Que bajo todo concepto lo mejor es vivir en paz. Luisa estando de acuerdo y de su parte prometiendo empezar cuanto antes una nueva etapa de la relación.
A lo que Tábata adhiere además proponiendo dar vuelta la página y a comenzar otra desde un lugar de respeto mutuo. Alentando a empezar cantando una canción de bienvenida vida al rezagado saltamontes; y así dejarlo libre para que se mueva libremente por la casa.
A lo que Luisa manifiesta estar de acuerdo. Pero a decir verdad sospechando de haber detrás de la actitud de Tábata un dejo de patética sorna.
Y encima que Tábata le dice que si lo suelta a lo mejor el pobre animalito pueda alcanzar el resto de la nube de langostas; que quizás aún se encuentren cerca.
Y así es que logran regresar al lugar del principio donde se trataban de manera cortez.
Argentino nuevamente proponiendo que hagan un juramento de ser buenas compañeras de ruta dejando de competir al cohete. Las dos muchachas diciendo al mismo tiempo, con énfasis, la palabra prometido. Queriendo además cantar una canción a dúo. Luisa de inmediato proponiendo aquella tan conocida que dice: Cantando al sol como la cigarra después de un año bajo la tierra...
Cosa que hace que Tábata comience a recriminar, ya que detesta las canciones propiedad de los populistas. Pues entre otros prejuicios pues concidera esa canción como una bandera de los populistas. En tal caso prefiriendo cantar la marcha fúnebre. O parecido, mientras Luisa tocá la guitarra, ella hacer sonidos con la voz como de estilo fantasmagóricos. Por su puesto haciendo de inmediato una especie de segunda voz, como jugando con un precioso sonido que dice: Um, um, um. Um, um, um.
Y a su vez Argentino, que fascinado aplaude, cual si fuera algo muy groso; delicioso para el oído receptor del canto. Pero por piedad hacia Luisa, que la observa tan indefensa, Argentino, para nada convencido, augura que podrían conformar un dúo fantástico, que en poco tiempo lograrían ser muy famosas. Consiguiendo que sus canciones sean cantadas en todos los estadios; además de las mujeres vestirse con la misma ropa que ellas. Agregando sin que se le caiga la cara de vergüenza, que quisiera poder escucharlas eternamente. Escuchar y escuchar su música. De momento queriendo seguir escuchando cantar a Tábata mientras escucha tocar la guitarra a su hija. A todo esto Tábata sabe que miente pero hace fuerza por auyentar la actitud de burlarse.
De todos modos ocurre que la guitarrista está limitada por la lastimadura, lo que provoca que sea un momento de mediana entrega; de además Luisa estar fingiendo tener la voz afónica por causa de ir a abuchear al presidente. Más entonces impera un manto de duda que a todos les permite aceptar cualquier desajuste o incertidumbre que pueda estar alterando el recital.
Pero no obstante a Luisa se le hace difícil tener que soportar la cara de Tábata donde de los poros pareciera emerger sopa de caldo de gallina. Que la desafia a que confiese lo que le se propone insistiendo en querer lograr que suz sentimientos estallen desquiciados por la desvalorización; además debiendo soporta sus ironías de horripilante tufo.
Momento de ojos abiertos y cejas para arriba, que Argentino sabe aprovechar como para evacuar un tremendo sentimiento de culpa que tiene, porque sin desearlo metió a su hija en tamaño problema de andar a la deriva por el océano Atlántico. Además de pensar que su primogénita iba a estar muy segura bajo la jurisdicción de sus dominios, siendo que el resultado que se da indica ser todo lo contrario; encima con un a herida en el hombro que mas que doloroso parece ser humillante.
Entonces sucede, que en medio de la refriega verbal, Tábata, como inspirada por la voz de un mandato, con el puño cerrado golpea sobre la mesa, aplastando a la pobre langosta, desde luego acabando con su vida bajo todo concepto.
Despertando la lógica reacción de Luisa, que de momento tan solo atina a preguntar el porqué de hacer esa salvajada. Recriminado a viva voz que resulta que estaba cantando lo más bien y de pronto mata a la langosta con absoluta impiedad. Sin duda actitud de persona desequilibrada por demás; seguramente influenciada por las ideología de los soberbios imperialistas. Aparte balbucea cargada de impotencia el pensar en la posibilidad de llevarse bien pero llegando a la conclusión de mejor cuidarse de su neurosis. Al instante volviendo a la carga en expresarse incrédula, de haber estado calculando el poder reconciliarse en serio. Además de intentar una aproximación amistosa, y a cambio se despacha con un acto de inmensa omnipotencia. De repente aplastando a la querida mascota; que en esas circunstancias era un algo significativo. De inmediato solicitando que le explique cómo hacer para entender dicha tamaña osadía; que de la alegría absoluta ahora resulta que están metidos en un triste cementerio.
