recuerdo haber llevado a mi madre, amigo y esposa de mi amigo a ver al curandero...
este era ciego, alto, calvo y sonrisa amplia... moreno y su rostro era andino... aun así tenía tanto conocimiento que mi amigo que era doctor me dijo que este hombre sabía mucho y que debía escucharlo... y vi como lentamente empezó a sanar a mi madre y a mis amigos...
han pasado los años, mas o menos veinte años, y mis amigos y mi madre se han ido al mas allá... y hace días estuve soñando con este curandero, sentía que me necesitaba, que quería hablarme... así que decidí ir a verle un día feriado y luego de horas de búsqueda encontré su casa... con veinte años hasta el aire cambia y más aun la casa de este señor... por suerte me detuve y pregunté por él... nadie le conocía aun así no quise volver a mi casa... y pensé en hablar con él a través de mis pensamientos... y eso hice... le dije que necesitaba verle y que deseaba compartir mis sentimientos y ver cómo estaba mi salud... abrí los ojos y le vi... la puerta de aquella casa empezaba a abrirse y pude ver a este hombre ciego caminar hacía la puerta... le llamé, le dije mi nombre y luego de algunos instante me reconoció... cómo ha podido venir hasta aquí?, preguntó... le llamé con el pensamiento y las puertas de su casa se abrieron y me mostraron a usted, respondí... pasé hermano... por favor pase... pasé y hablamos por mas de dos horas... me dijo que su esposa murió hacía 13 meses, le dije que mi madre haría tres meses había partido al mismo lugar de donde vino... sonrió abiertamente y me dijo que sentía que yo era una persona muy espiritual y que solo debía aprender a respirar mejor para calmar mis nervios provenientes de un laburo infernalmente imparable... gracias, le dije...
me llevó a una habitación pequeña de paredes de color blanco y una cama y una alfombra del mismo color... se puso una mascarilla y empezó a masajear cada parte de mi cuerpo... luego me hizo repetir frases que para mí eran impronunciables pero que sentía era un mensaje a mi propia vida... al final me dijo que en mi otra vida ambos habíamos trabajado juntos... fuimos médicos... fui un gran cirujano en Paris, Francia... y que fui un gran cirujano en el año 1944 en plena guerra mundial... que salve muchas vidas pero que enfermé y la muerte cubrió todos mis sueños...
agradecí su atención, le pagué y luego me despedí... no sé si volveré a verle, pero si que aprendí otra manera de respirar... y así volver a encontrar mis dones para servir a esta humanidad que no sabe ver, aunque tenga ojos...
mientras volvía a mi casa sentía que no volvería pues sentí que mi camino estaba muy claro para mí... debía escribir acerca de mi amor por la vida hasta el último aliento...