Hay días buenos y días malos, para los días malos, nadie nos prepara, sin embargo los días buenos no requieren entrenamiento. A los días malos es preferible mantener una sonrisa y tanto optimismo como se pueda. En épocas de crisis no bastan los pensamientos positivos sino más energía, voluntad inquebrantable y mucha pero mucha alegría.
Texto agregado el 04-09-2024, y leído por 49 visitantes. (1 voto)