Por su parte Tábata se defiende argumentando conciderar al insecto estar sufriendo, al éste saberse perdido e imposibilitado de poder alcanzar al resto de la plaga. Suponiendo, sin poner al poder de la consulta, que sería preferible que muera a que siga sufriendo.
Y aparte de las absurdas escusas del maltrato evidenciado. Cambia el ángulo de la intervención sugiriendo que por tocar la guitarra con tanta energía, a lo mejor pueda provocar que se le habrá la herida. Por lo tanto tratando de dar un golpe de timón como para así cambiar el rumbo equivocado. Aparte porque considera que la herida es por su culpa por lo tanto al haberse establecido un armisticio ella viéndose en la obligación de velar por su seguridad. Además la trata de tranquilar, por que Luisa, aunque también Argentino, quedaron perplejos con la actitud de destruir algo que en cierta medida los mantenía en comunión. Testaruda Tábata arremete con la simple escusa de siempre andar apoyándose en la experiencia para hacer lo que hace guiada por la buena fe. Y ante el silencio sepulcral de sus compañeros de travesía en vez de pedir disculpas se queja de verlos consternados.
Y para colmo de males el cadáver de la langosta se hubo caído al piso donde trascarton terminó siendo aplastada como colilla de cigarrillo.
Por su parte, Luisa, queriendo decir que la inesperada reacción que tuvo hace que la odie de definitivamente. Pero sin embargo prefiere callar y permanecer lo mas indiferente que se pueda. Y al cabo de una pausa prolongada. Al revés de lo que se había planteado. Le dice que seguramente ocurre que por andar todo el tiempo pensando en lo mucho que goza con los otros hombres; fuera de Argentino. Entonces seguro le cuesta registrar la realidad de manera sana y sencilla, estando como ida y ausente del presente continúo. Atacando nuevamente con afirmar que esos amoríos que vive con tanta pasión la ponen al margen de una sintonía adecuada con los buenos modales. Pareciendo ser que sus acciones provocan más daños que los tifones.
Entonces Tábata le sugiere a Luisa que evite andar sufriendo por el destino de los insectos. Y sacando garra del fondo del alma le propone un intercambio de virtudes; ella, Tábata, prestando su imaginación por un rato; más con ello dejando saldada la deuda. Y una vez su imaginación estar presta a trasladarse, por medio de accionar correctamente el Bluetooth de su intelecto, con ello irle pasando al cerebro suyo (y ahí Tábata provoca un sonido con la vos que dice bru, bru, bru) y enseguida arremete diciendo que por gracia de la transferencia de datos, sus ratones le van a ir llegando al cerebro. En especial con una de sus experiencias sexuales favoritas, de una pose espectacular que practica con uno de sus amantes; que vendría ser una fiera en la cama. En tanto que ella se debe hacer cargo de esa transferencia, mas una vez metida en la cabeza, la debe poder procesar y así transformarla en una fantasía propia; en adelante su fantasía prestada. Para de esa manera hoy mismo por la noche poder masturbarse a pleno; omitiendo tener que utilizar las imagenes suyas, las propias que se suelen tener en la biblioteca de la libido. Que mas que seguro en su caso deben ser pobrecitas veladas fotografías mentales, tan pobrecitas ellas, carentes de toda reminiscencia pornográfica. Precarios ratones de ella con su anhelada pareja, por todo concepto, Argentino, los dos desnuditos haciendo la chanchadas con el impúdico insesto; dando por tierra con lo establecido por la ley de los hombres, y así poder tener algún orgasmo aunque sea por primera vez en su vida.
Entonces esa palabras que se correspondieron con Tábata, que acompañó el discurso con gestos por demás obscenos, dejaron el ambiente cargado de la sensación de en cualquier momento volver a suceder un hecho de violencia física. Donde por este motivo Argentino se ve obligado a intentar suavisar el contenido de la charla proponiendo que eviten encontrar respuestas a lo que cada una diga. Que mejor sería que se la pasen esgrimiendo sonrisas de superación, de además darle una oportunidad al silencio.
