https://www.youtube.com/watch?v=2Hw0g2nP2Zg
Tengo en mi haber, un catálogo de calamidades, que me han acontecido este día. Desde haber sido despeinada, por una ráfaga de viento insolente, hasta ver interrumpida la delicia de una sonata de Beethoven, por los gritos salvajes de unos vecinos, festejando el acierto deportivo de su equipo, de no se qué deporte popular.
Considero que hay límites.
Los autores, los responsables, los culpables de tamaños importunios ejercidos contra la gente de bien, deberían ser castigados con una dosis de su propia medicina. Los enterraría, bajo una pila inmensa de choripanes humeantes, para que sufran en agonía escuchando una serie interminable de esas canciones que frecuentan con sus sucias orejas.
Así, sería reestablecido el equilibrio en este planeta, que no entiendo, porqué cuenta con tanta presencia indeseable.
- Señora, ¿quiere que le planche tambien el vestido blanco para la fiesta?
- Oh!, Clarita, me asustaste querida. Sí, por favor, que quede impecable, mi amor.
- Sí, señora.
- ¿En qué estaba? Aha, sí. Beethoven. Un genio de la música.
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Marcelo Arrizabalaga. |