Poema



Un nombre en la bitácora de mi viaje por el tiempo

Alguna vez… ya perdiéndose en algún pretérito vivido
fue la musa invasora del pensamiento en mis desvelos,
que con tinta, pluma y letras se dibujó en la bitácora
que guarda inolvidables retazos de mi tiempo consumido.

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Ella… ella… ella y tú… sí, tú, también fueron inspiradoras de las letras
que repletan las páginas del diario de mi viaje temporal.
Pero me van a perdonar, porque la primera que encendió el recuerdo
es la que dio el pie para los primeros versos de este poema.*
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El tiempo que es dueño y tirano les pone inicio y meta a las etapas,
aunque en muchos casos como sin pensarlo ocurre en el mío propio,
el mismo tiempo condensa vivencias en versos de pocas letras,
que con fechas de calendarios alternados, los va escribiendo en la bitácora.

El tiempo dueño las guarda y conserva como pinturas de gran valor,
en lo posible con todos los puntos, las comas más los engaños y desengaños.
En cambio, el tiempo tirano las selecciona según sea el presente estado de ánimo
del sufrido o complacido portador de la sumatoria de todos los pretéritos.

Y el mismo tiempo es el que a su antojo esconde o revive los periodos de sí mismo,
distanciando los recuerdos que con tinta fluida o con lágrimas resecas,
según las circunstancias, inciden en la memoria y aparecen re repente sin aviso,
para derramarse en estas páginas que soportan los tiempos gramaticales de mi vida.



* De entre todas las musas es una la que dio el pie para el poema, aunque cualquiera de ellas pudo haber sido.