Y lo que continúa es un grato momento de honda reflexión acompañado con arpegios de guitarra criolla; que paradójicamente hablando, el propio Argentino se encarga de interrumpir para agregar unas palabras verdaderamente innecesarias; diciendo que por un insecto no vale la pena ir a una guerra y así perder la posibilidad de vivir una vida en paz.
Y de manera imprevisible Luisa responde que en definitiva tiene razón; pero que la amistad se aprecia en los momentos límites donde debe primar la cordura.
Para lo cual, Tábata, algo desorientada, intenta justificar sus arranques de brutalidad, de mujer que se le salta la chabeta por nada, por sentir celos de ver a Luisa todo el tiempo en actitud provocativa para con su pareja. Que ya se lo explicó mil veces, que siendo su hija debería comportarse como una visita. Que por ser tan desubicada le asiste la posibilidad de recibir a cambio una reprimenda, o muchas reprimendas por parte de la persona que perjudica. Otra vez agregando un querer advertirle, que aparte de Argentino ser un fruto prohibido, por el hecho de ser tu padre, está ocupado con ella, que es señora muy bella; y aparte ama como cantante personal; con quien además convive chocho de la vida.
Para lo cual Luisa acusa estar sorprendida de como la naturaleza a jugado a favor de ella precisamente mandando la grave tormenta y así dejar flotando la casa a la deriva, porque seguramente Dios los quiere ver unidos. Que la tempestad, salida de todo cálculo previsible, fue causada por la naturaleza gobernada por el Supremo, en especial para que de inmediato deje de ser tu pareja y pase a ser su nuevo amor. Y además dice que desde que ella entró en la vida de Argentino, Tábata ya no es nadie; o mejor dicho, es una simple amiga de la casa. Porque una vez que nace un amor el otro se borra y ya no queda mas nada. Insistiendo en agregar que resulta insensato por parte de Tábata que insista en querer que a partir de su llegada, con todos los derechos que Luisa tiene, pretenda que la relación sea la misma; la principal; la primera; cuando en realidad es todo lo contrario; la secundaria; la que va terminando. Rematando la apasionada alocución con solicitar que se olvide de Argentino pues ahora es de ella.
No se hizo esperar la categórica respuesta negativa de Tábata, asegurando que para nada es así; pues cada minuto que pasa están cada vez mas unidos.
Pero disconforme con esa respuesta tan diplomática, a cambio le hace expresa una pregunta sencilla; como para que reflexione en serio y deje de hacer el ridículo. Entonces le pregunta que cree que va a pensar su madre, nada menos que la legendaria Bety Nilda; de además que va a opinar el mundo cuando se entere que la hermosa hija de Argentino quiere tener relaciones con su padre; alentada por el solo hecho de recién conocerlo y no importarle las leyes. Agregando a su discurso intachable, la intriga fulminante de invitarla a pensar en lo que opinarán los Fernández. Sumando a esta premisa imbatible la idea de ser imposible querer cruzar esa barrera alta sin pretender que te arrolle una locomotora. Pronósticando para su vida, ser azotada por un flor de crudo invierno, que le irá a caer sobre su
espalda.
Y por su parte, Luisa, como mascando chicle, le devuelve la pelota diciendo que para nada le importa lo que digan los demás.
Argentino de costado, tomando con su mano, el antebrazo de la que cree su hija; a la vez expresando, de manera secilla, una verdad ineludible, de en la vida salir el sol allí donde las personas se abren a la sociedad para satisfacer su demanda con el aporte de una entrega desinteresada. Porque si eres buena persona la sociedad siempre te va responder con un buen verano entre uvas de un enorme parral. Pero haciendo lo contrario a lo establecido, ahí el propio pueblo te va a tirar tomates mientras te abuchean.
De esa manera haciendo seria advertencia de no ser lo mismo nadar a favor de la corriente que en contra; pues le advierte que hay una gran diferencia.
Para lo cual, la empecinada Luisa, expresa no importarle la diferencia que pueda llegar a existir, de la sociedad mirando con ojos inquisidores o por el contrario con ojos de amigos de verdad. Que ella piensa solamente en su felicidad. Que el resto poco le importa. Solamente haciendo votos por poder tener a su lado a la persona que ama. Que solo necesita la aprobación de Argentino para sentirse recompensada; y que el resto no califican. Que para nada le importa la opinión del diablo. Insistiendo en decir y remarcar que prefiere ir a la guillotina o vivir con traje a rayitas sosteniendo una enorme bola de metal, antes de apagar el fuego que lleva dentro.
