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Es sábado quince de junio del año 2024. El mundo está al borde de colapsar por motivo de una guerra generalizada.
Y por otra parte, la Argentina, país al sur del continente Americano, yace bajo el mando de un gobierno que obedece al imperialismo occidental. Patria hermosa sujeta a severos ajustes financieros; mas, recortes del Estado que aumentan considerablemente la desocupación.
Son las nueve de la mañana, hora en que se debería presentar la señorita Susana. Según el sentir de Argentino: La deseada primogénita. El más hermoso tesoro al que se pueda aspirar. Hija de la recordada Bety Nilda. Enorme cantante que brillara en décadas pasadas y que Argentino tuvo el privilegio de hacerla cantar en su domicilio. Pero que luego emigrara a otras latitudes por motivo de haber quedado embarazada de él. Hermosa muchacha, Susana, que hasta la semana pasada Argentino pensaba que era, sencillamente, un Don nadie. Pero que ahora, bajo estas nuevas condiciones, viene a llenar su vida de gratas ilusiones.
Llueve de lo lindo. Cual si el material que cae de las nubes fuera el propio oxígeno que se respira. Siendo lo mas probable que se suspenda la programada reunión, por ausencia justificada de quien debería llegar con tan deplorables condiciones del tiempo. Para lo cual el orgullo y el bienestar que Argentino ostenta se verán postergados por motivo del enorme aguacero. Y adiós a la primera audiencia, de corte musical, donde, aunque le cueste un Perú, aparte de escucharla cantar le deberá revelar el gran secreto de ser su padre.
De manera trascendental Argentino ya desde las ocho am espera ansioso mirando por la ventana. Rogando que suceda el milagro de verla aparecer y así tener concretado el sueño de ser poseedor de una hermosa hija a los sesenta y un años. De tanto en tanto saliendo al pasillo exterior de la prefabricada. Rogando porque llegue sana y salva. Con decisión tratando de aplacar la ansiedad que lo carcome. Una y otra vez acomodando las rosas del rosal que el viento trastoca; aunque, no obstante, cosa que siempre realiza, se niega a regar porque llueve a balazos y la tierra parece puré de chocolate amargo pues hay una humedad de los mil demonios.
Y de la otra casa, la casa principal, donde al frente se encuentra la gestoría donde este esmerado hombre trabaja, está regresando la increíble Tábata, fabulosa cantante, soprano, que viene trayendo un código de familia; que con tanta dificultad fue a buscar a pedido de su querido amigo del alma. Aunque a juzgar como el gestor dueño de la prefabricada trata a la magistral cantante, es de suponer que es algo mas que una profunda relación de amigos.
Por su parte, la señora Tábata, sin ser una militante de la política, ama a los liberales y libertarios. Y por tanto le place muchísimo reflexionar sobre la actualidad por la que atraviesa la República Argentina. Encontrando en Argentino el punto ideal como para discutir estas cuestiones tan urticantes. Entre otras cosas porque le permite volverlo loco de la cabeza. Logrando de esa manera hacer llegar el líquido de las lágrimas al cerebro y así ponerlo brioso y atractivo como a ella le agrada; además de poder verlo gozar siendo espectador de lujo cuando ella se desenvuelve como intérprete de la música.
Costumbre que se ha instalado en el binomio, la de jugar con la salud mental para acaparar extras sensaciones emparentadas con la furia. Quedando al libre albedrío imaginar hasta adonde puede llegar la extrema confianza de poner en riesgo la sagrada salud del cuerpo. Que entre los tantos juegos perversos, ya llevan mas de diez años de estar disfrutando juntos de pasar momentos excitantes y complejos.
Pero mas allá de los modales que se puedan ventilar de ellos, hoy es un día muy especial que tapa como un biombo la parte trasera del patio de las pasiones. Y tan especial, que resulta imposible que Argentino se pueda salir de la vaina perdiendo las casillas por pequeños edemas cerebrales.
Entonces, en el día de la fecha, aunque el tiempo esté por demás deplorable, ya se puede decir que Luisa Larisa, la muchacha que Argentino cree que es su hija Susana, se acerca a los tumbos, caminando por lo poco que queda de una triste vereda sumergida bajo el poder de un horrendo aguacero. Luchando a mas no poder contra la ingrata tempestad que por nada amaina. Batallando contra la tormenta, ayudada de una guitarra criolla, que por momentos le sirve de bote salvavidas. Según por lo que ella siente, sin querer entrar en razones ni entender otro rumbo mejor para su vida qué el de avanzar pese a todo lo adverso que tiene enfrente, con el claro propósito de conquistar el corazón del hombre de quien se ha enamorado de ha primera vista. Y una vez obtenido el objetivo, de atravesar con la flecha el corazón del príncipe, recién ahí ofrecer una justificación a la desfachatez de asumir la identidad de otra persona. Donde el mayor problema será, no tanto engañar haciéndose pasar por Susana, sino mas bien tener que cantar canciones cuando la ocasión así lo exiga.
Por su parte Tábata, estando percibiendo con los ojos cómo la muchacha se viene acercando, le comenta a Argentino un tema que le interesa sobremanera. Que le habla de la cotización del dolar libre qué hubo aumentado a mil cuatrocientos pesos. Pero haciendo un especie de vaticinio personal, casi como una corneta anunciando oficialmente, que en breve la divisa irá a bajar a mil doscientos, para así achicar la brecha con el dólar oficial, pudiendo de esta manera quitarse el nefasto cepo cambiario que dejaron los populistas, sin que por ello aumenten demasiado las cosas. Medio en broma, medio en serio, pero lo cierto que metiendo algo de cizaña, tratando de consolarlo, pues resulta que maneja la idea de Argentino, últimamente haber estado invirtiendo en dólares sus últimos ahorros en efectivo. A lo que el hombre ansioso de ver llegar a su primogénita, con total parsimonia sobre dicho tema, responde negativamente diciendo que si es por ello que se vaya despreocupando pues lo que hizo fue invertir en monedas de oro; que es su opción preferida.
Donde más luego de una breve pausa, la propia Tábata arremete opinando, sobre algo que le parece peculiar. Aunque previamente al decirlo, debiendo aclarar, sin deseos de andar queriendo discutir sobre la discriminación de personas, respetuosamente solicitando le permita opinar que en el día de la fecha se irán a ver la cara tres personas muy lindas. Al instante corrigiendo el rumbo del comentario, sobre todo por pensar en haber errado el término que define la calificación, pues en vez de lindas debería haber dicho bonitas. Puesto que considera que para llegar a ser una persona linda habría que cumplir con un montón de otros requisitos más allá de ser estéticamente bello.
Y sumado a este desparramado momento, se agrega otro, donde Tábata lo perturba por un asunto que poco tienen que ver con la ansiedad que embarga al inquieto compañero. Referido a un lechón, que un cliente de la gestoría, que compra y vende antigüedades, le hubo obsequiado a Argentino; por gracia de una transferencia de un camión del siglo pasado, que salió exitosa, que por tanto le obsequió lo que consideró mas oportuno para demostrar su agradecimiento. Entonces Tábata lo mortifica diciendo que un buen musulmán debería evitar comer dicho animal contraindicado. Porque, aunque Argentino sea más argentino que el mate, por allí, de algunas generaciones anteriores, parece ser que tiene un antepasado de origen árabe musulmán. Y siendo que él mismo tiene mucho respeto por aquellas culturas, nunca falta la oportunidad (sin miedo a ser reprendido), de en las triviales conversaciones hacer mención de aquellos lares y de aquellas nobles creencias.
Vale aclarar que Punta Piedras es el nombre del pueblo donde Don Argentino se domicilia; muchas veces acompañado de su amiga Tábata; que en esta casa vendría a ser como una reina absoluta. Y que Punta Piedras se encuentra ubicada frente a la ciudad de Montevideo, en Uruguay, pero del lado Argentino. Separada por el ancho Río de la Plata. Justo en la confluencia con el océano Atlántico.
Entonces, en resumidas cuentas, queda dicho que Argentino y Tábata esperan a quien viene llegando; pero que no es la tal Susana, hija de la cantante Bety Nilda y del propio Argentino, sino Luisa Larisa Mesino; hermosa persona, de para nada despreciar, que casualmente parece estar enamorada del dueño de la prefabricada. Y en cuanto al tiempo, sigue siendo un día muy complicado pues llueve sin desmedro. Siendo que ya mismo la calle está cubierta de agua hasta la altura del cordón de la vereda. Que mientras Luisa viene llegando; añorando tener patas de rana. En la casa prefabricada reina una expectativa infinita. Donde, no obstante las diferentes realidades de circunstacias tan distintas, la risueña Tábata se despacha con un último comentario, referido a la pésima inversión que hiciera su compañero al adquirir la vivienda de estilo Americano. Qué por cada trueno que suena, tiembla cuál si fuera de cartón pintado; por tanto considerando la compra cuál una verdadero despropósito. A lo que Argentino responde, a modo de metáfora indicadora de lo que siente por el bocadillo de su amiga, que nada le resulta más angustioso que al llanto de las palomas. De inmediato solicitando que prefiere escucharla hacer música con la voz antes que oír las exclamaciones de lo que opina. Pero no obstante, y a propósito de la adquisición de la prefabricada, la cantante espectacular insiste en recriminar, que si lagrimea por las aureolas de humedad que de golpe asoman, es porque lo han estafado de lo lindo. Para lo cual, Argentino, sin quedarse atrás con ser fuertemente varonil, responde con asegurar que sino fuera porque espera llegar al amor de su vida, entonces sí que la llevaría a la habitación para ajustar cuentas en la cama.
Pero más allá de los dires y diretes, lo que ahora prima, es ver llegar sana y salva a la nueva empleada de cantar a domicilio. Donde claramente se escucha como voz de fondo al propio Argentino diciendo, que le va a tirar unos pesos pero a la vez le irá a exigir que venga a cantar de onda. Además comprometiéndose, a que antes de lo pensado, como le prometiera a Bety Nilda, sin vueltas se va animar a contar la historia completa de ser él su padre. A lo que Tábata lo tranquiliza haciéndole ver, que si la piba ignora su origen no tiene porque andar angustiada por un posible rechazo. Además de prevenirlo de estar alerta de por sí acaso la chica canta tan bien como la madre, pués entonces lo más probable es que le vaya a exigir estar anotada en blanco. A lo que Argentino responde desear que cuánto antes lleve su apellido y sea su heredera.
Por su parte, Susana, y no la que lucha contra la tormenta, es hija de Bety Nilda; una enorme artista que antes que ella viniera al mundo, también se desempeñaba como solista contratada para cantar a domicilio. Qué con toda la fama que en aquel momento tenía, cuál la integrante de un harén, le venía a cantar en exclusivo para Argentino, aparte quedándose fuera de hora a disfrutar de pasar buenos momentos.
Aunque para aquellos entonces, Argentino la recibía en la casa antigua, de material, pues la prefabricada aún no había sido instalada; y parece ser que allí fue engendrada: la amiga de la farsante enamorada que con tanta dificultad viene arrarribando.
Y en el local que está al frente, se haya instalada la gestoría del automotor. Negocio por demás prestigioso que en realidad se encarga de realiza distintos trámites. Principalmente transferencias del automotor, habilitación de comercios.
Entonces la señorita que se hará pasar por Susana, viene marchando a duras penas, con el agua hasta las rodillas, rumbo al encuentro del hombre que ama. Ayudada solamente de un piloto, botas de goma, y un paraguas plegable de dudosísima calidad. Un decir: paraguas que en el recorrido ya van varias veces que se ha dado vuelta quedando como embolsando peces que caen del cielo; con todo es un capital enorme poder contar con algo de abrigo en una situación de tan crudo vendaval.
Entonces, impulsada por un fuerte deseo, de amar a quien la atrae como nada en el mundo. Y atada a la responsabilidad que la une grandemente con el deber de ser coherente con lo que siente. Ahí viene llegando, con guitarra nueva, a dios gracias metida en funda de primera calidad, la única persona en el pueblo capas de enfrentar tamaña tormenta. Que con sólo haberlo conocido a Argentino en un par de ocasiones, avanza Luisa impulsada por el viento arremolinado y una fuerte atracción que siente por éste prócer qué bien podría ser su abuelo.
Siendo que días pasados al encontrarse presente justo cuando Bety Nilda le informó a Argentino de la paternidad de Susana, ella presenció la escena desde no mucha distancia; al instante cayendo muerta de admiración. Qué ese mismo día fue que, en situación disparada, quedó atrapada entre dos fuegos; mientras tanto que Argentino la veía calculando que era su hija Susana.
Entonces Tábata le advierte que por concerlo boca suelta, para poder callar la verdad de la paternidad, además de contener las emociones que lo dominan, deberá contraer músculos y esfínteres hasta el tuétano. Para lo cual Argentino responde que en situación de catástrofe, el miedo se debe convertir en prudencia de andar a tientas entre las vicisitudes. Entonces por el camino que conduce a la prefabricada el agua sobrepasa la caña de las botas. De abajo hacia arriba casi cubriendo la tercera parte de las bellas hortensias. Que hay olas del tamaño de pliegos en una lona sin plegar, perteneciente a una carpa de circo. Y las nubes, en forma de espiral que se enroscan unas con otras. Con el viento soplando por los cuatro costados y el agua azotando al pueblo a baldazos permanentes.
-Buenos días, Don Argentino. Por fin llegué. Qué hermosa casa tiene usted. Toda rodeada de hortensias, la loca.
-Hola, Susana, me alegra mucho que te hayas animado a venir con semejante día. Pasá. Te ayudo.
-Hola, yo soy la mucama. O mejor dicho, una especie de Ama de Llaves. Me encargo de muchas cosas diferentes. Mi nombre es Tábata.
-Antes que nada, quería pedir si los puedo tutear; porque sino me voy a sentir como hablando en castellano antiguo.
-Si, claro, ningún problema. Después de la proeza de animarte a venir con un día tan deplorable, debo admitir que me siento rendido a tus pies.
Y así de a poco se van acomodando, incluso, Tábata, debiendo pasar un trapo como para secar los charcos que fueron quedando en la entrada; que son la nada misma comparado con la inundación de afuera.
Más luego de mucho andar un caracol hubo muerto en el marco del portón, del lado de adentro.
Pese al día tan huracanado y torrencial que debiera acaparar la atención del grupo, Argentino mira de soslayo a la mujeres que se comen los ojos con el sólo intercambio de miradas. Y cómo para romper la tirantez reinante, que ni el sonar de los truenos es capaz de distraer, Argentino tose logrando romper la tensión nerviosa.
Con lo cual, Luisa, alegremente declara haber sido agraciada por un admirador anónimo, quien le hubo regalado la bella guitarra. Agregando con orgullo, que con sólo observar un poco se puede establecer que es de buena marca.
-Si está a la altura de la funda calculo que debe estar buenísima.-dice Tábata, sin resentimiento alguno, a la vez tratando de disimular el achaque de una verdad oculta que se niega a revelar.
A lo que la muchacha responde, con la inocencia del que ignora la procedencia de un misterio, tratando de quitarse la humedad de encima.
-Cuando venía por poco la uso de tabla de barrenar.-así provocando una carcajada general, a la que Luisa se suma espontáneamente, para luego seguir solicitando favores.
Quisiera pedirle, Don. Me puedo mover con libertad por dentro de la casa? Dónde podría dejar el paraguas y las demás cosas mojadas?
-Pasando esa puerta hay un lavadero… -se apresura a decir Tábata; que hasta el momento siempre hubo impedido meter bocado al dueño de casa.
Cuándo por ése instante se quedaron solos, Argentino le ruega a Tábata que por favor evite mortificar a Susana; la nueva adquisición, que con impaciencia y ansiedad anhelaba ver llegar, entre el barullo mental del perturbado por un afán inmenso; su más que adorada personita, que en adelante se quedará ligada a su bien habido destino.
Pero de pronto se escucha un grito ahogado, acompañado de una abrupta aparición de Luisa. Que perturbada por algo feo que experimentó, pide disculpa por el susto evidenciado. Según por lo que afirmar, reacción justificada por motivo de haber visto el cadáver de un niño, totalmente desnudo, muerto de sarampión.
Para lo cual, Tábata, le informa de estar más que equivocada. Pues lo que sus ojos vieron es un lechón adovado. Lechón que debería haber llevado a la otra casa si es que el clima acompañara para bien. Entonces todos volvieron a reír dando por finalizado el mal entendido.
