Es inadmisible tratar de sonreír
Cuando un sentimiento duele hasta morir,
Los remolinos de la vida son tantos
Que ni siquiera te conceden
Ni un simple suspiro que
Permita dar algunos pasos más.

El camino es tan incierto
Como el final de esta historia,
Pues miles de ideas recorren mi mente
Mordiendo sin compasión mi imaginación,
De preferencia por las noches,
Suponiendo muchos finales
A partir de una difícil decisión
La cual afectará el resto de mis años.

Hay dos resultados conocidos ya
Por su humilde servidor :

El primero llamado Fatalidad,
Triste final que nadie espera encontrar
Pero que siempre nos encuentra
Así querramos escondernos
En el mismísimo fin del mundo.

El Segundo llamado Felicidad,
Anhelo de muchos y
Consecuencia de pocos,
Aquel que no se puede comprar
Ni con todo el dinero del orbe.

No importa cuantas lagrimas derrames
Ni cuantas veces dibujes sonrisas
En la frescura de tu rostro,
Solo hay una verdad
Que los dos finales no son perfectos
Pues no existe la eterna fatalidad
Ni la felicidad completa y
La vida tendrá un poco de ambas.

Así que matare mis dudas
Tratando de no pensar en como será,
Por el contrario disfrutare
Con cada alegría y con cada lágrima
Que me obsequie mi bien vivido hoy.