Y allí se produce una pausa donde de golpe la propia Luisa abandona la idea de ensalsar el sentimiento de amor hacia Argentino, para reparar en el bollo que quedara de la pobre langosta, a cambio diciendo, herido el orgullo, que Tábata no debería haber matado al saltamontes para darse fuerza en manifestar lo que piensa. Que ahora por haber hecho éso le van a salir de las orejas ramas de una enredadera similar a la que hay afuera.
Y así son las palabras de Luisa lo suficientemente poderosas como para hacer a Tábata en cierta medida recular cambiando de actitud. Y entonces es que Tábata le propone que acepte de su parte una nueva oportunidad de poder llevar adelante una relación amistosa. Siempre y cuando se rescate y se de perfecta cuenta del pésimo camino que escoge al pretender transar con su pareja; o concubino; o cómo lo quiera llamar. Que además, y no es un detalle menor, se trata de su legítimo padre. Agregando Tábata un último pronóstico, aclarando primero que no hubo hablado antes con Argentino, porque entre otras cosas no hubo tiempo, y ella bien lo sabe. Pero por conocerlo a fondo perfectamente sabe como piensa y seguramente está de acuerdo con ella. O sea que cualquier relación entre ellos, fuera de la filial que los une, va a resultar imposible. Que mejor va ser cambiar de chip y reinventarse nuevamente.
Y encima, Argentino, al revés de lo que Luisa espera. Sin dudar agrega, a los dichos de su amiga Tábata, que de su parte, se siente agradecido por ayudarlo a hacerle entender a Susana que mejor recapacite y que reevea su arriesgada postura. Al instante machacando la idea con hacer refuerzo en darle la razón a Tábata y suscribiendo todo lo que dice. Para terminar recalcando que solo pretende ser su padre; y nada mas que éso.
Y Tábata al sentirse apollada insiste en decir que siendo tan linda, mejor se abra al amor y se busque a alguien de su edad para tener sexo. Dando por descontado que por lo visto y oído bien poco lo practica. Insentivándola a tener relaciones con alguien acorde como para así estar menos exitada. Que aunque le falte un brazo y andes sin una pierna, igualmente seguirá siendo muy linda.
Y entonces Luisa, prácticamente abatida, le garantiza que tiene buena autoestima y que le gusta usar la ropa que elige, y andar por la vida haciendo lo que le dicta el corazón.
Un tanto cansada Tábata intenta ir cerrando la discusión, aplicando un ejemplo no del todo feliz. Tratando de comparar la guerra de Medio Oriente con lo que sucede entre ellas. Entonces dice que el conflicto en cuestión se refiere al imperialismo tener que defender sus dominios. Igual que cuando defiende una colonia de la agresión de los legítimos dueños. Pero resulta que en esta oportunidad la cosa tiene de particular y diferente, que en el litigio entre Israel y Palestina, el imperialismo de rebote debe vérselas con el mundo árabe; que no es lo mismo que un país con escases de armamentos. Y estás cuestiones se resuelven únicamente por la fuerza de la guerra. Lo mismo que va a ocurrir entre ella y Luisa si acaso no desiste de querer conquistar a Argentino. Y si eso se diera, va a ser mejor que se cuide porque la puede volver a lastimar; que cuando se saque una selfie le va a costar reconocerse.
Y así es como el ejemplo parece haber dado resultado. Luisa acepta el desafío de llevarse bien. Pero a diferencia de antes, que trató de callar lo que pensaba, le dijo que ella perfectamente sabe que es un gato, y que cuando le corten los víveres se va a mandar a mudar; en cambio ella siempre va permanecer al lado de Argentino aunque no tenga un mango.
Y entonces Tábata le responde que si ella es un gato en la cama, Luisa cuando canta es un lobo que auya en la montaña. Así para terminar diciendo que ojalá puedan canalizar la bronca pudiendo crear algún tema juntas. Lamentándose de carecer del celular para así poder escribir la letra en el bloc de notas.
Y Argentino satisfecho del final que va tomando la discusión, propone la idea de descorchar otro vinito, para así festejar el poder llevarse de manera civilizada. Diciendo que le parece piola que puedan cambiar el modelo del odio por otro de artistas creativas. Para terminar sugiriendo que cuando vuelvan a cantar lo hagan acelerando un poco el canto.
Entonces Luisa, sin tanto pero, se pone a tocar de nuevo la guitarra.
-Cuidado con la herida.-le alerta Tábata. Además diciendo que en adelante va a ser un como un espantapájaro de hacerle volar de la cabeza las alimañas del mal.-a lo que Argentino responde.