-Estimado Don Argentino, tengo que darle la siguiente mala noticia. Sólo por hoy me va a resultar imposible poder cantar. Para hablar normalmente, vendría a estar regia, pero si pronuncio una nota musical temo quedar despedida.-anuncia Luisa apretando los dientes mientras habla ayudada del vientre.
Y así, en círculo de tres, giran como calecita, nunca terminando de acomodarse. Pues en realidad, aparte del clima adverso, por un lado para Luisa existen ciertas incongruencias que hacen que todo parezca como salido de una película de suspenso. Cómo por ejemplo que Tábata es algo más que una empleada del servicio doméstico; pues de lo contrario permanecería alejada o sencillamente se iría a la otra casa. Por carácter transitivo haciendo denotar que ella es una nena boba que debe aceptar cualquier cuento que se les ocurra. Mientras que para Tábata también hay de raro el hecho que Susana se comporta como estando enamorada de Don Argentino; siendo que se trata de su hija; aparte haciendo notar como que ella está de mas o sencillamente molestando. Así mismo, tambien hay de absurdo, lo cual entorpese el aire poblado de espesa humedad, que Argentino se muestra como un arlequino embriagado de incontinencia teniendo al confesando la verdad de los hechos; a punto de escaparsele de los labios turgentes el gritar la buena nueva de ser padre de un verdadero bombazo de mujer. Pero que por el momento, de puro viejo mañoso, sabe como pilotear la euforia.
Sin embargo la tormenta es tan fuerte que termina siendo la protagonista del momento.
-Qué aguacero!
-El diluvio universal un poroto al lado de esto.
-Jefe, le quiero decir, no logro frenar el impulso, que cuando entraba por el pasillo me he quedado maravillada del rosal que está en la maceta, a medio florecer, claro; porque sino ya era como para felicitarte, amigo.-vocifera Luisa, exhibiendo grandes deseos de besar al hombre que la observa cual si fuera una escultura de Miguel Angel. Pero a la vez mostrándose turbada, queriendo alejar el tema de la música; más que nada para evitar cantar; pues de tocar el instrumento acústico sabe lo suficiente como para pasar la prueba de fuego; aunque de lo otro, piensa, más valdría dar vuelta el pentagrama.
Y tratando de evitar halagar de nuevo la tormenta, Luisa desea saber si Argentino no teme la posibilidad de algún maleante poder llegar a esconderse debajo de la prefabricada. Aunque imposible, a lo que Argentino amaga salir corriendo a mirar de cerca. Mientras exige que le cuente con precisión lo que hubo visto cuando venía entrando. Pues entonces Luisa, mostrando buenos modales, responde que solamente pregunta, porque debajo de la base queda un espacio libre donde se puede meter cualquiera. Logrando con ello tranquilizar a su flamante empleador, quien, al momento está siendo asistido con un rifle Winchester que le entrega la señora Tábata. Ocurriendo que al recibir el arma se larga a decir qué de haber habido alguien debajo de la casa ya estaría ahogado. Entonces, Luisa, dando por finalizado el mal entendido, aprovecha la oportunidad para ofrecer unos buenos punteos de guitarra.
Pero no sabiendo del todo bien como comportarse, de inmediato nuevamente exclama estar maravillada de ver el rosal con sus rosas adheridas pese al fuerte viento; además de expresa sentir profunda emoción de observar, cómo con semejante aguacero, en un rincón de la baranda de afuera, una tela de araña permanece totalmente intacta. Donde finalmente repara en un globo terráqueo que hay sobre una repisa, diciendo que ama la geografía además de gustarle mucho los mapas como decoración. Con lo cual, Argentino queda embelesado de amor por el despliegue de su hermosa hija, a quien dulcemente responde con también querer obsequiarle el globo; para así cuando regresen lo pueda tener de recuerdo. A lo que Luisa agradece con pasión y duda, queriendo saber el porqué Argentino dice, también te lo regalo. Haciendo la lógica pregunta de querer expresar con la idea un antes haberle obsequiado otra cosa. Con lo cual Argentino se ve obligado a declarar que ha sido él quien le regaló la guitarra.
Y entonces la muchacha, da las gracias. Haciendo un comentario referido a que por la cara que puso Bety Nilda ya le pareció que alguien muy allegado se atrevió hacer semejante regalo. Pues entonces manifiesta sentirse doblemente agradecida. Agregando una nota de color al decir que calcula que a cómo vienen las cosas, seguramente el globo le irá a servir como flotador salvavidas.
Y a propósito de Argentino obsequiar el globo, se suscita una conversación por demás peculiar e interesante. Y así empieza deciendo la propia Luisa la siguiente curiosa reflexión; lo más probable para evadir la grave circunstancia de tener que cantar cuando no lo hace del todo correctamente.
-Ahora que veo con detenimiento el mapa, descubro que la península Ibérica no es ninguna península. Porque al ser el estrecho de Gibraltar tan angosto, es como si África y Europa fueran un mismo continente.
A lo que Tábata se apresura a responder, cómo queriendo recuperar algo de terreno perdido.
-Con ese criterio tendríamos para decir que, incluida Oceanía, toda esta masa terrestre es un único continente. Con lo cual solamente existen dos grandes masas terrestres en el planeta: América por un lado, y Europa, Asia, todo lo que vendría ser India y la propia Turquía, además de China y Afganistán.
-Claro, y decir que las islas Malvinas pertenecen a Europa, es como decir que Madagascar le corresponde a Estados Unidos.
Cuando de pronto la casa de estilo Americano comienza a temblar por todos los costados. Tratándose de un movimiento uniforme, espacioso y ondultante; de inmediato haciendo descartar la idea de un cruel terremoto. Que ahora literalmente la casa prefabricada de estilo Americano está flotando, navegando por la ribera de Punta Piedras.
De la fuerte emoción que cada uno maneja, no se percataron que la enorme tormenta que azota al pueblo aparte lo haya inundado de semejante manera. Resultando que al poco rato de hablar, la prefabricada se alzó quedando flotando cual un corcho en la bañera. Entonces ante la nueva situación, la relación entre ellos dejó de ser de estudio, tanteo y desconfianza.
-Es evidente que en cuestión de escasos minutos llovió el equivalente a todo un siglo entero.-se arriesga a vaticinar Luisa ahora si reparando en la catástrofe.
-Dos cosas por lo cual me siento avergonzado- responde, algo aturdido, Argentino, a modo de justificación.
La primera: Cuando hice construir la base donde se montó la casa, ni por joda imaginé que algún día pudiera suceder esto de caer tanta agua en un mismo día. Y la otra es que por ese mismo motivo la casa no estaba adherida al suelo sino solamente calzada sobre una buena cantidad de soportes de duro quebracho.
-Y ahora que haremos? La prefabricada está girando sobre su propio eje.-dice Tábata, super afligida, haciendo equilibrio cual un malabarista. Para enseguida hacer la siguiente propuesta:
-Debemos nombrar un capitan.
-Cómo es que sigue habiendo luz?
-Querida Susana, es una historia muy larga, pero, resumiendo, te cuento que al no haber podido habilitar un segundo medidor es que me decidí por colocar unas pantallas solares.
La casa gris oscuro, si bien aún transita por la pequeña aldea, navega directo hacia el Río de la Plata.
Y Argentino, tratando de justificar el error de emplazamiento, sin un encadenado que haya sujetado la base al suelo, se la pasa justificando la macana en dar por seguro que gracias a ello es que están a salvo con vida; pues de lo contrario hubieran perecido ahogados, o bien en estos momentos estarían parados sobre el techo de la casa.
Por su parte Tábata, coloca alguno de los últimos leños en la salamandra, intentando convencer a Susana, de a pesar el disgusto por lo sucedido, se anime a tocar un poco la guitarra y de ser posible cantar junto con ella. Pero sin embargo Luisa arremete con el tema que más prefiere que es el de la conformación de la familia. Diciendo que le gustaría saber de que trata la relación que tienen sus compañeros de travesía. Porque resulta evidente que Tábata es algo mas que una simple mucama. Apostando a decir convencida que detrás de esa relación existe una madeja que esconde una suculenta historia.
-Mirá, te cuento pero no me juzgues. Yo era una prostituta de trabajar a domicilio, hasta que él me conoció y se enamoró perdidamente.
-Así, no me digas?
Y vos, Argentino, que tenés para responder a la declaración de la sirvienta? Porque sí vamos a morir atragantados de agua es necesario que nos vayamos conociendo.
Entonces, cómo para terminar de hablar pavadas, y decir cosas algo más realista con relación a lo que está sucediendo, Argentino volvió a mostrarse verbalmente preocupado por andar navegando a la deriva sin siquiera una tabla que oficie de timón.
-Reviso con la mirada en busca de una madera para fabricar algo que nos pueda guiar, y se me parte el alma de pensar en tener que desarmar parte de mi amada casa de estilo Americano.
Y así como están de preocupados se sientan a la mesa a ver si por casualidad a alguno se le ocurre alguna una buena idea. Los tres coincidiendo en que lo mejor será esperar que la prefectura se digne a querer rescatarlos; y entre tanto permanecer lo más tranquilos que se pueda.
Y una vez distendidos,Tábata enciende la mecha de la rivalidad política, al ponerse a elogiar al actual presidente. Haciendo mención del buen momento de la economía. De lo prometedor que significa que se haya aprobado la ley de Bases. De la importancia de tener una moneda estable sin tanta inflación. De la rapidez conque se van resolviendo los graves problemas que dejara el populismo. De como hubo mejorado la flamante programación de los canales públicos.
Por su parte, Luisa, movimiento negativamente la cabeza, a cada palabra que la otra dice demuestra un total desacuerdo. En cuanto puede refutando con los argumentos típico de la izquierda; que finalmente es la filosofía con la que se identifica. Paralelamente, Argentino, se muestra preocupado por una cuestión que al poco rato de masticar da a conocer con lujo de detalles.
-Miren, Chicas, hay algo que les tengo que confesar. Con este frío me voy a tener que meter al agua. Debajo de la casa tengo escondido un valioso tesoro. Y antes que vengan a socorrernos con algún helicóptero mejor prefiero tener el asunto resuelto con el cofre aquí arriba.
Lo único que les pido, como para darme fuerza extra para cuando me zambulla, es que me canten alguna canción a dúo.
-Para empezar que te parece Samba de mi esperanza? Te puede llegar a gustar?-dice Tábata sin dudar un segundo. Pero al ver a Luisa algo cantrariada, arremete de manera hiriente.
-Entonces, si tu empleada se niega a querer cantar, bien me puede acompañar con la guitarra.
-Allí veo un botella de whisky. Le doy un par de tragos y de seguro te colaboro con la segunda voz.
-Buena idea. Y de paso, mientras me pongo en calzones, yo también tomo un poco como para darme valor y un poco de calor. Sabían que al whisky lo inventó un alquimista?
A lo que las chicas respondieron desconocer por completo el origen de tan noble bebida.
Son apenas pasada las once de la mañana y la casa ya casi está flotando sobre el Río de la Plata. Teniendo a favor el ser inútil temer chocar en el fondo contra un banco de plaza.
-Cantando sos una verdadera soprano del Colón.-le dice Luisa a Tábata apenas entonó un par de frases de la famosa samba. Quedando la respuesta en veremos. Con Argentino que se introduce en el agua.
Y mientras tanto el Viejo lobo de mar bucea en busca del amado tesoro, rápidamente, Tábata le cuenta a Luisa, que posteriormente a su madre, Bety Nilda, algunos años después, ella misma fue quien la reemplazó como la nueva cantante de cabecera. Además de asegurar que es totalmente mentira que trabaja de prostituta, pues en realidad se conocieron en una peña folclórica de lo mas careta. Él la escuchó cantar, y es como que quedaron ligados para siempre.
-O sea que yo soy una cantante contratada, igual que tu madre y vos misma.-dijo para cerrar el cuento.
-Qué hombre que sabe cómo darse todos los gustos, y encima tiene un tesoro escondido.-replica Luisa mientras piensa: Cómo hacer para disimular el amor que siento? Esta vieja ya se debe haber dado cuenta. Tarde o temprano se los voy a tener que decir. Sin duda ha de ser una declaración de amor a conciencia de lo que siento. Está mujer canta como los dioses. Ojala yo pudiera hacer lo mismo. El whisky me ha favorecido aunque de todos modos yo canto como un canario triste, con las alas cortadas, viviendo encerrado en una jaula de veinte centímetros por veinte centímetros.-y así continúan pensando Luisa mientras tanto toca la guitarra y tímidamente tararea.
Cuando Argentino hubo regresado, lo aplaudieron cual a un héroe nacional. Lo arroparon con un toallón. Y lo llenaron de besos.
El tarro de plástico que contiene el tesoro, que pesa bastante, se trata de un recipiente que pertenece a un suplemento dietario. Bien sellado, con tapa a rosca. Pero Argentino no permite que nadie lo toque. Si quieren sus joyas van a tener que cantar hasta quedar afónicas.-piensa mientras suavemente samarrea el tarro.
-Hay que tener en cuenta que antiguamente los obreros de hoy día eran esclavos por la fuerza.
Dice Tábata como para calentar el ambiente con la adrenalina que sale de dentro; en esta nueva etapa donde en adelante serán dueños de un gran tesoro.
A lo que Argentino, adivinando la intención cargada de codicia, y amparándose en las postrimerías del bien de los valores, responde: Que su tesoro para nada irá a estar sujeto a la lógica repartija entre la banda, luego de un asalto a las cajas de seguridad de un banco. Porque entre otras virtudes, es un hombre de bien que jamás hubo robado a nadie.
Y mientras tanto Argentino hablaba de su tesoro, sin por el momento dar demasiados detalles, Luisa piensa en su amor alojado en el fondo de las entrañas. Donde nadie podrá llegar a él a menos que sea el propio interesado padre de su mejor amiga. Por otra lado sentiéndose perdida sin el cargador de la batería; con además los otros celulares de sus compañeros olvidados en la casa principal; que de seguro a esta altura debe estar absolutamente inhundada. Con decir que tiene en su aparato telefónico un mensaje de audio de la propia Susana. Pero duda en escuchar el contenido porque prefiere dejar la poca carga para algo más importante referido a un posible rescate.
En sí, la situación es por demás crítica, porque a la velocidad conque el continente se va desagotando, ellos, sobre la prefabricada, navegan por el Río de la Plata nada menos que hacia la desembocadura con el mar Atlántico. Pero aún así, poco y nada pueden hacer para modificar la complicada realidad en la que están inmersos. Entonces, haciendo lo imposible por permanecer tranquilos, actúan como si estuvieran navegando en un velero de gran porte.
Aunque supone que la propia Bety Nilda ya le debe haber enseñado, Argentino intenta instruir a la primogénita con la clave secreta para poder cantar de primera. Pero al ver la cara de culo enojado de Tábata, prefiere cambiar de tema. Volviendo a la situación anterior, asegurando que un buen baño frío es saludable pués ayuda a hacer circular la sangre. Pero sin embargo no logra resistirse a la tentación de volver a intentar abordar el tema en cuestión de cómo hacer para vocalizar de primera. Diciendo que según su parecer los que se dedican a la profesión de cantantes, deben cantar a toda hora del día, en cualquier circunstancia, y sobre todo en cada rincón de la casa, incluido el baño. Además de tener el deber de amar a los pájaros y en cierta medida imitarlos.
Entonces Tábata se apresura en decir que para cantar cómo se debe lo mejor es imaginar que se carece de aire en la boca y los pulmones.
A lo que Argentino, indignado, responde.
-Que?! Si cuando se canta se respira mal se corre el riesgo de con el tiempo contraer un cáncer en los pulmones. Que estás diciendo?! Loquita.
Tábata incistiendo en desviar la atención de Luisa, queriendo confundirla a mas no poder.
-Me refiero a solamente imaginar no tener aire en los pulmones; a una imagen regente.
Por su lado, sin saber porqué, Luisa muere de ternura al ver a Argentino preocupado por ella. Y sin querer, se vuelve a conectar con la tela de araña que pese al temporal había permanecido intacta; cuál si dicho hábitat fuera indestructible como el incipiente amor que siente por Argentino. Que por tal motivo se levanta a corroborar por la ventana la gracia que está pensando.
Siendo ésta situación como un disparador para Tábata de inmediato advertir a Argentino de callar la fórmula para poder vocalizar correctamente.
Insistiendo en decir que fue ella quien se lo enseñó; y que por mas hija que sea éso debe permanecer en total silencio.
