Un ángel misterioso y seductor poseía la habilidad de llevar a los mortales en un vuelo celestial. Su mirada era profunda, sus caricias llenas de magia, y sus besos transportaban a aquellos que osaban acercarse a un lugar más allá de lo conocido.

Una noche, una joven soñadora se cruzó con este ángel en un claro del bosque. Sin dudarlo, aceptó su invitación a volar hacia las estrellas. Durante ese éxtasis de libertad y éter, la joven creyó haber alcanzado la felicidad suprema. Sin embargo, en un giro inesperado, el ángel cambió su rumbo y se sumergieron en picada hacia lo desconocido.

La caída fue vertiginosa, el viento aullaba en sus oídos y la oscuridad del abismo los envolvía. La joven comprendió entonces que aquel ángel no era lo que parecía, y que su verdadero propósito era arrastrarla hacia las profundidades del infierno. Aterrizaron en un paisaje infernal, lleno de llamas y lamentos, donde el ángel reveló su verdadera naturaleza maléfica.