Esta es la historia de una chica que siempre ha sido una romántica y ha soñado enamorarse y amar de verdad. La verdad es que creo que es como casi lo que todo el mundo deseamos.
A la edad de 21 años, Serena había conocido la palabra amor por medio de un chico, que le regalo varios años de convivencia, durante ese tiempo hubo de todo un poco,
pero siempre falto la pasión, si , si esa palabra tan bonita que va unida al amor, bueno esa historia se termino, que como todo cuando falta la pasión se termina hasta con el amor, de esa historia solo quedo en Serena el cariño.
El fue el primero que intento descubrí mi interior, y aunque fue su primer novio y guardo grato momento, nunca descubrí lo que era amar, amar de verdad.
Pero como en toda historia, Serena salió adelante con la ilusión de que algún día llegaría una persona capaz de hacerla mujer y hacerle sentir la maravilla del amor, y es cuando entro en su vida ese hombre.
La primera vez que le vi supe al mirarle a los ojos, que el aportaría a mi vida lo que a mi me faltaba, Tenia una mirada penetrante, y una boca muy sensual y un cuerpo que pedía ser amado.
Pasaron los días y llego la cita, esa que tanto anhelaba . Esa noche fue todo maravilloso se expresaba a la mil maravilla, sus ojos brillaba y yo me sentía la mujer mas feliz sobre la paz de la tierra,
no lo pudimos evitar, en unas de nuestras miradas, nuestro labios sellaron lo que seria el comienzo de una pasión que había nacido desde el día que lo conocí.
Nuestras miradas volvieron a cruzarse en un par de citas mas, cada vez era mas bello, sus palabras, sus gestos, sus besos, le deseaba tanto como el a mi, lo podía leer en sus ojos.
Una noche de verano, en una de nuestra cita, el me llevo a un paraje para poder observar las estrellas mas de cerca, si acaso eso se podía, porque la estrella que mas brillaba la tenia enfrente de mi.
Recuerdo que comenzamos a besarnos con una pasión que yo nunca había tenido, sus manos recorría mi cuerpo, y no hubo un solo rincón que el no hubiera acariciado, yo al igual que el le correspondía con caricias y sentía que cada vez estábamos mas unido el uno del otro.
No recordaba haber sentido tanto placer en mucho tiempo, pero la culminación llegaría cuando el con voz suave pero segura
me pregunto que si queríamos que hiciéramos el amor, no lo dude mi corazón ardía de deseo por el,
así que tratándome como a una princesa, me penetro suavemente, mientras me abrazaba, cada movimiento suyo era para mi instantes de placer.
Acabamos exhausto, casi no sentía mis piernas, recuerdo que le abracé y estuvimos un largo rato hablando de lo que había ocurrido y mirándonos a los ojos.
Pero si en esta historia hay algo de lo que no me gustaría hablar es quizás la parte, en la que dos personas que se gustan y que se desean, por muy bello que sea todo no pueda estar junto, si, si, junto.
Cuando me dijo eso yo sentí que me partía el alma, cuando por fin encontraba a una persona especial, con lo cual sentía lo que nunca había sentido ni tan siquiera por mi antiguo novio.
Este chico venia de una relación anterior al igual que yo. Pero sin en algo no era lo mismo que yo, es que el no la había olvidado y que tampoco estaba preparado para empezar otra relación.
Aunque hable con el y le aclare que yo tampoco quería una relación estable, por los menos hasta conocerlo mas como persona, el no escuchaba.
Quedábamos de vez en cuando, y casi siempre estábamos en contacto, el me decía que conmigo estaba muy a gusto y yo a su lado era la mujer mas feliz del mundo y a la vez la mas desdichada,
a veces estábamos súper compenetrados y lo veía tan bien, pero otras veces no, era distinto, estaba distante, pero seguimos así por que dios lo quiso.
Ha pasado un tiempo, pero me he dado cuenta que sus sentimientos no son lo mismos que los míos, me he sentido utilizada y he decidido no volver a saber de el,
de hecho se lo he dicho, pero el siempre permanecerá en mi corazón, aunque para el no sea lo que para mi ha significado el a mi vida.
MORALEJA: Hay historias que nos tocan nuestro corazón,
a veces la gente no ve mas allá de si mismo, y no llegamos a comprender lo que otra alma siente. Pero si algo Serena ha aprendido en esta vida, es que su alma ha amado, y en esos momento se sintió la mujer mas feliz de la tierra.
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