Más, cuando Luisa regresa, mas que nunca antes se siente como arrastrada por el deseo de declararse enamorada, a los albores de una confesión con todas las letras. Entonces, dice:
-Antes de morir en las garras del océano, debo apresurme en decir que me siento muy enamorada de vos; Argentino.
Para lo cual, el gestor, dueño de la prefabricada, con los ojos como dos huevos fritos, responde de inmediato, todo lo contrario a lo que la muchacha espera.
-Pensaba decirlo mas adelante, pero prefiero darlo a conocer ahora. Antes que sigamos avanzando en la relación debo ponerte al tanto de una verdad ineludible. Soy tu padre. Si, si, soy tu padre.
Cuándo tu madre venía a cantar a mi antiguo domicilio, tuvimos un romance. Y ya te podrás imaginar el resto de la historia. Solamente que nunca me lo había informado; digo, el hecho de ser yo el culpable de llenar la cocina de humo. Sumado haberme enterado hace solamente un par de días de la verdad de los hechos. Y además, me quiero hacer cargo, hija mía.-con éstas palabras catapultando la relación como al comienzo de cuando la prefabricada estaba en su sitio; retrocediendo adonde la supuesta hija empezaba a estar celosa de la pareja de su enamorado.
En resumidas cuentas, Luisa, necesitando contención afectiva de tipo contacto físico; un abrazo aunque más no sea. Sin embargo encontrando como espejo de la situación, a un señor preocupado por cambiarle el apellido, igual al de Bety Nilda, por el de él.
Entonces Luisa decide retomar la vanguardia con nuevas indagaciones.
-Necesito saber por qué la relación de ustedes está viciada de ocultamientos, con ella haciéndose pasar por sirvienta, por todos los medios evitando decir que aunque de manera extraña conviven juntos. A que se debe que durmiendo en la misma cama eviten decir que están en pareja?
Porque por más tesoro que uno pueda llegar a tener disponible, es poco probable, o directamente imposible, que alguien vaya a pagar a una cantante como para tenerla las veinticuatro horas disponible.
-Hija mía, sino fuera que Tábata tiene tanto éxito con los hombres, ya le hubiera propuesto matrimonio. Pero es cuestión de darse vuelta para verla como se va con otro; y yo no tengo tanta categoría para soportar éso; para lo cual me conformo con contratarla como mí cantante exclusiva.
Pero de todos modos la quiero porque en un mundo donde el sol castiga por nuestro pecados, es la sombra más oscura que existe.
-Te pregunto, vos me decís hija, y yo que hago con el amor que siento...
-Así como el agua del río se va transformando en mar celeste, vos también tenés que hacer una reformulación de los sentimientos, hacia un sano amor acorde con lo que se debe. Además yo tengo mas de sesenta y vos solamente veinte.
Vale decir que el tiempo ha mejorado ostensiblemente. Entonces, Tábata, animada por la perspectiva de ver un mar tranquilo, propone ir preparando el lechón abrazado a la salamandra.
La sola idea de ensuciar el piso de la prefabricada con grasa de lechón de cerdo cocinado a fuego lento, lo pone a Argentino al borde del surmenage. Para lo cual prefiere cocinar unos fideos con aceite y ajo frito, a lo que Luisa, risueña, cambiando de tema agrega diciendo.
-Con respecto a la conformación del mundo en diferentes continentes, siguiendo el criterio de la variación de la topografía, suguiero que dividamos América en dos continentes; a saber. Por un lado, América del Norte y América Central; un continente. Y América del Sur otro continente separado del resto.
Más luego de onda deliberación, la prefabricada pasó a llamarse: La Chismosa. Dando comienzo a un inesperado recital diurno. Con la casa que continúa flotando como si tal cosa; que bien se puede decir navegando cual si hubiera sido creada sólo para esos fines. Qué navega plácidamente envuelta de un halo sonoro que proviene de las voces de sus habitantes que se han puesto a ejecutar canciones; principalmente de parte de Tábata, que siempre que comienza una luego la termina y enseguida arranca con otra; en esta oportunidad acompañada de algo menos que un coro de voces por demás agradables; provenientes del canto dulce y tímido de Luisa; con también la estridente voz del capitán y señor de los mares. Más, sobre el trastocado firmamento, un horizonte que exhibe un tímido arcoiris fabulosamente ancho; donde la lechosa luna se asemeja a una medialuna de panadería que alguien colgó sobre el aire; con además el ininterrumpido sonido del mar que por tal equivale una orquesta sinfónica; sonido altisonante que de ninguna manera consigue tapar las canciones. A esta altura música propia de un mar Atlántico en pañales, que cuál fruto maduro que se pudre, se va transformando en el próximo escenario de esta historia; de un eterno día huracanado para siempre recordar.
Cuando Argentino tenía mas o menos siete, ocho años, asistía a los ensayos de la naciente banda de rock, Vox Dei. Hasta se dio el lujo de tomar mate de la misma bombilla que Quiroga y Soulé. Además de escuchar infinidad de canciones cantadas por los propios protagonistas; muchas veces casi cuál canción de cuna, dormitando bajo los efectos de la Biblia del lugar, de autoridad de la banda.
Incluso algunos años después intentó formar su propio grupo con músicos de camadas posteriores. Pero a decir verdad su vocación es la ser un acérrimo oyente y fanático consumidor del maravilloso sonido que proviene de la música. De cualquier tipo de música, incluso la clásica de Bach y Beethoven. Vaya si los viera Poseidón cantando cuando deberían llorar. Entonces las ondas sonoras que salen de la prefabricada se esparcen sobre el océano Atlántico, sumando a la música propia de la naturaleza, bellas melodías cargadas de emoción; llevando el mar, en su lomo a cuesta, canciones de Fabiana Cantilo, Mercedes Sosa, y Facundo Cabral.
Que entre aquellos tantos factores imposibles de anotar en la pizarra del cielo, tres almas impregnadas de estupor y agradecimiento, tres almas navegando sobre olas irregulares, que la ilusión desearía que fueran hojas secas de un hermoso bosque de la Patagonia, esperan la ayuda de tener a favor las bondades de la naturaleza.
Más después de tan significativo momento. Del bautismo de la prefabricada y del mini recital como broche de oro. Cuando volvieron a usar las voces para hablar sobre trivialidades, Argentino quiso saber que opinión les merecen aquellos cantantes exitosos, que luego de obtener un triunfo rotundo, por nada del mundo abandonan el repertorio y repiten siempre lo mismo hasta el día de su muerte. O por el contrario, bajo la misma circunstancia, de alguna manera se opta por renegar de la consagración de los temas conocidos, asumiendo caminos nuevos con canciones totalmente diferentes.
Bueno, en fin, esa fue su disertación a la vez de una pregunta. A lo que las damas coincidieron en contestar. Que tanto les place repetir canciones archi conocidas como abrazar lo nuevo que viene llegando.
-Algo positivo que tiene esta desgracia por la que estamos atravesando: De navegar sin bandera y sin gobierno. Con futuro de vida totalmente incierto. Y es que esta mujer, compañera de vida, obligatoriamente, se va tener que quedar en casa algo mas de lo que siempre tiene acostumbrado. Y renglón seguido poder disfrutar de su voz sensacional. Porque yo adoro escucharla cantar casi tanto como recibir buenas noticias. Que me tienen que poner babero para que el pecho se mantenga seco. Porque cuando escucho su canto, siento que me acaricia los sentimientos, entrando yo en estado de rejuvenecimiento. Y por el solo hecho de ser un hombre privilegiado que puede escuchar su canto de cerca, rebotando por entre las sinuosas curvas de mis cartílagos, soy capaz de mil veces mirar para otro lado cuando es abordada por otros hombres.
-Te pido, Argentino, que dejes de sufrir por el amor que funciona a base de regalos. Porque ya mismo te ha llegado la hora de estar con quien nunca se irá apartar de tu lado. A parte que nadie sabe que sos mi padre, entonces que importa el grupo sanguíneo sí apenas nos estamos conociendo?
Entonces Tábata, que a Argentino también lo quiere un montón, reacciona sin solicitar que la autoricen.
-Para nada las personas somos lámparas que al ser frotadas dicen la verdad cual si las estuvieran torturando. Porque, como en la caja negra de un avión, el alma es donde quedan alojadas las verdades de tu historia que más luego definen la calidad del espectro.
Entonces al tener que enfrentarme con personas como vos, aquí en la mente tengo las verdades de la filosofía preparadas para educar al ignorante.
Machacando con el molcajete los conceptos primordiales. Qué cuando escucho insinuar que somos todos iguales pierdo los estribos como primera solución queriendo alzar las banderas del liberalismo.
Entonces, quiero imaginar, que entre la dos izquierdas que existen: La romántica del Che Guevara que incentiva a los jóvenes a luchar por un mundo mejor. O la facinerosa que cultiva y vende droga arruinando la salud de la gente. Te quedarás eligiendo la del fabuloso comandante.
Entonces al provocarse un nueva trifulca, Argentino estiró los brazos para mantener separada a las dos mujeres de irse a las trompadas.
Por su parte, Luisa, asumiendo ser una militante de la izquierda retoma la postura combativa que le sabe necesaria. Para lo cual, con vehemencia en el rojo de los labios, se expresa de la siguiente manera. Diciendo que en realidad se hubo quedado sin voz, quedando algo disfónica, debido a que fue a abuchear al presidente que presentó un libro acusado de plagio. Desafiando a la concurrencia a pensar acerca del asunto atroz de tener que aguantar en la presidencia de la nación, a un señor poco inteligente, que habiéndose pasado la vida elogiando a los libertarios, ahora se alza con la ignominia de ser un haragán ladrón del intelecto.
Por su parte, a mi juego me han llamado, pensó, Tábata. Para luego decirle a su contrincante política lo siguiente.
-Pasa que cuando se diserta, se habla, o se discute de economía, siempre se utilizan los mismos términos, e idéntica forma de expresión.
Queda visto que pasado el mediodía, en pleno naufragio, cada cosa que ellos van diciendo está cargada de algo de furia, un poco de emoción violenta, y bastante poca inteligencia.
Entonces, con profunda ansiedad, Luisa manifiesta tener miedo a un futuro de cruento apetito, haciendo la siguiente sugerencia.
-Antes que la leña se termine. Previo quitar el posible óxido que pueda tener la salamandra. Sugiero pongamos a cocinar el lechón adovado. Porque para nada quisiera tener que comerlo como si fuera jamón crudo sin estacionar. Y en cuanto a la grasa que vaya cayendo en el piso de pinotea, seguramente la madera la absorberá y le vendrá fenómeno, cómo para así impermeabilizarlo.
Finalmente, el lechón adovado, continúo su vida, a fuego lento, abrazado a la salamandra. Mientras La Chismosa y sus tripulantes se van de a poco internando en el océano. Polemizando de política, en las garras del Atlántico, a la altura de la Bahía Samborombón.
Y cómo queriendo llevar la cosa hacia el terreno conocido de las letras de las canciones. Sin darse verdadera cuenta del callejón sin salida donde se mete de comedido. Argentino pregunta, confiado de su impronta creativa, tratando de por fin disipar el espíritu competitivo instalado en las damas.
-Cuál sería el mejor olor para hablar del amor en tiempos donde la incertidumbre acerca de la vida y de la muerte se impone sobre el resto de las cuestiones?
Más luego de un breve suspenso, señalando la olla con restos de los fideos, él mismo se encargó de responder, quizás en forma de parábola, con el siguiente tono dicharachero.
Si se tiene en cuenta a los insectos alojados en las macetas, sin duda el aroma del ajo frito, del color del oro, es la mejor opción para las fosas nasales de propios y ajenos.
2-
Y entonces es que Argentino gasta parte del almuerzo explicando lo que contiene el tarro de plástico, perteneciente a un suplemento dietario. Y sin hacer grandes juramentos de regalar nada, cuenta la historia del valioso cargamento en monedas de oro. De un peso aproximado a siete kilos de puro metal, de dieciocho y veinticuatro quilates. De monedas de distintas épocas y nacionalidades que se fueron ahorrando en el seno de su sagrada familia; donde además sus queridos padres eran primos hermanos. Con la siguiente consigna, de cada vez que sobrara un manguito en el hogar, ir agregando discos del vil metal a su cofre correspondiente. Donde en la medida de lo posible era obligatorio el tener que privarse de proteínas y divertimento, con tal de comprar mas y mas monedas de oro. O caso contrario gastar del capital si hubiera necesidad de hacerlo, pero con la firme promesa de mas luego agregar el faltante y continuar con el acopio.
Y al terminar de relatar la historia de sus progenitores y de cómo él vino al mundo, con autoridad, solicita que por favor bajo ningún pretexto nadie vaya a tocar el valioso tarro.
Sin duda los espera una tarde decisiva donde no sería raro que alguna autoridad se digne a querer a rescatados. Caso contrario Argentino proponiendo cuidar al máximo las provisiones. Por todos los medios evitando tomar agua del tanque; cual la costumbre lo indica de ingerir mate tras pava de mate durante la jornada completa. Pues apenas si hay medio tanque de tan solo mil litros. Y de leña apenas sí un par de tronquitos. Por tal motivo el capitán de la Chismosa ordena beber de la exelente bodega donde hay buena cantidad de botellas de vino y además varios cajones de cerveza; para así con actitud de combatir el sufrimiento, matar la angustia, y por poco que sea, respirar algo de alivio.
En cuanto al lechón adovado, ocurre de malo que al no haber leña el destino parece decir que deberán tener que comerlo semicrudo, muy lejos de estar a punto.
Y para amortiguar la angustia que provoca la incertidumbre sobre el presente en dichas circunstancias, destapan un primera cerveza que toman del pico como en ronda de grupo de rockanrolleros.
Entonces, Luisa, habiendo saciado la sed con un largo trago de cuatro segundos, con los ojos llorosos y gran suspicacia, interroga a Tábata acerca de si da por cierto que el liberalismo, por medio de instalar la competencia entre los humanos, proporciona un mejor desarrollo físico y mental en los individuos. A lo que Tábata responde, sin dudar, afirmativamente; vociferando que por supuesto eso es absolutamente cierto. Además agregando que con sólo mirar la aureola instalada en el semblante de los encuadrados dentro del sistema libertario, por sobre la apagada simpatía colectiva de los que están sometidos al sistema totalitario de los comunistas; de ser bajo todo concepto iguales. Es suficiente para sacar conclusiones favorables acerca de los beneficios de la libertad individual y la sana competencia, por sobre el deber de delegar los destino a favor de un Estado que oprime con su presencia por todo concepto ineficaz. Frase larguísima que la propia Tábata corona con cantar una canción en verdad conmovedora.
Entonces, al Argentino escuchar esa melodía sugerente, que habla del deber ser de cada individuo, como quiera y como pueda; por cierto tan magistralmente interpreta por su compañera de ruta. Le hace temblar el alma al rememorar viejos tiempos idos donde presenció ensayos de gente muy valiosa. Sintiéndose por demás extasiado y brutalmente emocionado. Que con cara de tonto que flota en nubes de algodón, dice embelesado.
-Ah, escucho venir a sotavento el eco de la voz de mi cantante preferida, y para nada me importaría morir ahora mismo.-diciendo a su querida Tábata, qué de por seguro que nuevamente su bella voz ha ocupado buena parte de su universo interior. Que si en estos momentos un lobo marino subiera al pasillo, de seguro con las aletas aplaudiría como un loco.
Palabras cargadas de emoción que hacen que Luisa piense: en si por un pedacito de canción se pone así, cómo será si escucha un recital entero de Paul McCartney. Renglón seguido no pudiendo evitar callar un discurso contenido en contra de la soprano pianta votos.
-Sabes? Concidero poco inteligente querer seducir con canciones emotivas, de golpes bajos, como haciendo abstracción de la odisea por la que atravesamos; de esa manera creando la ilusión de estar de vacaciones. Cuando los peligros latentes que tenemos son angustiosos e innumerables. Con además la grande posibilidad que el frío que proviene del mar de a poco nos vaya congelando los huesos; para lo cual en vez de cantar canciones revolucionarias de derecha, lo mas apropiado sería rezar en silencio haber si nos salvamos.-a lo que Argentino responde rápidamente.
-Nada de eso señorita. Cualquier otra cosa antes que deje de cantar el monstruo como a mí me gusta. Pero además les voy avisando, que de tener que pasar la noche en el océano, la quisiera pasar entre sambas y boleros cantados por ustedes dos; apartado de discusiones de la política.