-Buenísima decisión han tomado. Las quiero a las dos por igual. Y felicitaciones. Que nos queda mucho por navegar a la deriva.
-No hay ni el loro. Solo mar. Puro mar.
-Prometan que las veinticuatro horas van a seguir cantando para mí.
-Allí a lo lejos las nubes parecen formar una cordillera de oscura tormenta.
-Mejor hagamos de cuenta que no vimos nada.
-En la cima de la cordillera se ve nieve blanca.
-La costa está ubicada hacia donde el sol está comenzando a caer.
Y si comemos mirando para el mismo lado donde deseamos llegar?
-Si, pero antes, cómo la corriente empuja la casa rumbo al sur, voy a poner el timón levemente doblado hacia donde queremos llegar. Porque si la pongo en ángulo muy cerrado, calculo que quedaremos dando vueltas como el perro que se muerde la cola. Según mis cálculos recién cuando estemos a la altura de Mar del Tuyú, divisaremos la tan mentada playa de arena. Enseguida regreso.
-Susana, antes que vuelva, deseo que me cuentes... Cuando fue que te enamoraste de Argentino?
-Quedé flechada apenas lo vi llegar. Se trata de un amor a primera vista.
Y te juro que jamás de los jamases, reparé en los años que me lleva. Nunca me importó la edad. Porque mientras él envejece yo también lo voy haciendo. Y sí es por el sexo, a mí me interesa tenerlo de ha cuenta gotas. No obstante, si pudiera, quisiera empezar hoy mismo. Me derrito por él.
-Te debe tirar la sangre y vos lo agarrás para otro lado. Pobre muchacha, estar sufriendo por un amor imposible. Quisiera poder hacerme a un lado, pero resulta que yo también lo pretendo.
Además, me lo dijo, Argentino piensa que en estas circunstancias, lo más prudente sería establecer un régimen estricto de náufragos; de vivir a pan y vino. Y en lo referido al sexo, nada de lo que estás pensando. Malas noticias, verdad?
-Ya lo creo que sí.
-Mira, Susana, sin hablar de más, voy a intentar ser clara en lo que te quiero decir. Te pido por favor que no le digas a Argentino la fórmula para cantar mejor. Debe ser un secreto que te lleves a la tumba. A parte me parece que se está dando cuenta.
-Creo entender a donde querés llegar. Que aunque me duela reconocerlo, yo también pensé lo mismo...
Cantando tan lento estoy revelado el método, verdad?. He mejorado mucho pero en adelante voy a intentar cantar a otra velocidad.
-Correcto. Además quisiera evitar verme obligada a tener que matarlo.
-Te parece que es para tanto?
-Fue una manera de decir. Utiliza la fórmula para vos pero no se lo digas a nadie. Él igual canta fenómeno.
-Tengamos en cuenta que es un hombre muy simple. Lo más probable es que aún no se haya dado cuenta.
-Nada que ver. Es un boca suelta. Viste cómo le contó al terapeuta que tiene monedas de oro.
-Justo que empiezo a ser feliz. A regocijarme con la vida, tengo que andar comportándome de manera egoísta.
Ahí regresa.
-Chicas, hablan de que me quieren tanto, pero les importa un comino lo que yo pienso. Cada cosa en su sitio. Vos, siendo mi amiga con derecho, y ciertos beneficios... Y vos, con solamente ser mi hija; donde no pasa nada entre nosotros.
-Decí la verdad. Te hacés el santo, y el sexo es tu canción preferida. No me lo podes negar. Justo a mí, me lo vas a negar, que soy la víctima principal de tu enorme potencia.
-Y vos que sabés si no tengo otra? Además nunca dije lo contrario. Lo reconozco, me gusta hacer el amor. Y además ser un hombre honesto. Y de ser posible devolver a la sociedad parte de lo tanto que me ha dado; y más. Porque siempre el que se mete conmigo a la larga sale ganando.
El país que amo no ha de ser la excepción.
Cuestión aparte, ya han terminado el último vino; que velocidad! Por lo visto se quieren emborrachar a toda costa.
-Es que queremos disfrutar como sí estuviéramos en tierra firme.
-Que te parece si toco una base, con: do, sol, re. Y vos cantás algo arriba.
-Está bien. Tocá que me despacho con alguna canción romántica.
-Cantá lo que quieras, pero evitando la cámara lenta. Como un ejercicio lo veo muy bien, pero prefiero que canten de manera normal. |