EXPRESIÓN ESCRITA

Un breve ensayo sobre la reanimación cerebral

Cuando indagué sobre la reanimación cerebral quedé muy asombrado con la lectura de éste procedimiento esencial, para retornar a un ser humano a su vida normal. Claro es complicado, porque en este evento se compromete el personal médico con el tiempo que va transcurriendo una vez ha llegado el paciente al servicio de urgencias y a la unidad de cuidados intensivos. Y ese momento afanoso es una carrera agotadora, para los especialistas, el vencer a la inoportuna muerte que tarde o temprano, aunque uno no lo desee ha de venir obligatoriamente. Pero, no quiero decir que este esfuerzo sea innecesario el querer salvar a una persona de tan fatal suceso, por el contrario, vano sería no intentarlo ante la cruel realidad, ante esa sentencia natural.
Como bien sabemos el servicio de urgencias es la primera asistencia hacia la prolongación de la vida y la unidad de cuidados intensivos asume a la salvedad como su labor más prioritaria, dicho de otro modo, entre las dos hay una correlación muy estrecha, para recuperar a un enfermo grave.
En estas salas es donde se debe mostrar estupendas habilidades, para lograr un restablecimiento adecuado, pero también, hay que tener en cuenta de que existen otros factores que pueden influir en la muerte del paciente, aún, cuando los médicos hayan hecho su mayor esfuerzo.

Se depende de que la hipotensión prolongada, o la enfermedad cerebrovascular, o el trauma cráneo encefálico severo, o aún el más riesgoso, como es el paro cardio-respiratorio no estén en el plano de la negligencia dentro la escala del tiempo, ya que los minutos son valiosos por la gravedad del daño, lo que quiere decir, que a mayor tiempo transcurrido mayor será el trauma y lógicamente se producirá la muerte neuronal.
La atención inmediata implica: la vía aérea, la respiración, la circulación, las drogas suministradas, el monitoreo electrocardiográfico, desfibrilación, determinar y tratar causas, protección cerebral y el cuidado intensivo.

La morbilidad y la mortalidad son dos situaciones adversas a los servicios de urgencias y a la unidad de cuidados intensivos. En estas dos temidas situaciones desfavorables hay una insuficiencia en prevención y en campañas gubernamentales. La disfunción neuronal se presenta como la más frecuente o la más alta incidencia en la población mundial. Una buena motivación para evitar los riesgos neuronales busca con intensidad la protección del sistema nervioso contra la Hipoxia Isquemia.
Como base biológica se tiene en cuenta de que el tejido pulmonar resiste la “Anoxia” hasta, por 2 horas, el tejido hepático de 1 a 2 horas y las células tubulares renales o el miocardio aproximadamente 30 minutos, mientras que en solo 5 minutos el tejido cerebral presenta daño neuronal irreversible con la muerte neuronal, sí la Anoxia tarda más de diez minutos.
La Anoxia-Isquemia afecta a todo el organismo, porque produce las lesiones neurológicas que inhabilita a la persona, para seguir normal mente con su vida. Por lo tanto, la protección cerebral post-reanimación es un paso de verdadera relevancia, para tener éxito en el propósito de la recuperación.
Lo más acertado es establecer una adecuada función vital que permita mediante el manejo de la vía aérea asegurar la oxigenación, ventilación y la protección de este procedimiento, como prioridad fundamental, para iniciar “La perfusión cerebral,” que no es más que la nutrición y la oxigenación a nivel cerebral con adecuada presión. Durante 24 a 48 horas el médico debe estar al pendiente de aumentar la tensión arterial media, y manteniendo con mucha disciplina el gasto cardiaco y la volemia en óptimos niveles.

En realidad el alcance de este ensayo es solamente una leve, pero clara información, ya que las circunstancias que rodean a cada lesión, es de orden complejo, así como la asistencia médica al afectado. Detallar paso a paso dicho procedimiento es una tarea muy ardua, por la cantidad de tecnicismo científico que sólo un especialista estaría preparado para suministrar y explicar profundamente. De todas formas es evidente los esfuerzos que se deben de hacer, para lamentable situación y por ende la rapidez en que se debe actuar antes de que muera el tejido cerebral. La oxigenación y la continua circulación es el proceso más eficiente, para dar una estabilidad a la parte neuronal sin que mueran. Esto es a nivel de urgencias, porque en cuidados intensivos se administra y se provee oportunamente la oxigenación y la glucosa al cerebro, por medio de la perfusión cerebral, pero siempre es de consideración que hayan quedado en el cerebro algunas lesiones de carácter irreversible que van a limitar el estado natural de la persona con una disfunción neuronal.