Entonces La Chismosa de a poco se va adentrando en el Mar Atlántico con sus tripulantes muertos de frío y miedo.
-A está velocidad para mañana estaremos desayunando en África.-dice Tábata al apreciar la velocidad con la que la casa avanza.
Y en esta etapa de la tarde donde la luz amaina notablemente, mas luego de un silencio de onda reflexión, Luisa, se anima a desafiar la veda política, a viva voz diciendo.
-Que el Congreso haya aprobado la ley de Bases es nefasto para el país, y especialmente para los pobres que deben de soportar las tantas devaluaciones.
Porque ese artículo donde el poder Legislativo delega en el Ejecutivo sus propias facultades, va a hacernos retrocer a la Edad Media.
-En buena hora estamos ante una revolución de la derecha capitalista; ya era hora de ser felices.
-Ojala que en las próximas elecciones de Estados Unidos triunfe Kamara Harris. Así le pone un poco de freno a los liberales de porquería.
Queda claro que de alguna manera, hablar, cantar, discutir (y hasta rezar sobre una Biblia que allí tienen), los hace olvidar del miedo de ser devorados por los tiburones o la tempestad.
-Si vamos a rezar sobre las sagradas escrituras antes quisiera que sepan lo que opino sobre la Biblia. Dijo Argentino, bastante escéptico al ver a las mujeres sucumbir ante la desesperanza y el escepticismo.
-El primer testamento, antes que nada, es un tratado de ciencia. Además de ser la primera escritura pública acerca de un territorio. Porque de la nada Jehová creó a Adán y Eva, o sea que aparecieron de golpe, sobre un planeta ya de por si ocupado por los humanos devenidos de la evolución de los monos. Entonces, oriundos del paraíso, no les cabió otro remedio que instalarse en el territorio donde se encontraban, seguramente de zonas donde había otros humanos de tipo bestias; por dicho sistema de aparición espontánea y apropiación logica del territorio, dando comienzo a lo que hoy día es la Propiedad Privada. Posteriormente, por medio de las sagradas escrituras, lógicamente, estableciendo un sistema de herencias y sucesiones. Por ello esta guerra entre judíos y palestinos debe ser analizada bajo el criterio de esta órbita que yo digo.
Más, todos aquellos pueblos que vayan a enfrentar a Israel deben tener en cuenta que Jehová es denominado Jehová de los Ejércitos.
Ambas muchachas coincidieron en que aquellas palabras de Argentino les significa lo mismo que haberse tomado tres botellas de whisky cada una, y hasta dar un millón de vueltas trotando alrededor de la cancha de River.
Al poco rato de empezada la tercera cerveza, va quedando evidenciado que a medida que toman alcohol, se pierde el miedo a la circunstancia de estar flotando en una cáscara de nuez. Entonces discuten de historia y de filosofía, como si estuvieran en la taberna vasca bajo los efectos de la ginebra tres plumas. Que en una tarde medianamente despejada debaten sobre quién tiene la culpa acerca del mundo estar peligrosamente coqueteando con la posibilidad de una guerra generalizada; donde las potencias mundiales hacen cada vez mas despliegue sobre sus fronteras de armas nucleares super poderosas. Y tan mortiferas son esas armas, que con solo arrojar una sola bomba, morirían miles y miles de pobres gentes inocentes; a la vez de excelentes personas. Y ni que hablar del resto de los seres vivos de toda clase y especie.
Así mismo polemizan sobre la postura ética ante el aborto. De un embrión tener el derecho de ser considerado una persona de respetar, en cuanto que su aparición significa complicar la vida de una madre que para nada lo desea. Por ahí escuchándose, de parte de Tábata, que también es mujer, la opinión globalizada de pensar que el feminismo es un extremismo, en tanto que en la mayoría del planeta la evolución de los tiempos es sumamente despareja, predominando el paradigma del varón aguerrido y la mujer delicada. Siendo que la autoridad de los varones, por cuestiones naturales de tener mas fuerza, es muy ancestral y difícil de poder rebatir con argumentos superficiales. Por su parte Luisa queriendo refutar dicha postura machista, poniendo como ejemplo lo que sucede en Afganistán, donde las mujeres son sometidas a castigos aberrantes, cuál si el sufrimiento fuera una tontería referida a un leve trauma. Pobrecitas mujeres castigadas por verdaderas pavadas, por medio de la autoridad vigente, con prendas sumamente crueles.
Hasta que ya terminanda la tardecita, Tábata vuelve a la carga en querer mortificar a Argentino, que ni de cerca se da por enterado de ser víctima de trabajos de brujería, siendo que su amiga a propósito lo mortifica para hacerlo sufrir manipulando su mente con las artimañas de una psicópata. De previo someterlo a una actitud dependiente por parte de necesitar como una droga sus canciones. Más luego haciendo enloquecer su cabeza pretendiendo que el llanto impedido de emerger le arruine el cerebro al ser comprimida la débil sustancia que lo compone. Siendo que en cierta oporunidad por medio de un grave "error", cocinó unos panes de campo con las propias cenizas mortuorias de sus queridos padres. Para luego viendo que iba a largarse a llorar, no pudiendo resistir verlo de ese modo, por lo tanto encarecidamente solicitando que haga fuerza con la cara, comprimiendo el contorno de los ojos como lo hacen los bichos bolitas ante el peligro. Con además el agravante de en días posteriores tenderle una trampa para hacerle caer una maceta de gran tamaño sobre la cabeza, y así lograr desviar la atención del literal lavado de cerebro, haciendo creer que su extraña conducta mental se debe a una falla de software y no de hardware; por lo tanto haciendo que vaya a un psicólogo de escasa reputación; además de jamás pedir disculpas.
Entre trago y trago de cerveza rubia, de muchas cosas interesante conversan en dicha tarde de un otoño ido, donde desde temprano comienza a caer el sol. También saliendo el tema de la maldita droga. Por cierto con bastante benevolencia por parte de Luisa Larisa Mesino; que hasta sin pudor parece hacer cierta apología a favor.
Tema que se origina pues Argentino, en tono de chascarrillo, le promete a las chicas llevarlas de paseo por las Europas. Para lo cual es que la muchacha que se hace pasar por su hija, sumamente entusiasmada lo agarra del cuello, a viva voz diciendo que sería como hacer realidad un sueño.
Para lo cual, Argentino, hace girar el globo terráqueo y manifista ser en extremo sencillo concretar el viaje pues dando media vuelta a la esfera ya están en la propia ciudad de Londres. A lo que Luisa contesta sentirse decepcionada ante su broma cruel. Entre otras cosas porque se había imaginado estar fumando un pitillo de opio en alguna plaza de Amsterdam.
Entonces Argentino y Tábata, ambos a la vez, se le fueron al humo como tigres intentando aleccionar a la cría, horrorizados de la posibilidad de que vaya hacer algo semejante. Cuestión que hizo a Luisa, en cierta medida retractarse. Jurando no ser una drogadicta. Además argumentando sentir temor por la droga. Casi jurando que nunca siquiera probó una pitada de ningún estupefaciente.
Cerrando la alocución, Argentino, dando a conocer, la curiosa reflexión, que para su manera de ver, los punteos de guitarra eléctrica son los culpables de que el oyente sienta deseos de drogarse. Despertando en el alma de los jóvenes, la arriesgada curiosidad de apreciar la realidad de manera psicodélica. Y fue en esta última frase, donde hubo reforzado su argumento, dando a entender que por tal motivo, de querer a su primogénita apartada de las drogas, es que le obsequió la guitarra en cuestión, de tipo criolla, especialmente elegida de exelente calidad, de un costo equivalente a algo mas que un par de monedas de oro, justamente para no despertar en ella deseos de arruinar su vida con la maldita farra de los estupefacientes. Rematando la alocución, con un pedido, de por favor, Tábata, volver a deleitarlo con su espléndida música, que siempre acompaña dibujando en su rostro una sonrisa angelical.
A lo que Luisa se apresura en querer evitar que Tábata continúe cantando, diciendo que le permitan decir unas palabras de manera recitada acompañadas de unos coloridos apergios; que sirvan de acompañamiento de fondo; cómo queriendo imitar a esos cantores que hablan de manera recitada antes de ejecutar una samba. Y así fue que hizo juramento, recitando, de nunca haberse drogado; pero no obstante por medio del canto deseando hacer, de manera campechana, una defensa de las sustancias en general. Sin hacer distinción entre las diferentes drogas; hasta llegar a incluir al propio mortífero fentanilo. E inciste en decir que para ello ese canto recitado va dedicado a fortalecer lo que piensa de corazón. Luego diciendo que en si mismas las sustancias bien usadas pueden ayudar positivamente a la humanidad. Que el mayor problema radica en la indeseable sobredosis. Porque en la mayoría de las veces, se produce el desfasaje hacia lo pernicioso por falta de una educación adecuada, que sería la encargada de guiar hasta la iluminación personal, de lograr ponerle el punto exacto a la medida a consumir. Renglón seguido alentando a las autoridades y al propio pueblo, a recomendar el uso de la cannabis para los adultos mayores, y en especial, por falta de felicidad, a los ancianos instalados en los geriátricos. Suministrada, ella, en pequeñas dosis diarias, de recina de primera calidad; que de seguro les va a proporcionar grande alivio y deseos de seguir viviendo.
Pero eso sí, dijo para terminar el recitado (que en cierta medida intenta disimular la debilidad que tiene con relación al canto), que si aceptan la propuesta que ella propone con su recital, más luego eviten cometer la chanchada de hacer faltar la medicación: porque la marihuana proporciona felicidad pero cuando te la quitan vuelves a ser el mismo infeliz de antes; y aún peor.
-Darle droga a los ancianos?! Dice Tábata estupefacta; mostrando una chancleta como para pegarle.
A lo que Argentino se ve obligado a responder de manera didáctica.
-Hija mía. Cuando por causa de las sucesivas intoxicaciones el cuerpo comienza a funcionar deficientemente: Por el hígado camino a la cirrosis, por las neuronas que no alcanzan a transmitir el mensaje, por el nuestro corazón débil e impedido de latir correctamente; que además por falta de irrigación el cerebro funciona a medida máquina. Con aparte los pulmones pintados de nicotina; o en el peor de los casos directamente agujereados. De además otras tantas deficiencias imposibles de enumerar en un solo parlamento. Todos factores indeseables de una clara decadencia camino a la dependencia en detrimento de la libertad. Con además grandes probabilidades de postración y de muerte. Que hacen que el humano comienze a perder la correcta percepción de la realidad mundana, entrando en un túnel horripilante de delirio y alucinación. Por lo tanto a circular por la vida a contramano de los valores básicos establecidos del correcto desempeñarse. Y a su vez ir para atrás con relación a los preceptos del bienestar y de la correcta salud del intelecto. Entonces, bella muchacha, un vinito en las comidas, si. Está comprobado que hace bien. Pero con la droga hay que evitar las concesiones y sin vueltas prohibirlas.
Porque aparte del problema de la sobredosis, como vos decís, también se debe considerar que la suma de ingerir pequeñas cantidades, sumadas en el tiempo, significan un castigo al cuerpo donde la salud sin vueltas se deteriora.
Y trascarton a la arenga de Argentino, que cree estar aleccionando a su adorada hija, correctamente, Tábata arremete diciendo, con total ironía empezando el descargo.
-Vaya sabiduría que transmitís con tamaño descarado convencimiento.
De además estar acompañando el estúpido mensaje con la guitarra criolla que tu propio padre te ha regalado especialmente para cantar canciones cargadas de la sana poesía de una vida interesante.
Pero ante la fuerza de la juventud convencida del mensaje de la militancia, las afirmaciones de la extraña pareja fueron insuficientes para amedrentar a la joven de fuerte carácter; que se anima a hacerse pasar por la futura heredera de La Chismosa, y de la casa antigua que quedara sepultada bajo el agua. Volviendo a la carga esgrimiendo una verdad irrefutable. Y es aquella de para los oriundos del lugar, allí en la hermosa Bolivia, la hoja de coca es conciderada sagrada. Comprobadamente conociéndose que es por demás buena, porque sabido es que ayuda y hace bien.
Para luego decir que se debe terminar con la cultura de culpar a toda la sociedad por causa de un bandido que lleva una navaja donde rebote los palpan de armas a todos. O porque haya un puñado de pendejos que te matan por un dólar bajen la edad de imputabilidad.
Y para finalizar insiste en decir que el nivel general de la sociedad está por el piso, pues el mas bruto desplaza al mas capacitado, comenzando a dirigir la batuta y entonces después la orquesta suena espantosa; en un país donde hasta hace poco estaban de moda los secuestros, más hora el robo de niños. Y que mañana tal vez los brutos vayan a querer comer carne humana porque la de novillo está muy cara. Y así, por matar infantes en rituales, por comer carne humana, es que en épocas pasadas otras culturas invadieron a aquellas civilizaciones que hacían esas barbaridades; sometiendo a esos pueblos a tener que ajustarse a un nuevo orden de cosas.
A cada minuto el atardecer se hace mas oscuro comenzando a pintar la superficie con el azulado característico del crepúsculo, donde en dicha condición de belleza natural, de a poco va careciendo de sentido discutir del rumbo del mundo en tanto las diferentes civilizaciones se llevan para la mona; que si los cuernos entre los amantes. O si el insesto. O si el lechón que hubo quedado crudo sirviendo solamente para carnada. Nada vale la pena más que rendiste a la admiración del paisaje. Con el mar planchado, luego de un cambio de clima, que ahora en nada se parece al de aquella pavorosa tempestad de la mañana.
Solo la llegada de la luna hace albergar una sensación de esperanza. De poderla ver sin que las nubes del mal augurio puedan interceder en la temida noche.
Y lentamente el coloso que se va hundiendo con sus pocos rayos en el horizonte; que se hace super lindo imaginar tener las manos sobre el rojo cielo cual si fuera una estufa de cuarzo.
Mientras Luisa piensa en tocar toda la noche la guitarra para agradar a Argentino. Éste sufre de pensar en tener que quitar tablas de la prefabricada para reanimar las brasas de la salamandra.
Por su parte Tábata alisa sus cabellos donde pronto fabrica un rodete con forma de farol chino; para lo cual un fuego encendido le vendría de película.
Y a propósito del atardecer, a modo de hacer reflexionar acerca del valor de las pequeñas cosas, Argentino con displicencia asegura que pese a la admiración y al entusiasmo que despiertan los cambios de luz en la naturaleza, visto con objetividad, solo se trata de un movimiento planetario que provoca un juego de luces y sombras; pero del que nunca se casan de admirar.
Y al mensionarse la noche fría, es donde comienza a crecer la idea de desmontar la escalera de entrada junto con la baranda que asoma parcialmente, para al momento de asenturse la baja temperatura poder ingerir alguna sopa caliente.
Pero al Argentino resistir la idea de estropear la prefabricada. Trata de convencer a las chicas de mejor seguir a como vienen. Por consiguiente arguamentando que la temperatura interior del cuerpo humano, oscila entre los treinta y seis, y treinta y seis y medio grados de temperatura. O sea que a menos que se tenga fiebre, el querer refrescar el cuerpo por dentro es equivalente a un disparate. Pero por el contrario con relación a los huesos la cosa se hace diferente, pues quitar el exceso de calor del esqueleto es arto posible. Además de muy positivo y desinflamante. Casi tanto como rasurar, con bastante frecuencia, los callos de la planta de los pies; dice muy seguro de la consigna. Para luego agregar la frutilla del postre asegurando que es muy sencillo quitar el calor de los huesos, pues aunque se sea gordo los huesos de las extremidades solo están abrigados con un poco de carne. Para lo cual, con las manos sin guantes y los pies descalzos, por medio de la transferencia del calor hacia el frío, se hace posible quitar temperatura al resto de la osamenta. Entonces les propone mantener la casa helada y así dejar las maderas de la prefabricada clavadas donde se encuentran; por nada del mundo permitiendo sacar tablas de la casa para alimentar la estufa. Además diciendo que sería capaz de desprenderse de la mesita de luz, con incluídas las fotos de antaño debajo del vidrio, antes que sacrificar siquiera alguna astilla del machimbre. Sobre todo al tener la linda esperanza de muy pronto ser rescatados; para más luego por medio en un pago solicitar trasladar la prefabricada adonde siempre estuvo. Pero eso sí, esta vez con la precaución de hacer construir una base correctamente adherida al piso, por medio de un encadenado eficiente.
