Te quise, te quiero, te querré y nunca me acostumbraré a echarte de menos, aunque el tiempo pase, aunque la niebla intente hacerse espacio en los entresijos de mi mente. Me encantaría no olvidar ni un ápice de lo que me has hecho sentir, nunca, jamás... aunque duela, aunque me haga sentir aislado del mundo, me quedo con la sensación eterna del que se calienta las manos delante del fuego en un invierno despiadado,que tú recuerdo sea el calor primigenio, ese calor, ese placer que consiga hacerme olvidar los aullidos del horror que es este mundo sin ti, sin mí, sin nosotros, entrelazados, furtivos, amantes.
Adiós amor, adiós...
Hasta siempre. |