Pues entonces, antes de las últimas brasas consumirse, como primera medida volvieron a llevar el lechón a la pileta del lavadero. Más luego comenzaron a quemar hojas de unas revistas. De unas revistas de chismes y de actualidad destinadas para los clientes de la gestoría, que comúnmente esperan en la sala de estar a ser atendidos. Revistas que las hay en buena cantidad y de diferentes editoriales.
Entonces Luisa hace exclamación de por todos los medios tratar de tranquilizarse, y por duro que sea lo que tengan para decirse, reanudar las charlas desde desde un lugar pacífico. Preguntando entonces a Argentino. Si se puede saber porque se lo ve tan afligido, anque preocupando; preguntando si acaso es porque ella por momentos lo acosa y se acerca demasiado.
Y ahí fue que el dueño de La Chismosa hace saber su real preocupación, motivo de la angustia exhibida.
-Para que negarlo, me da un poco de vergüenza decirlo. Pasa que estuve yendo a un psicólogo a quien le hube relatado mi vida entera, además revelando el secreto de las monedas de oro.
Para que habré ido. Ahora desconfío de que pueda ir a la otra casa en busca del tesoro.
-A que tanto desconfiar-dice Tábata enseguida. Si aún no ha pasado nada de tiempo y al cofre lo tenemos encima.
-Es que allí en la casa principal, tengo otro cofre con montón de monedas de oro.
3-
Entonces, entre los albores de aroma del ajo frito que va penetrando por las fosas nasales, yace el discurso interior de Argentino con variado contenido intangible. Que se compone de pensar en el hecho de estar hablando de la posibilidad de pasar hambre; según su criterio resultando ser un temor grandilocuente. Porque teniendo en cuenta el lechón, habría como para hincarle al diente de corrido y por bastante tiempo. Pero, y si por el contrario el naufragio se prolongara y en volver tardaran un montón de meses? Como consecuencia también cavilando del impulso lógico de atragantarse comiendo luego de haber pasado mucha hambre. Reparando en que si bien los implantes dentales son de primera calidad, lo más sensato sería cuidarlos de posibles arrebatos. Diciéndose que en adelante comerá casi igual que si estuviera almorzando un puré de calabaza.
Y en cuanto a sus imágenes mentales, tiene pintado el cuadro de Luisa afinando la guitarra mientras lo mira con ojos cargados de lujuria. Asimismo, siendo que al momento del clima mojorar y ver el sol asomando, le viene la absurda idea colmada de abundante imaginación, de ser el llanto de los peces, por culpa del recalentamiento global, el pricipal motivo de haber aumentado el volumen de los mares; más por la posterior evaporación haberse provocando el diluvio que inundara Punta Piedras; siendo que ahora a él le toca ser la reencarnación de Noé. Viéndose en la obligación de sembrar el mundo de vástagos capaces fundar de nuevo los países. Aunque, por estar impedido de tener hijos con Tábata, entonces lo deberá tener con su primogénita Susana. Que seguramente lo que salga del vientre será como para enorgullecer a la patria. Y así es que sigue recordando y a la vez pensando; en la polvareda que levanta el viento como algo imposible de volver a ser testigo. A la vez de sentirse aliviado de recién conocer en persona a Susana, pues por ese motivo debe ser que no ve tan horrendo el asunto del insesto. Entre otras cosas percibiendo que su hija le está leyendo los pensamientos; sintiendo de su parte aprobación. Por tanto teniendo cierta fe de que será perdonado por los encargados de juzgarlo luego de la muerte. Lo que hace que de a poco le vayan entrando al alma los deseos de poseerla comenzando por invitarla a comer unos panchos en el afamado Pancho Bar.
Y así flota la Chismosa sin dificultad metida como en un inmenso plato de sopa cargado de mar. Totalmente rodeada de puro horizonte. Que por el color del agua se puede adivinar que aún se encuentran en la desembocadura del Río de la Plata; por tanto quedando un largo rato de tiempo como para permanecer confiados. Pudiendo de esta manera invertir parte de la tarde en conversar sin grandes angustias asfixiantes.
Y como primer tema, Argentino manifiesta que últimamente, de los tantos posts que se publican en la Internet, en muchos de ellos no logra darse cuenta de si son reales, o por el contrario cuestiones de la vida misma totalmente manipuladas. A lo que Luisa responde, que hoy día por medio de la inteligencia artificial se puede tergiversar la realidad hasta donde se tenga ganas.
Y el siguiente tema del que conversan, un tanto mas enredado, pasó a ser el referido al cofre con monedas de oro que se encuentra en la casa de Punta Piedras. Cuestión que va dejando en evidencia cierto miedo de Argentino por la posibilidad de ser localizado. Mientras que Tábata se relame imaginando que cuando regresen lo irá a llevar de gira por los mas caros restoranes de La Plata. A parte haciendo reproche de estar dolida de ignorar la bonita historia de las monedas. Que por el miedo evidenciado por Argentino se puede calcular el valor del tesoro; y que estaría escondido en lugar de difícil acceso pero que como un bobo le hubo contado al terapeuta de su existencia. Y Luisa, que se da perfecta cuenta de la codicia que Tábata demuestra, opta por encontrar una ocasió propicia para advertirle Argentino del peligro de ser traicionado.
Pero Argentino, con ánimo de discurrir sobre grandes verdades, esquiva el conflicto prefiriendo reflexionar sobre la situación en que se encuentran, que en esas circunstancias cualquier tipo de joya es lo mismo que tener alforjas cargadas con tornillos.
A todo esto, Luisa, observando la insistente actitud de ambición que demuestra la soprano del supuesto Colón, la mira de reojos como queriendo descalificarla. Finalmente quedando el deseo en veremos, bajo la tónica de beber creveza, donde por
algunos comentarios se percibe actitud de mejor descorchar un vino.
Y debido a lo poco que hay por hacer fuera de esperar ser rescatados, como principal entretenimiento hojean las revistas antes de arrojarlas al fuego. Más, con ese poco de calor parecen olvidarse de la casa estar helada.
Pero en un momento ete aquí que Luisa agarra una revista muy conocida, llamada Noticias, que solamente acostumbra hablar de política. Y al mirar a Tábata de reojo, antes de arrojar el pasquín al fuego, a propósito del conflicto entre China y Taiwán, asegura que si por esas cosas de la vida el liberalismo triunfara en China, en pocos años, de ser todos iguales, empezaría haber distintas clases sociales. Para finalmente pretender quemar la revista entera en busca de buena cantidad de llamas. Pero sin embargo, antes de arrojarla dentro de la estufa, la propia Luisa hace reparo en unas fotos de la portada que observa atentamente, dando con un artículo que hace mension de la guerra entre Rusia y Ucrania; tremendo conflicto que involucra al mundo entero. Que según su opinión, en resumidas cuentas, el motivo radicaría en la desobediencia inaceptable por parte de Ucrania que busca aliarse con occidente ingresando en la OTAN.
Resultando para los rusos inadmisible, que siendo que eran los más poderosos y dominadores de la región, ahora tengan que tener que aguantar que los débiles los pasen por arriba. Quedando más que evidenciado, que el hecho de tener las armas nucleares cerca de la frontera, es el factor preponderante del conflicto en cuestión. Pués, objetivamente, por esa devastadora vía, hoy día cualquiera que cuente con esa tecnología se convierte en alguien muy poderoso con relación al peligro de destruir al enemigo. Y los rusos, por fuerza, quieren las armas nucleares fuera del alcance de su territorio. Y por estarse mirando la revista, Argentino descubre un artículo que habla sobre distintos atentados terroristas perpetrados por los musulmanes. Al instante exhibiendo la necesidad de expresar algo que le resulta importante de hacer notar. De repente sintiendo un impulso muy fuerte de querer transmitir la impronta que lo impulsa a ofrecer un punto de vista interesante que a lo mejor las pueda llegar a enriquecer. Entonces Argentino agradece la consideración de ser tenido en cuenta, y entonces continúa con la reflexión que le inspira el artículo de la revista; volviendo a recalcar que acaso lo que diga pueda servir de guía hacia el camino que conduce al grato conocimiento. Para lo cual le muestra a las chicas el artículo. Y más luego de ellas afirmar con la cabeza comienza a explicar el motivo principal de la enseñanza. Pues entonces es que en el artículo de la revista en cuestión, se menciona el atentado a las Torres Gemelas, ocurrido en Estados Unidos; además de un último hecho terrorista contra los Rusos, en un recital de música, también perpetrado por islamistas enojados; que se animaron a acribillar sin piedad a mas de ochenta concurrentes. Cuestiones espantosas, los ambos atentados, que Argentino los hubo agrupado de forma paralela, haciendo abstracción de la cantidad de muertos, pues no pasaría por ahí el asunto a meditar acerca de la raíz de su razonamiento. Para lo cual, luego de un respiro como para acomodar las ideas. Por cierto, con las chicas, muy atentas a todo lo que dice. Por falta de mejores argumentos, rematando la exposición, dirigiendo la palabra final directo hacia el meollo del asunto. Diciendo que el profeta Mahoma, por orden de Alá, antes que nada hubo educado a los fieles musulmanes para ser buena gente.
Dando por descontado que lo han logrado con éxito. De ser antes que otra cosa buenas personas. Buenas gentes hasta que Alá los reciba en el Cielo.
Para lo cual, la conclusión que se extrae, es que tanto Estados Unidos como Rusia, al no llevarse bien con los musulmanes, esto sería una muestra clara de estar yendo por rumbo equivocado.
Y así es que las palabras del capitán quedaron rebotando en el living comedor mientras sobrevino un larga pausa. Argentino mirando a la muchacha que cree ser su hija, a la vez del tarro con monedas, reflexionando para sí, acerca de que en situaciones de extrema subsistencia, a parte del oro también los prejuicios carecen de valor y sentido práctico...
Cuando de pronto, a la modorra propia de la hora de la siesta se interpuso una voz femenina cargada de noches de nicotina y humo, haciendo explosión en los oídos de Argentino, más que nada a querer rebatir o poner en duda sus palabras anteriores.
Entonces Tábata se anima a decir que, si fuera por el asunto de portarse bien, todas las religiones hablan de lo mismo. Insistiendo en remarcar que para eso están. Siendo que sí habiendo religiones los humanos igual se portan mal; qué sería del mundo sino las hubiera.
Por su parte, Luisa, algo entumecida, se levanta del piso diciendo.
-Los hombres y mujeres estamos educados para creer que estamos hechos a semejanza del Supremo. Y por tanto, siempre tenemos presente la sensación de en cualquier momento poder encontrarnos con Él en algún estacionamiento. Pero muchas veces me pregunto si en efecto nos ha dado la capacidad de entender las cosas cómo son verdaderamente. De por ejemplo saber lo que hay después de la muerte. O tal vez luego de mucho esfuerzo logremos deducir una mínima parte; pero eso sí, siguiendo el camino de gastar neuronas como lo hicieron los filósofos griegos; que ojalá existiera una app capaz de razonar con la lógica que utilizaban aquellos sofistas provenientes de Atenas. Y así como los animales carecen del poder del entendimiento para no sufrir tanto; lo mismo ocurre con los humanos de resultarnos imposible comprender la idea del infinito. Para de esa manera, por medio de dicha carencia, podamos lograr alcanzar la preciada felicidad; o cuando menos algo bastante parecido a ello.
Y así cada uno por su cuenta mastica ideas sobre diferentes temas; pero todos relacionados con el temor que les ocasiona el hecho de estar navegando sobre algo tan precario, camino a internarse en el océano mas grande del mundo. Que de la única manera que podrán salvarse será con ayuda de la naturaleza; además de permanecer valientes en enfrentar lo que suceda.
Entonces fue que Tábata mirando otra revista, descubre una foto de Medio Oriente, donde por el fuerte calor los fieles andan por La Meca con paraguas. Que sin temor al que dirán le propone a Argentino invertir monedas para adquirir sombrillas e ir a comercializarlas a Medio Oriente. Para luego arremeter con el hecho de mantener el fuego de la estufa encendido con algo serio. Siendo la única manera para lograr eso, la de ir sacrificando alguna que otra madera de la prefabricada. Mas luego por la noche ver las brasas por la ventanilla de la salamandra antes de andar masticando nervios. Proponiendo que para empezar a reanimar la fogata, que tal si arrancan unas tablas de la parte de afuera; de las que están cerca del mar. Entre otras cosas pudiendo de esa manera calentar la pava para cebarse unos ricos mates. Y de paso terminar de cocinar el exquisito cerdo.
Entonces Luisa le recrimina a Argentino acerca de la relación tóxica que tiene con su compañera. Incitando a que preste suma atención, porque para que funcione la brujería forzosamente la tiene que aplicar a ritmo sostenido e insistente. Debiendo implementar el martirio todo lo más que se pueda. Por otra parte también discurre en lo referido al asunto de Tábata mortificarlo metiendo mierda en su cerebro. Él respondiendo sentirse joven, por lo tanto dándole cero importancia al asunto; aparte que a Tábata, en serio, la quiere un montonazo y le perdona todo. Y aunque algo amargado por la posibilidad de tener que quemar tablas de la casa, manifiesta sentirse seguro de su manera de pilotear la historia.
Para lo cual, Luisa, le responde que cuando ingiera algo que Tábata prepare, se cuide de que no tenga mucho ajo y esté muy salado. Porque a lo mejor se le pueden poner los ojos colorados, o bien salir ematomas en la piel. A lo que Argentino le responde que no se haga problema pues por un poco de sal es capaz de filtrar las lágrimas.
Aprovechando la oportunidad para decir que lo mejor va a ser cuidar la poca agua dulce ha más no poder, porque solamente queda medio tanque; que es como decir nada. Insistiendo en ser preferible antes que beber en demasía mejor esperar unas horas a ver que sucede. Pero sin embargo alerta que así encerrados puedan empezar sentirse ciertamente embotados; sugiriendo abrir de par en par las ventanas y así seguir tomando vino y cerveza.
Tábata respondiendo que por el frío que hace lo mejor va a ser dejar todo como está de cerrado, y de paso tomar alcohol como para calentar el gargero y cantarse algunas sambas.
Luisa, apoyando a Argentino, proponiendo que en antes de emborracharse es preferible tragar la propia saliva.
Entonces, Argentino, reflexiona un momento y sugiere llevar adelante la idea de tomar vino, pero eso sí de a pequeños tragos cuál si fueran besos. Y en cuanto a tomar mate, dice que bien lo podrían hacer con cerveza. Enseguida viéndose en la necesidad de hablar de los vicios y de la manera de combatirlos. Asegurando que para quitarse un vicio se requiere desafiar dos cuestiones importantes. La primera, referida a la parte química, en cuanto que el cuerpo se acostumbra a la sustancia. Para lo cual el cerebro le manda órdenes al organismo de por favor solicitar mantener el suministro; y viceversa, la segunda cuestión, más difícil de superar que la primera, es la de desafiar al propio hábito y dejarlo desprovisto de la actividad acostumbrada; que vendría ser lo que liga al espíritu con la sensación de bienestar.
Por ello antes de iniciar una dieta es importante mentalizarse en cuanto a que se ha llegado a un límite negativo, debiendo por fuerza cambiar la costumbre y reemplazarla por otra. Rápidamente trazando un nuevo plan de acciones a realizar.
Entonces, Luisa, replica, como para quitarle una sonrisa al capitán; que quisiera que se pesque el vicio de estar con ella; que lo quiere de verdad. Saliendo a pasear todos los días por el barrio, tomados de la mano. Pudiendo de esa manera ser llamada señora teniendo solamente veinte años.
Pero enseguida, Tábata, hace reclamo para que Luisa respete la supremacía afectiva que tiene sobre Argentino. Y que deje de tirarse lances románticos, porque además es la hija.
Para lo cual ambas mujeres entraron a desempeñar sus modos, empañadas por un velo de cierta actitud poco amigable. Y tanto anduvieron como gallos de riña dando vueltas sobre el cuadrilátero, que al final, se trenzaron en pelea verbal de decirse verdades que duelen. Empezando Luisa diciendo que siendo que Tábata es una mujer tan "sociable", poco merece estar con Argentino que es un hombre solitario. Entonces, Tábata, le puso hielo a la provocación, agarrando la escoba y poniéndose a barrer de corrido. Que mientras limpia el salón, con cara contorcionada por la impotencia, pese al disgusto responde de buen talante y de tono relajado. Que vaya a fijarse en aquella alacena que hay allí cerca. Y que busque una caja con especias; en especial agarrando un paquete de páprica ahumada. Y que se ponga un poco en la lengua, para de esa manera desvíar la atención hacia un lugar menos problemático.
Vale aclarar que cuando Tábata se enoja despierta en los demás cierta sensación de estupor.
Pero Luisa también es brava y ni de cerca se le achica. Entonces dejando la guitarra a un costado, se dirigió hacia la contricante y tomando del rodete una mecha del montón de canas, le arranca un cabello y se lo pone a mirar a contra luz. Con desenfado diciendo que allí tiene la prueba de Tábata poder ser su abuelita; que siendo tan vieja poco sentido tiene que le quiera arrebatar al pretendiente.
Y en éso, amistosamente, Tábata, sonríe con benevolencia, haciendo un gesto de tener cuerda para rato en lo referido en andar en amores. Y poniéndose a mirar nuevamente al sol que empieza a expirar, tiene como un especie de flash, de un segundo, de estar presente en un desfile del veinticinco de mayo junto con su padre, sargento de infantería. Entonces se acomoda el corpiño. Deja la escoba para ir hasta afuera de la casa. De golpe cogiendo una rosa, con diez centímetros de tallo. Que inmediatamente coloca dentro de un vaso con agua hasta la mitad solamente.
A todo esto, Argentino, grita que dijo que quiere que no usen el agua. Al momento, con un mazo de cartas, poniéndose a hacer un solitario, cómo temblando de miedo que se vacíe el tanque. Aunque en seguida se distrae poniéndose a pensar, en que a lo mejor sería bueno fabricar una vela con una sábana, y un timón con alguna tabla de por ahí. De todos modos no pudiendo safar del todo del conflicto que las mujeres tienen; de todos modos negándose a meter demasiado las narices, pues le cuesta horrores madurar la idea de tener a sus dos afectos más importantes implicados en una clara guerra fría.
Y pasado esto, Tábata oliendo la flor cual si se le fuese la vida en ello, insiste en decir que se debe juzgar al fruto por su madurez, porque en realidad cuando la pera está pasada de punto, es cuando es mas exquisita se encuentra.
Entonces, de un descolorido sonrojarse, de talante beligerante, Luisa comienza a puntear en la guitarra un tema conocido. Super compenetrada, pero siempre mirando de reojo a quien cree ser la peor cosa que existe.
Finalmente en el tire y afloje, Tábata expresa tener la sensación que para cuando llegue la primavera se irán a reconciliar y a llevarse de primera. Llamándola a tener paciencia pues siendo que es menor de edad, aún le cuesta alcanzar entender cierta ética importante.
Luisa respondiendo que lentamente se va dando cuenta que, cuál esos artistas callejeros que trabajan a la gorra, da amor gratis pero al final de la función, abre un bolsillo enorme que tiene en su pantalón de payasa, y floreándose cual los caballos del hipódromo, pasa por delante del público para que arrimen unos billetes grandes. Y guai conque ponga poco; dice muy segura. Porque entonces seguramente allí comienza a ejercer venganza. Introduciendo ratones por los agujeros de la nariz para que los roedores le carcoman el cerebro al insubordinado. Y así Luisa se despacha resentida por el asunto de considerar que Tábata vuelve loco a Argentino; su querido enamorado. Quizás, simplemente, por una conjura de carácter feminista. Donde cada militante debe tener el deber de ir ajusticiando hombres heterosexuales. Sean o no machistas. Siendo que ahora es el turno de su querido capitán. Que es mas que evidente que adora a las mujeres con pasión y bondad. Y las concidera cual semejantes idénticas que él.
Por su parte, Argentino, siente deseos de tirar las barajas al suelo y ponerse aplaudir rabiosamente. Más que nada por la garra con que su primogénita enfrenta la situación de disputa. Porque si por el contenido de la disputa fuera, él está bastante conforme con el accionar de su compañera Tábata. Sabe, perfectamente, y lo reconoce, que él parece un gentleman cuando con ella se exhibe en público; además de haber arrimado buena cantidad de clientes a la gestoría. Que para entender el todo, antes debes ir fruta por fruta admirando el sabor y la experiencia de cada componente.
Y así, peleándose la tripulación, va cayendo la tarde. Aproximándose la noche que despierta temor y disgusto; más que nada por la tensión nerviosa que trae aparejada la oscuridad. Aunque ciertamente aliviados por la ausencia de la lluvia; de la lluvia que hace un rato fuera torrencial. Que sí volviese, en estas circunstancias podría significar una tragedia.
Y florecen las esperanzas de cuanto menos ver alejarse el mal clima suponiendo que tendrán mejores chances de salvación.
Finalmente, aprovechando el aire no tan frío, abrieron las ventanas de la casa para ventilar el ambiente, y así descomponer el clima de tensión afectiva.
Tábata con un trapo pasando algo de vinagre para quitar la mala vibra.
También hablaron de cuando sea el momento que prefieren dormir por turnos. O por lo menos eso es lo que expresan con tanto fervor pero sin deseos de discutir del asunto. Y entonces acordaron que recién después de cenar decidirán quien se acostará primero.
Por su parte Argentino prefiere estar despierto toda la noche; y de ser posible cantando y bebiendo alcohol. Tienen mucho fuerza para enfrentar la travesía que recién comienza. Y como en toda canción aún falta el estribillo donde la emoción de estar vivos se ha de acrecentar notablemente.
Al ver la casa, por buen nombre, La Chismosa, con las ventanas abiertas de par en par. Donde el suave viento pinta el interior como con infinidad de filetes de carro de blanca transferencia. Que la hace parecer sumamente reluciente; como recién sacada de la agencia inmobiliaria. Que por ello todos se miran a la cara como diciendo: Cuan brillante está la casa chamigo. Es que acaso recién la adquirieron y se largaron a navegar por los siete mares? Y así son los sentimientos que expresan, que aunque cueste admitirlo, son como testimonios reveladores de la vida con independencia total de la muerte. Pues en definitiva son el íntegro fuego que va saliendo del ser diminuto.
Y el viento que sigue entrando por el interior de La Chismosa. Que con algarabía la sudestada del Atlántico aparece de visita. Que toda limpieza que se produce para nada es retórica.
Y entre los erizos de la piel que provocaba el momento, Argentino comienza a balbucear unas palabras para sus adentros, que lentamente van emergiendo de las entrañas, acaparando con soltura la atención del binomio de sus amores.
-Vean, quiero decir algo, algo que a lo mejor pueda sonar pasado de época. O sonar a una cursilería. O tal vez tilinguería. O quizás un exabrupto. Es que al ver tanto viento en tiempos de pandemia. Pestes de todo tipo que se propagan con total desenfado. Me sale decir, por si llego a morir, que alguien continúe con la posta. Que pienso que mundialmente hablando. En cada rincón del planeta. En el mismo día. Todos a la vez. Alunísono. Ponernos, digo, los gobiernos, que por fin logran un acuerdo generalizado en algo de suma trascendecia. A encender la maquinaria al servicio de limpiar todos los hospitales, públicos y privados, hasta dejarlos relucientes. No sin antes fregar las paredes y los pisos, los sótanos y los estantes. Ustedes me entienden, cada rincón, de cada establecimiento. Y mas luego, al momento, instalar en las entradas y salidas, esas máquinas que sueltan rocío de agua. De agua especialmente preparada para desinfectar correctamente. Porque queda claro que de allí, de esos virus hospitalarios, es de donde están saliendo todas las pestes que nos aquejan. Que nos están poniendo, lastimosamente en jaque mate.
A lo que debo agregar que hay que limpiarse la lengua diariamente. Con una hoja sin filo preferentemente. Claro está, cada uno de nosotros. Pues la combinación de los virus hospitalarios. Que muchas veces se transmiten, afuera de los hospitales, por los propios doctores y las doctoras de la salud. Los portadores. Y posiblemente el personal afectado en esos establecimientos. Digo esa grasa de la lengua convinada con la infección de un virus de los que estoy hablando. Provocan una especie de infección que si no sale de dentro del cuerpo se hace fulminante para la salud.
Luego de este pedido sanitario, Argentino comienza hablar de las monedas de oro que hay en el tarro. Diciendo que están compuestas por elementos de variada procedencia: Krugerrands sudafricanos, Águilas americanas estadounidenses,
Soberanos de Oro,
Filarmónicas Austríacas, Britannias Británicas,
Pandas Chinos, Dinars de oro, San Jorges victoriosos Rusos, Chervonets Rusos, Vrenelis de Suiza, Nuggets australianos...
En general las son de veintidós quilates. Y desde ya que no son de uso corriente orientadas como para comprar mercadería en el supermercado. Sino que, cual los lingotes, solo sirven a modo de inversión; se podría decir, inversiones de un ahorro personal, por cierto alentado por el propio prócer Faustino Sarmiento; que educaba al ciudadano, desde temprana edad, a comprar estampillas que luego por supuesto tenían un valor de reventa. Ahorro necesario que hoy día se subestima, por ser tan codiciado por los chorros, los políticos, y economistas. En tanto lo consideran como propio; pareciera.
Jurando, Argentino, que el otro tarro que habría quedado en la casa vieja de Punta Piedras, estaría aún mas colmado que el aquí presente; entre sus manos pacientes, esperando altivo regresar sano y salvo.
Monedas de diferentes épocas y países, que por allí también las hay de veinticuatro quilates.
-Los recuerdos que tengo del ayer, siempre vienen adornados de las monedas que fuimos juntando y admirando en su debido momento. En aquella época dorada, en que fuimos felices a ultranza. Al punto que con mis padres jugábamos al piedra, papel, y tijera, como para saber a quien le tocaría poner en el cofre las monedas siguientes; que venía llegando. Las manos temblaban en cada desafío, en que los brazos se agitaban como batiendo un cóctel. Frío y calor sentíamos al percibir las monedas sujetas a los dedos temblorosos. Noche estrellada era el mirar las monedas dispersas sobre la pana en que mí madre las solía exhibir.
El aire atestado de exquisito aliento por el exclamar de la familia el acto de hacer caer las monedas como trigo entre los dedos. Y hablábamos del sacrificio que significaba cada una de las transacciones que deparaban enorme esfuerzo. En fin, era ajustarse el cinturón, y luchar, día a día, y en todo momento.
Y ya pasado el crepúsculo, donde la luz desaparece en las entrañas del firmamento, sobreviene por todo concepto una noche plagada de variadas nubes. Que entre aquella inmensidad la casa navega hacia mar adentro; con afable parsimonia montada sobre una superficie totalmente lisa.
Mar que de tanto escuchar la frase: Estrella tú que miraste. Sucumbe a un estado de llamativa calma.
Y en el interior de la salamandra el fuego se renueva por medio de viejos magacines. De donde emerge una temperatura que es de lamentar. Con a su vez ser sospechado el humo de altamente contaminante; dentro del aparato dejándose ver una humareda de color gris bien definido, entreverado con un toque de verde, azul, y también algo de rosado.
Tábata luego de escuchar con suma consideración el discurso de Argentino, acerca de su vocación por las monedas de oro, le sugiere a Luisa poner el celular sobre la salamandra, a ver si por gracia del calorcito que absorbe el hierro fundido, la batería se carga un poco, como para así enviar un mensaje de socorro.
Y como nota especial se mensionan, unas hojas de Álamo mojadas, adheridas como lunares en las paredes del exterior, cual manchas de perro dálmata, que el otoño en su despedida se hubo encargado de imprimir.
A demás, la propia Tábata, hacer mensión de una hiedra que asoma entre la penumbra del consumado atardecer; haciendo predicción de suceder, que cuando en el futuro se ponga frondosa, lo más probable es que trepe tapando los aleros para de manera funesta pudrirlos sin ningún tipo de pausa. Porque las enredaderas son especialistas para esos fines de ir destruyendo los extremos de los pobres techos. A todo esto Argentino escucha la predicción con ánimo pavoroso, mientras que Luisa lo tranquiliza diciendo que de todos modos adora ese tipo de plantas trepadoras.
Por su parte, Luisa cuenta que le gustaría tener un gallinero para pasarse el día comiendo sándwiches de huevo duro, con mayonesa y salsa ketchup. Tábata respondiendo (como trantando de sugerir quemar algunas maderas de la casa) que por comer un puchero de gallina pagaría una fortuna. En tanto que al no encontrar respuesta de ningun tipo, insiste en manifestarse temerosa de poder llegar a cruzar el Atlántico por motivo de la alta velocidad conque navegan. Todos coincidiendo en admitir, agradecidos, la tempestad haber sido por demás benigna con ellos; de paso haciendo votos porque no suceda otra nueva; que Tábata mientras pasa el escobillon manifiesta estar temblando del susto que le provoca la idea de un bis del mal tiempo.
Por su parte, Luisa, repara en las gotas de rocío sobre la vegetación del pasillo; casi como sí se hubiese regado las plantas con un rociador de florería.
Entonces Tábata insiste en querer quemar algunas tablas porque a la madrugada van a tener mucho frío. Para lo cual Argentino accede en lo referido a sacrificar un par de sillas de algarrobo. Y asimismo una cómoda del mismo material que hay en la habitación suya. Para lo cual, al cabo de unos pocos minutos ya el fuego intenta asomar por la ventana de la salamandra.
Suspira Tábata del alivio; que escuchar el sonido de las llamas un tanto le tranquiliza los nervios. Con además, al cabo de un rato, gozar de la nueva condición de descongelarse. Lo que hace que en la casa, al cabo de un momento, se empiece a definir un clima por demás agradable.
Argentino insistiendo que le gustaría crear un timón como para orientar la barca hacia el poniente. Pero a como sigan quemando maderas interesantes la casa seguirá sin tener la posibilidad de saber cual es la proa. Que sería mejor, antes de quemar todos los estantes, dejar aunque sea uno como para probar de sumergirlo y ver si se pueden acercar a la costa.
Al encenderse la salamandra con furia hace brillar los dientes, donde algunas sonrisas se entrecruzan de manera aprobatoria.
Entonces la voz de Luisa interrumpe el breve instante de comunión, comenzando hablar del arte de lo posible. Con fervor diciendo que cuando se haga la revolución de la justicia social, la propiedad privada quedará sin efecto. Más todo el mundo tendrá una casa que el Estado les asigne. Y por otro lado los capitalistas dueños de los medios de producción serán unos mas del rebaño. Que bien recibida será la transformación de los bienes privados en producción socialista.
Y dice que cuándo eso suceda la va a invitar a Tábata a cantar en las fiestas populares que han de festejar el triunfo; donde los obreros ganarán todos igual o parecido. Con el mundo en franco crecimiento por gracia del trabajo social; que el desempleo y la desocupación pasarán a ser historia pasada de moda. Y adiós a la clase trabajadora explotada siempre administrando miseria. Y adiós a tener que soportar opresión y el achicamiento permanente del Estado. Qué bienvenido será el triunfo de la clase obrera.
Pero la voz de Argentino, perfumando el aire con delicioso aliento de padre orgulloso, no obstante manifiesta estar extrañado de la prefectura no acudir en su rescate, que le suena increíble que nadie haya visto la casa salir disparada hacia el balneario. Y por ello suponiendo tal vez haber muerto muchos ciudadanos; por el motivo de nadie haber avisado.
Y es que luego de hacer un minuto de silencio, Argentino retoma el tema de las monedas, reconociendo que económicamente hablando no representan una gran fortuna, pero para él valen como la propia gloria. Que el amor que siente por esas monedas se traduce en un sentimiento que se refleja en su simpatía.
Monedas que en sus caras tienen impresas diosas portando elegantes escudos; y también ciervos galopando suspendidos en el aire. Distintas formas impresas tienen las monedas, que la voz de Argentino va describiendo con la gola que le tiembla de la grande emoción. Siendo que cuál ciento de trompetas suena la palabra oro; que asimismo todo aquello parece retumbar en la propia vía Láctea, cual si fuera un baldío lleno de basura.
A todo esto, en medio de la danza de la fortuna, Tábata le hecha en cara a Luisa que cuando ingiera fideos, pique ajo, tome vino, whisky o cerveza, que tenga siempre presente que ella fue quien también pagó con dinero de su peculio la mercadería. Qué se pueden discutir muchas cosas afectivas, si, pero jamás ignorar que las cosas de alguna manera le pertenecen. Porque entre otros quehaceres semanales, cada noche debe cantar por lo menos treinta canciones. Que bien merece una indemnización, vacaciones, y también aguinaldo.
Por el contrario, Argentino, en vez de apoyar la moción de su amiga Tábata, y tratarla con la debida deferencia, por el contrario se larga a asegurar que de tanto besar las monedas ahora tiene en los labios impresas las dichas figuras. Y de mirarlas los ojos también marrones y anaranjados del color del oro.
Sin duda una gruesa muralla para su vocación de coleccionista, aquel tesoro adquirido con enorme sacrificio. Que fuera de bacterias especiales exclusivas de las joyería ningún ser extraño las hubo tocado nunca.
Y así la noche se ilumina de estrellas entre el discurso poético de elogiarse las monedas; que parecen adornan la existencia de Argentino de una materialidad que le sabe perfecta.
De corrido volviendo a elogiar esta vez al oro, pero también a los valores morales de transitar la vida comportándose como una persona honesta. Asegurando que antes de saber que tenía una hija hermosa, su mayor ilusión era la de morir a los ciento y pico de años, y dejar las monedas para quienes se hayan encargado de cuidarlo. Pero que ahora tiene una legítima heredera que sin duda sabrá como continuar la posta. Pero eso sí, debiendo de prometer tener muchos hijos y continuar llevando adelante la tradición del acopio. A la vez de conciderar como fundamental el privilegio de poder tener una posible fuente de respaldado por lo que acaso pudiera suceder de complicado. Y así promete seguir comprando mas cantidad, pero en lo sucesivo, monedas argentinas; si es que las consigue pues son las más codiciadas del mercado. Insistiendo en asegurar, a modo de juramento, que este verano se quedarán en casa y con lo que ahorren más monedas comprará. Que cómo sea que resulte, asegura, va a comer queso fresco en vez de gruyere, con tal de seguir juntando y juntando para aumentar el tesoro.
Pese a que se acentúa el invierno ahora es una noche relativamente templada. Y encima tienen leña para rato, lo que invita a permanecer optimistas despertando los deseos de cantar hasta la madrugada.
Además una cálida soflama proviene de la salamandra, que suelta chispas como de pirotecnia.
Y así está Argentino, orgulloso de tener una hija que sabe defender sus ideas políticas hablando con total autoridad y vehemencia. Entonces le pasa la mano sobre la cabeza cuál si fuera una paloma mensajera de su propio aviario. Además, encontrándose entusiasmado de saberla con energías como para subvertir el orden social. Y embriagado de sorpresa al observar su postura socialistas de la línea de los Fernández, de corazón, intenta meterse en la contienda a los fines de colaborar en ampliar su mente con el aporte de algún concepto de su cosecha personal. Opinando a su manera de lo que siente, como para así enriquecer a quien tanto admira, pudiendo como consecuencia, Luisa, amigarse un poco con los distintos programas partidarios del espectro de la política.
Entonces Argentino se larga a opinar, que la Argentina, a través del Estado, debería desarrollar mejor la industria en general. E ir con esa plata instalando fabricas de los más variados productos, de en vez de pedir prestado para fomentar la timba financiera, que siempre beneficia a los empresarios a quien no le cierran los balances anuales. Deseando a full, que por única vez, aunque más no sea, el gobierno actual solicite un préstamos en exclusivo para instalar una fábrica en verdad rentable. Y así, en el rubro automotriz, por ejemplo, introducir en el mercado la mejor cuatro por cuatro jamás vista. Más luego con la ganancia que se obtenga, devolver lo solicitado y seguir fabricando otros modelos. Porque la fuga de capitales, producto de comprar cosas extranjeras, hace que esa enorme cantidad de dinero desaparezca de la patria. Insistiendo con el debate de tener un Estados que sea eficiente, en el sentido de inaugurar fabricas, de diferentes productos, y con ello al fin ser un país de punta. Incluso, sencillo, fabricar armamento militar. Que de paso nos vendría bien para nuestra propia defensa. Porque así, por el camino en que se encuentran, el dinero no alcanza, y entonces aparecen los problemas típicos del subdesarrollo.
Y ahí fue que Tábata, como desesperada, anuncia, lacónica, que de frutas quedan solamente unas pocas manzanas y un solo melón. Pero aclara que le sobran las esperanzas de lograr sobrevivir antes de desfallecer de hambre.
Finalmente Argentino logra armar un clima de camaradería y propone, que antes de discutir por pavadas mejor las chicas canten canciones. Que por ser de noche y no poder hacer nada desearía escuchar música hasta el propio amanecer.
Sin embargo las mujeres optan por continuar discutiendo de política. Luisa a viva voz diciendo:
-Antes de cantar como un sapo prefiero redondear la idea de lo que venía diciendo; así de paso practico para cuando sea reelecto en Venezuela el presidente que viene estando; y haya en nuestro país un resurgimiento de los Fernández.
-Estate segura que si gana ese dictador, será por medio de un fraude.- responde Tábata con bronca. Para enseguida continuar diciendo.
-Además escucho hablar a los populistas y me agarran retorcijones de barriga.
-Sean buenas, chicas, y eviten hablar de política. Se los suplico. No peleen. Si en verdad soy el que da las órdenes, lo mío sigue siendo querer escuchar como cantan.
-Con este estado de lánguida angustia, resulta imposible que vaya a poder pronunciar una nota.-dice
Tábata haciéndose rogar.
Para lo cual Luisa responde lo siguiente:
-Los países subdesarrollados se ven obligados a entregar los recursos naturales al imperialismo, a cambio de muy poco dinero. Y encima deben cambiar sus leyes para que vengan a invertir comprando la fuerza de trabajo a precios de esclavos.
Y siendo que nuestra tecnología es inexistente hay que bajarse los calzones para que se dignen querer invertir.
-Y a mí que carajo me importa, si no servimos para nada.
Sabelo, el nivel de los populistas da vergüenza ajena.
Para poder crecer, cómo primera medida tenemos que empezar a reconocer que extraer la riqueza de la tierra sale más caro de lo que presuponemos.
-El imperialismo vive a costa de nuestras riquezas.
Está demostrado que primero te someten en lo económico y mas luego te manejan la vida como quieren.
Y ahora ponen bases militares gratis, con encima pretender que vayamos a morir por la macanas que se mandan.
-De que hablás. Es totalmente al revés. Gracias a ellos es que somos algo en la vida. Si fuera por nosotros, salvo un puñado de gente, el resto vivirían en la peor de las miserias.
Después de presumir de su bodega, Argentino sugiere poner botellas de vino en un balde con agua de mar; y así seguir tomando. Al instante haciendo notar que el recuerdo de la experiencia de seguro ha de quedar por siempre alojado en la memoria de cada uno.
Al segundo retomando la tarea de acomodar lo que había en el estante. Con ello dando con el globo terráqueo que le hubo obsequiado a Luisa; el cual comienza a observar con suma atención. A los pocos segundos diciendo que cada vez está más convencido que el planeta tierra es un ser vivo. Y que cada uno de ese par de grandes continentes, separados por los océanos correspondientes; hipotéticos continentes de los que hablaron antes. Tienen en común, que la parte norte, sobre la línea del ecuador, cada uno en su sitio, son dos bastos territorios sin una forma muy definida; mientras que la parte sur, conformada por América del sur y África, se parecen bastante, y además terminan en punta.
Y que entre otras cosas, en la parte sur de ambos continentes predominan las penínsulas en general, mientras que hacia el norte hay muy pocas.
Sacando como primera conclusión que el planeta tierra está conformado por dos seres con las cabezas apuntando hacia el norte y el resto del cuerpo al sur.
Y luego de terminada esta conversación, Argentino, entusiasmado por el lindo momento, además de optimista por la posibilidad de poder arribar a grandes conclusiones, se apresta a fabricar una gigante vela, como para así impulsar la casa hacia la bahía de Samborombón; y en buena hora sería festejar que sus cálculos sean los correctos de adonde se encuentra la costa.
4-
Pasada la tertulia del sábado por la noche, entre canciones y discusiones de la política, ahora es el turno del amanecer, donde estando en primera fila, nadie parece querer otra cosa que admirar el poderoso fenómeno. De paso ayudados de la tanta cantidad de vino que han tomado, que los favorece en un tipo de contemplación cargada de parsimonia.
Y mas luego de un interesante momento, donde entre nubes ven aparecer al sol todopoderoso, Argentino vuelve a manifestarse con deseos de componer un tema musical enfocado en la inundación ocurrida en Punta Piedras. Con, contrariamente, Luisa, que quisiera poder crear un bolero que hable de la fuerte atracción que siente por el padre de su amiga. Mientras tanto que Tábata, lleva instalado en la mente el paradigma del discurso del odio. Mas que nada provocado por la bronca irreconciliable que tiene por los populistas; teniendo en Luisa una exponente de primera línea.
Pero al respecto de dicha acusación sobre el estancamiento que ha sufrido el país en época de los populistas, Luisa, antes que nada, hace notar que en realidad el término populistas, debe ser aplicado a los adeptos al nacifacismo. Porque, subsidiar la educación pública y privada, las comedores populares, los merenderos, la salud, el transporte, las asignaciones por nacimiento, las pensiones de ama de casa y por adulto mayor, éso verdaderamente se corresponde con un auténtico movimiento de vanguardia y no precisamente con ser unos populistas. Porque todo lo que el gobierno actual está destruyendo, es nada menos que la justicia social que tanto trabajo costó llevar a adelante. Justicia social de la buena, de la bien entendida, y puesta en práctica bajo la legitimidad de la democracia.
E intentando cambiar de tema, como para así gozar del buen amanecer, Tábata, hace mensión de un post que hubo visto en Instagram. De un oso hormiguero escamado, que se creía extinto, y que hubo aparecido de golpe en los campos de Senegal. Que a propósito de éste fenómeno vinculado con la teoría de Argentino, con relación a su interpretación de la Biblia, donde, asegura, hubo ocurrido algo similar con Adán y Eva, espontáneamente venidos de otra dimensión. Para lo cual Tábata se atreve a comparar al dicho oso escamoso con el propio Adán del Edén del Paraíso; donde mas luego, de seguro, afirma, vendrá la Eva osa escamosa, a completar el par necesario cómo para formarse la rueda de la vida, y así crear y crear otros osos mientras rueda.
Vale aclarar, que por más que en las chicas las ideas de Argentino despierten algún tipo de hilaridad, igualmente impera un profundo respeto donde jamás se pone en duda la capacidad cultural de razonar a su manera. Pero no obstante las burlas y las objeciones, las dos muchachas están pendientes del accionar de Argentino, que un tanto apartado hubo retomado la fabricación de una vela, intentando coser, medio en copas, tres sábanas de dos plazas; que vaya a saber uno cómo luego se las ingeniará para hacerlas flamear sin su mástil correspondiente.
Y así empieza a correr la mañana llena de aventuras sin que nada pueda disimular el volcán que hay entre las mujeres. Que no obstante el bálsamo que presupone estar rodeados de un mar calmo en situación de naufragio, paulatinamente las chicas van entrando en franco proceso de erupción en estallando.
Colchón de huevos con arbejas y tomate, pretende preparar la bella Tábata. Mientras que Luisa vuelve hacer un comentario acerca del gobierno actual. Pero está vez, muy espantada por lo que se proponen hacer los libertarios liberales en el poder. Cuestión que tiene relación con pretender aumentar la edad jubilatoria hasta los setenta y cinco años. Siete cinco; remarca Luisa a la vez de mover la cabeza como renegando de esta realidad posible. Con además, decir, modulando las palabras con exageración, setenta y cinco años en hombres y mujeres por igual. De paso responsabilizando a los reaccionarios gorilas de derecha, de aprovechar la reivindicaciones feministas, como para luego aplicar castigo a las mujeres, por pretender equipararse con los varones. Para más luego agregar que le parece mentira que ignoren que el ser humano pasados los sesenta y cinco queda disminuido y le duelen todas las articulaciones. De este modo soltando una expresión de fastido, además solicitando qué dejen de joder con los ancianos, puesto que sí resulta imposible encontrar trabajo a los veintiún años que te puede caber a los setenta. Y al respecto de esta reforma tan polémica, Argentino opina que el actual gobierno, probablemente ponga sobre el tapete el tema de la prorroga jubilatoria, cómo para distraer la atención sobre los ajustes financieros que están resultando insoportables; pero que luego sólo vayan aumentar el rango solamente hasta sesenta y siete, para ambos sexos. Entonces, Tábata, de inmediato le responde, que aumentan la edad jubilatoria por el motivo de en la actualidad haber mayor expectativa de vida. Porque hoy día una persona a los setenta aún es joven. Y la gente está llegando a los cien con total facilidad. Aunque luego de una breve pausa, arrepentida de sus propios dichos, Tábata se retracta, haciendo un especie de mea culpa, rectificando el rumbo de sus afirmaciones, haciendo un reconocimiento expreso acerca de que a ella también le espanta la idea de tener que esperar tanto tiempo para poder jubilarse. Entonces fue que Luisa hizo una exclamación afirmativa de absoluto reconocimiento; animándose a darle una palmada de corte afectiva. Encontrando en Tábata una agria respuesta parecida a un grave insulto.
Entonces Luisa, embalada, comienza a despotricar contra los mercados. Culpando a los liberales de querer convencer a la gente en depositar la confianza en los beneficios de la competencia, siendo que los mercados carecen de valores morales. Por ejemplo al subirse los medicamentos oncológicos a precios inaccesibles; que por culpa de ello muere gente de a montones. Además de pretender cobrar las mercaderías que resultan beneficiosas para la salud, a precios mas elevados, por el sólo hecho de no ser dañinas. En cuanto que sí no le ponen sal a las papas fritas sin sal, es de suponer que de costo les resulta más barato; pero no, igual las cobran un treinta por ciento más caro por el hecho de ser saludables.
Entonces, Tábata, malhumorada, la comienza a tratar de borrega engreída. Para enseguida agregar el término: Populista pequeño burguesa. A viva voz diciendo que le irá a demostrar todo lo infeliz que puede llegar a ser cuando la sacan de las casillas.
Para lo cual, Argentino, nuevamente se interpone entre ambas mujeres, con intención de evitar una pelea atroz. Solicitando que por favor dejen de discutir de política que ninguna de las dos está preparada cómo para dar conferencias o asimismo encabezar un debate. Encarecidamente solicitando que delante de él permitan que cada uno piense como quiera. Porque finalmente vendría a ser lo mismo, pues por más que las eminencias discutan, la pobreza seguirá existiendo.
Más luego de un segundo de silencio, Tábata, con el semblante pálido por la ira, retoma su actitud de mujer pendenciera. Asegurando que le irá a poner a Luisa un sello de goma en la frente, que diga: basta ya de tratarme cómo una cualquiera.
Con lo cuál Argentino las llama a la reflexión por el hecho de estar armando un lío tremendo sin necesidad. De paso aclarando que siente aprecio por las dos por igual, no sintiendo molestia por lo que dicen sino cómo lo dicen, que con tanto barullo pareciera que la rosca irá a terminar en un drama familiar. Haciendo un llamado a la cordura y a poder esperar a que estén a salvo, para luego, si es que tanto lo desean, retomar el curso de la discusión desde donde la dejaron. Encontrando en Tábata la sencilla respuesta de ser Luisa una piba boca sucia que se mete con el orgullo de los demás sin importarle las consecuencias. Redoblando la acusación con asegurar que luego de un tiempo de estar juntos, no sólo se va a poner hablar pestes de Argentino, sino que además lo va acusar de haber intentando abusar de ella. Momento de alta tirantez, que se ve interrumpido con Argentino solicitando que Tábata logre distender los nervios tratando de utilizar la experiencia, en poder vincularse con Luisa de manera civilizada. Para lo cual, Tábata dicta sentencia asegurando que es tarde para lamentos. Que la va hacer papilla. Y entonces Luisa le pide a Tábata que deje de mirar para todos lados como queriendo encontrar una arma para descargar la bronca de manera salvaje. Intercediendo Argentino, tratando de inculcar la manía de imaginar que están en armonía y que por tanto se alzan con la idea de seguir guitarreando.
Pero Tábata de manera lacónica arremete con desafiar a la hija de Argentino con un duelo a muerte.
Con ello provocando que la remañida sombra de la muerte comienze a circular con más fuerza que la propia del naufragio. De además acompañar los dichos con la ruda actitud de tomar una cuchilla del cajón de la mesada de la cocina. Haciendo que Argentino recrimine la actitud catalogando de persona inconciente a la pendenciera Tábata. Conciderando cómo muy bochornosa la manera de encarar una charla sobre política entre posturas opuestas. Tratando que entienda que la existencia del marxismo no es producto del capricho de unos pocos, sino que se trata de hombres pertenecientes a la clase trabajadora, que abarca a millones de personas en el mundo, que por tanto se agrupan para luchar por sus intereses, incluso, debiendo formular principios filosóficos muy distintos a los esgrimidos por los liberales de occidente. De además decir que estando en situación desesperada lo más sensato debería ser permanecer unidos y no andar desgañitando la voz en decir sandeces.
Sin embargo Luisa acepta el desafío de un duelo a muerte. Solicitando, de haber otra cuchilla, preferir luchar con la misma arma.
Más el atormentado Argentino, que ruega porque no se lastimen, haciendo recordar que carecen de medicina para enfrentar vicisitudes.
Al segundo Tábata haciendo ver que hay otra cuchilla, pero manifestando preferir matarla a traición. Haciendo que Luisa reaccione sin demostrar pánico, intentando herir con la retórica, utilizando una frase enrevesada, donde un tanto tartamudeando, se propone asegurar que Tábata es el fiel testimonio de lo que significa ser una verdadera basura. Que ni por las tapas se merece estar al lado de un hombre como Argentino. Medio reculando al decir, que pese a no ser ducha en la materia de pelear como una presidiaria, de igual modo se las va arreglar para defender el honor y el pellejo, impulsada y ayudada del amor que siente por su hombre. Con estas palabras correctamente moduladas provocando la reacción de la cantante, que a viva voz le jura por todos los santos, a Don Argentino, que la piba que engendrara probablemente vaya a quedar huérfana, pués sino no logra matarla en combate, entonces se las va a agarrar con él mismo, único varón presente, hasta pasarlo para el otro mundo. Agregando que ha llegado a un límite de hartasgo imposible de volverse atrás. Y Argentino, anonadado, que con voz de pito consigue balbucear: que lo que la furiosa tormenta no supo destruir ahora lo van hacer los propios damnificados. Insistiendo en resaltar que por el contrario a exhibir odio desmesurado, preferible será reir y cantar de la alegría. A lo que Tábata responde, señalando con el índice a Luisa, que la propia muchacha ha entrado a sus vidas con el propósito de atraer la desgracia. Y terminada la frase revolea el arma blanca asestando un puntazo a su distraída oponente. Haciendo, que sin quererlo, atónito y petrificado, Argentino se lamente de la situación, ofreciendo un descripción de lo que observa. Que es a su hija herida de una puñalada, a la vez de estar bañada en sangre. Por lo cual, la agresora, fríamente, responde afirmativamente. Con además asegurar que la irá a empujar al mar para que se ahogue de una buena vez por todas. Desgraciadamente compañando la amenaza con tomarla del torso, y cual bailarinas de tango, ambas mujeres dirigirse hacia la puerta de entrada, la cual atraviesan como el rayo, enseguida cayendo Luisa al mar. Y Argentino que queda como paralizado, que repite parecerle mentira lo que sus ojos miran con desagrado. Algo que ni en pesadilla nunca imaginó que pudiera suceder.
Entonces Tábata dando la media vuelta lo encara a Argentino y le recrimina que si la prefiere a ella, que vaya y se tire a salvarla.
Argentino respondiendo no tratarse de preferencia sino directamente de ser su hija. Donde sin más titubear se arroja al agua a rescatar a la muchacha herida; según sus propias palabras: antes que los tiburones se la vayan a devorar.
Se trata de un momento difícil pero felizmente Argentino logra rescatar a Luisa. Y aunque con mucho esfuerzo, también consigue subirla a La Chismosa.
Y así flota la prefabricada cuál si fuera un buque de guerra. Con su rambla que está firme cómo las bandas de un acorazado. Con Tábata, mujer maldita, que continúa teniendo la fea intención de devolverlos al océano a los empujones. Pero ocurre que al ver pasar una nube oscura, que se trata de langostas en abundancia, ante el fabuloso evento desiste de toda acitud de darles un golpe de gracia; exclamando a viva voz que miren el cielo que sucede algo digno de admiración.
Por su parte Argentino festeja la buena nueva recibida, poniéndose a observar, desde ya maravillado por el fabuloso evento; aunque desde luego sin dejar de atender a la hija herida; jurando entre sollozos que no se preocupe que pronto ha de sanar. Además diciendo, entre lágrimas de padre desesperado, que la lastimadura es sin duda superficial. Que manifiesta sentirse por todo concepto muy dichoso de saberse creador de tan bella criatura. La hermosa hija que supo acudir contra viento y marea, puntualmente a la sita de oro. Resultando que ahora verla así, agredida por alguien que tanto aprecia, le viene a romper el corazón en un millón de pedazos.
Luisa respondiendo frases de consuelo, que un tanto lo confunden pues en cierta medida se siente culpable.
Y por su parte, Tábata, que continúa mirando la multitud de langostas aproximarse; pero no obstante prefiere entornar la puerta y de paso verificar que el resto de la aberturas estén todas cerradas. Con por su parte Luisa decir, que si tuviera un cascote a mano se lo partiría por el medio de la cabeza. Tábata bromeando con los celos que siente de verlos tan acaramelados. Y Argentino que manifiesta que posiblemente la plaga de langostas tengan que ver con un milagro producto de lo sucedido. De a lo mejor deberse al momento tan crítico por motivo de Susana haber caído abatida; (porque cree que se trata de su hija es que la llama por su nombre).
Entonces Tábata, mirando de nuevo hacia afuera, manifiesta seguir viendo langostas pasar y que algunas ya se han metido en el pasillo.
Por su parte Argentino entre dientes insiste en afirmar que el universo es un ser vivo. Agregando que también nuestro planeta lo es; e incluso los demás astros. Pero al solamente poder balbucear conceptos inconexos no pudiendo redondear una idea coherente, se topa con la requisitoria de Tábata, en querer completar la idea: de en tal caso ser el planeta un ser viviente, que vendrían a ser los seres que andan por la superficie? Si parte de su cuerpo o simplemente unas pulgas que viven de arriba? Enseguida rebobinando la acitud inquisidora y poniéndose a cantar para así distender la tensión del ambiente.
Y así cuando la luz exterior indicaba las once de la mañana, la herida terminaba de sangrar por completo. Que del alivio les daban ganas de salir al pasillo a festejar la sanación. Pero sin embargo resulta que están en el océano Atlántico, qué cómo agua de manantial vendría a estar circulando por debajo de la prefabricada; que en definitiva viene a equivaler como a estar metidos en un laberinto.
El clima es agradable y mientras Argentino consuela a su hija se dejan ver algunas langostas por el pasillo. Langostas que agarradas del lomo y de las patitas, Tábata va sacando, como queriendo, por medio de esta acción, reconciliarse con los compañeros de travesía; de además cumplir con determinada condena social con relación a realizar un necesario desalojo de los indeseados invasores. Pero aún caen lágrimas del rostro de Luisa, lo que hace la cuestión un tanto desfavorable. Tratándose, la herida cruel, de un tajo en el hombro izquierdo, de tres centímetros de largo. Donde primero se hubieron unido las partes separadas, con tan solo la presión de los dedos, en un hermoso sellado. Con mas luego aplicar pegamento La Gotita, de fulminante acción rápida. Entonces, por fin, al ritmo de la curación las cosas van volviendo a la normalidad del principio.
En su momento habiendo gastado mucha energía en querer evitar la pelea, de un duelo donde sin duda llegaron a peligrar sus vidas, ahora habiendo quedado Argentino literalmente hecho un despojo; con encima sus bellas facciones que lo hacen parecer a un juez que se desempeña en el juzgado de tránsito.
En resumidas cuentas, le resulta difícil entender la histeria femenina con la que poco se identifica. Pero que sabe que se refiere a cierta incontinencia de evitar querer soltar algo que se desea.
Pues entonces de todas las opciones de volver a establecer una comunicación con el grupo, prefiere preguntar algo acerca de un interrogante que le quedó pendiente de anoche. Solicitando ver si le pueden explicar como es que en el recital, cuando cantaban a dúo, lo hacían como en una especie de cámara lenta; siendo que eran temas rápidos que los estiraban como chicle. Y así Argentino describe la sensación de lo vivido de tener que escuchar un cantar influenciado por una evidente modulación cargada de parsimonia; como afectadas las voces por un síndrome de emiplejia.
Con decir, qué absorbido por la intriga le ha quedado el carácter propio de un paisano recién llegado del campo a la ciudad.
Y por su parte, serias las chicas, preocupadas por mantener su secreto, sin dar el brazo a torcer, cada una explica lo primero que le viene en mente. Además mirando a Don Argentino como negándose a contestar a su requisitoria de saber sobre el modo de expresión elegido.
Mientras sucede todo esto se agolpan algunas langostas sobre los vidrios de las ventanas cerradas. Donde luego el suave viento norte se encarga de ir despegando hasta de nuevo quedar el paisaje al servicio de la sublime contemplación; de observarse las olas, el firmamento, y todo aquello digno de ser apreciado con admiración, libre de obstáculos.
Con su temperamento de hombre emprendedor dedicado a resolver cuestiones de la burocracia, Argentino, necesita, de parte de Tábata, que le ofrezca algún tipo de perdón. Dejando de hacerle la cruz a su hija. Pudiendo al fin reconocer, que lo hecho, se trató de una locura demencial. Tanto cómo 5querer ir al centro de la tierra, descalzo, sin que el calor te vaya a incinerar los callos plantales (que dicho sea de paso, hace notar que, cuernos de animales, pesuñas y callos, crecen en demasía por falta de sexo).
Igual a otras veces que hubo puesto la voluntad en querer cambiar otras actitudes erradas, Argentino, promueve que vuelvan a tenerse aprecio, con la misma perseverancia que si fueran madre e hija; o tan siquiera como parientes que se llevan bien. Insistiendo en pretender, ya mismo, tratar de resolver este grave problema que está frenando el normal desenvolvimiento del hogar.
Por su parte, Luisa, más que masticar dolor soporta un fuerte ardor; que lentamente se va esfumando del ser. Y de ha poco, sabiendo que Argentino busca una cantante, quisiera saber que opina de como se hubo desenvuelto en el recital de anoche. Y además, por estar sedienta, es que solicita un vaso con agua. Recibiendo a cambio una cerveza empezada, a la cual le termina por dar un profundo beso de cien mililitros. Cerveza con la temperatura ambiente que vendría a reemplazar la falta de agua; porque Argentino insiste en ser conveniente cuidar a mas no pofer el tanque. Y mientras bebe, Luisa le ofrece la espalda a su contrincante, lo que demuestra cierto grado de confianza. Dándose a entender que de alguna manera han dado vuelta la página.
Entonces, Tábata, anuncia que va preparar una ensalada; que prefiere dejar los otros planes culinarios para más adelante. Que para poder hacer un guiso o algo caliente habría que decidirse por desmontar las maderas de la baranda porque muebles ya casi ni quedan.
Tiene de bueno, hablar de comer, que da a pensar que los problemas se van a ir resolviendo. Qué por el momento nadie desea contradecir lo que cada uno de los otros haya pensando. Entonces, de a poco, la conversación empieza a rondar los temas referidos a la travesía. De a lo mejor divisar medanos. De tal vez ver algún que otro edificio. Que para entrar a la playa de la bahía debería haber una corriente que tire hacia la costa. Que el día está super diáfano y el mar ultra quieto. Con el agua prácticamente como estancada. Con alguito de viento, pero nada importante de temer.
Pero Argentino insiste en querer saber el por qué, cuándo la anoche anterior cantaban, lo hacían tan lentamente. Y ellas le responden, qué quizás por haber tomado algunas copas de más. O tal vez por ser la manera natural de desenvolverse los cantantes, dicen a coro cuál si lo hubieran ensayado antes; además cómo queriendo convencer a Argentino que Luisa sabe sobre el asunto lo suficiente como para no ser reprobada.
Y por esa redada que Argentino les tienda para que le expliquen porque cantanta en cámara lenta. Las chicas, pese haber peleado a muerte ahora tratan de desviar la atención con intentar divisar la playa a lo lejos, cuándo en realidad solo se ve puro mar hacia los cuatro costados. Y por esa confraternización que surge espontánea, al querer ocultar el método para la correcta modulación del canto, Tábata confiesa sentir tremenda culpa por la locura de querer asesinar sin piedad. Palabras sumamente oportunas que logran quitar la angustia de la cara de Argentino. Que al resultarle imposible encauzar la relación entre las tripulantes, se ve un tanto poseído por la angustia, pero en cambio ahora con esta actitud tan diferente, renacen las esperanzas de poder consolidar el ánimo del grupo. Al punto de ya no importarle como vayan a querer cantar. E incluso esbosa una sonrisa hacia Tábata, él mismo tratándose de bobo al dudar de su grandeza por no saber pedir perdón; o asimismo de sentirse arrepentida de querer asesinar, cuándo finalmente va queriendo ser lo todo contrario. Con lo cual se alegra de recuperar la confianza pudiéndose encausar la reunión haciendo que de nuevo reine un ambiente de bienestar. Porque así de tensionados hubiera resultado imposible que vayan a dejar de estar con la guardia alta, debiendo estar constantemente alertas con los cuerpos cargados de resentimiento. Con encima debiendo arrastrar una grave actitud de terquedad, de en vez de estar agradecidos de los buenos vientos, a cambio renegar por cuestiones envitables. Entre otras cosas siendo desagradecidos con la realidad que les hace primar la dicha de estar vivos y en perfecto estado de salud. Pues entonces Argentino llama a mantener la cordura. Y a permitir que la dicha de la fortuna los honre con su presencia. Por tanto evitando andar serruchando el piso con verdaderos ataques de histeria. Por todo concepto tratando de evitar malograr la vida con el egoísmo de las cuestiones personales. De paso ofreciendo gracias al Cielo. Y así de elocuente Argentino le va dando paso al agradecer a las chicas por la camaradería que de a poco le van demostrando. Qué con esa actitud positiva, dice, se anima asegurar que antes de lo pensado van a poder retomar el rumbo perdido. Olvidando el mal trago que la bronca les a dejado en el alma.
Y ya cambiando de tema, Argentino comienza hablar sobre las langostas dando por seguro que pronto se van a terminar comiendo alguna cosecha de los campos linderos; para más luego dirigirse a la provincia de Córdoba.
-Tengo entendido que son muy desbastadoras. -pregunta Tábata mientras exhibe una pequeña langosta que hubo quedado rezagada.
-Mi querida Tábata, póngale el dedo en la boca y va a ver cómo se lo come.-para darle mayor verosimilitud, de manera afirmativa dice Argentino cuál si Tábata fuera una extraña.
-Tenés razón. Me mordió como un perro sabueso. Mejor lo voy a dejar que ande suelto.-dice Tábata mientras intenta desprenderse del insecto, cual si fuera una babosa que se le pega en los dedos.
A lo que Argentino agrega un comentario ilustrativo del poder de las langostas cuando aparecen por millones, que hasta los propios egipcios las dibujaban en las tumbas de los faraones; pues sabido es que se comían los campos sembrados y después la gente moría de hambre.
Y entonces Luisa le exclama a Tábata que le apena mucho ver sufrir al pequeño saltamontes, sintiéndose encariñada con el animalito. Haciendo que Tábata pierda los estribos de igual modo que cuándo discuten por los asuntos de la política; de inmediato asumiendo una actitud autoritaria que la lleva a decir con ironía lo que acompaña con una actitud pendenciera.
-Sabés lo que voy hacer? Voy a dejar que la langosta esté un rato más con nosotros y después la suelto. Se me acaba de ocurrir una idea.
-Seguro que querés ponerlo sobre la mesa y cantarle una canción de cuna, verdad?
-Les advierto que las langostas atraen a las ratas porque les encanta comerlas.-dice Argentino casi medio embelesado de amor por su hija.
A lo que Tábata, un tanto inquieta de ver a Luisa apollar la cabeza en el regazo de Argentino, responde.
-Dudo mucho que en alta mar pueda haber roedores.
-No te creas. Los más bien se las arreglan para nadar.-dice Argentino como esquivando las insinuaciones de Luisa que lo acosa físicamente. Y por allí, entre risas socarronas, se escucha la voz de la preciosa muchacha herida en el hombro, diciendo.
-Que lástima que cuando se es feliz la vida se pase tan rápido. Que contrasentido. Tendría que ser al revés.-enseguida agregando.
Mejor dejemos libre al pequeño saltamontes.
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