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La vida debe continuar..

Al fin había llegado la hora de cerrar el colegio, las muchachas se habían marchado y sólo quedaba la directora y alguna profesora, pero la última en irse era Aldara, en el colegio sólo quedaba el cuidador y su señora que vivían allí.
Desde que fuera fundado, quince años atrás, por la que pasó a ser directora del mismo, Aldara sólo tenía un amor en su vida, a pesar de ser joven aún, nunca se había casado ni tenido hijos, las alumnas eran su vida tanto como el colegio mismo, ella se ocupaba de todo, era muy exigente porque los precios eran muy elevados y para que aquello funcionara lo entregado a las alumnas en materia de estudios debía ser de lo mejor.
Se encargaba personalmente de elegir a las profesoras y digo profesoras porque jamás contrató a ningún profesor, a toda costa quería evitar lo que suele ocurrir con niñas que aún no son mujeres, pero que están en esa edad en que fácilmente se enamoran y en su colegio aquello no podía darse, los padres de las alumnas solían estarle agradecidos por eso que, aunque pareciera casi ridículo y mal visto por algunos hombres, ante todo se debía complacer a los padres.
Esa noche Aldara no se sentía bien, al llegar a su casa fue peor, ni bien abrió la puerta, el silencio y la quietud que allí reinaba la asustó, jamás le había pasado algo así y de pronto se sobresaltó, no solía importarle esa soledad, al contrario, hasta le agradaba, pero aquella noche…
Trató de hacer todo lo que solía hacer cuando llegaba a su casa, pero algo no estaba bien, luego de darse una ducha se sirvió la comida calentando la que había sobrado del medio día, pero ni siquiera la tocó.
Trató de leer un libro en la cama y buscó en su biblioteca alguno que hiciera mucho tiempo que no leía y se encontró con Las mil y una noche y se dijo a si misma que esa era ideal.
Aquellas historias le habían hecho soñar de niña y al crecer no volvió a pensar en ellas, pero algo raro le estaba sucediendo sin que pudiera descifrarlo, luego de algunas historias se durmió para despertarse al día siguiente de mejor humor volviendo a ser la Aldara de siempre. Al llegar al colegio, siempre primera la estaba esperando Renée, la esposa de Walter el cuidador con el desayuno servido.
Sobre su mesa de trabajo su secretaria le había dejado una nota recordándole que el padre de una alumna necesitaba hablar con ella y que llegaría al medio día.
Aldara lo esperó sabía que era un hombre muy ocupado y no quería hacerle perder tiempo.
Al medio día justo llega Joaquín Almagro, padre de Sonya mientras su hija estaba en el comedor del colegio almorzando con sus compañeras.
Al verlo entrar Aldara no pudo sostenerse en pie algo que fue observado por Joaquín que la ayudó a sentarse dándole un vaso con agua y preguntándole si se sentía bien o si prefería que volviera al otro día.
Aldara se repuso inmediatamente y sin mirar al hombre le dio las gracias diciéndole que estaba bien, quizá había sufrido una baja de presión, pero que ya estaba bien.
De inmediato quiso saber el motivo de su visita al colegio a lo que el hombre le contestó que Sonya estaba pasando por una etapa muy difícil en su vida, que su madre se había marchado y que quizá no volviera y que, a esa edad, a veces creen comprender, pero la realidad es que nada saben de la vida y mucho menos de las vidas de sus padres.
Aldara asistió y dijo que era cierto, pero que a pesar de que había notado un cambio en la chica, sus notas seguían siendo muy altas.
Joaquín notó que la directora tenía algo que le parecía conocido al mirarla a los ojos, cosa que pocas veces hacía, se encontró con una mirada penetrante y conocida, aunque de momento no supo de donde la conocía ya que nunca antes había estado en el colegio.
Aldara bajó la vista y su rostro palideció, los recuerdos poblaron su mente y de pronto los dieciséis años pasados se esfumaron y se encontró en brazos de su primer amor el que la había abandonado y se había marchado para casarse con otra.
Joaquín vio entrar a su hija que se asombró de verlo en el colegio, Sonya era una bella muchacha, aunque triste que miraba a la directora con cariñó, quizá la falta de la madre la llenara con aquella mujer que la trataba como a una hija y que más de una vez le diera buenos consejos.
Joaquín le dijo al verlas juntas que era un hermoso cuadro que quizá algún día lo plasmaría en un lienzo lo que hizo que las dos mujeres sonrieran.
El padre le dijo a la hija que sólo tenía curiosidad de ver quién era la directora de la que tanto hablaba su hija y que por eso había ido a verla.
Sonya volvió a irse para su próxima clase y Joaquín y Aldara se volvieron a quedar solos, pero esta vez fue la directora la que habló.
–––Joaquín, tienes una hermosa hija dijo mirándolo.
–––Victoria!!
–––Si, soy Victoria, aunque mi segundo nombre es Aldara, te reconocí apenas te vi. También noté que no me reconociste.
–––Tienes razón, no pude reconocerte porque tuve que borrarte de mi mente luego de lo que pasó y te pido que me perdones.
–––No tengo nada que perdonarte, te fuiste para casarte con otra, es algo que ocurre, además éramos muy jóvenes.
–––Te equivocas, no sabes lo que realmente ocurrió ni cómo he vivido estos años, cuando me fui aquel día iba tan contento que perdí el dominio del auto y atropellé a una mujer y en el accidente perdí el conocimiento y la memoria. La única que me acompañó fue la mujer que atropellé pues a ella nada le sucedió, durante mucho tiempo me cuidó y terminamos juntos y a los diez meses nació Sonya, durante años tuve que reconstruir mi vida sin saber quién era en realidad, los padres de la madre de Sonya era personas adineradas y de a poco comencé a trabajar con ellos. Cuando recuperé la memoria nunca fue total y aunque no estaba enamorado de ella, ya habíamos tenido una hija y tuve que borrar tu imagen de mi memoria para no volverme loco, toda mi vida fue un desastre desde aquel accidente, pero ahora al ver tus ojos mi memoria ha regresado quizá no quieras ni verme, pero te pido perdón, no quiero inmiscuirme en tu vida tendrás esposo e hijos. Sandra la madre de Sonya me dejó hace mucho tiempo y a nuestra hija para irse con un médico.
–––Joaquín, jamás supe nada de ti, cuando desapareciste pensé que ya no me querías y traté de olvidarte, mis padres murieron en un accidente de aviación y todo lo de ellos pasó a mi poder y con eso fundé el colegio, sola, jamás me casé ni tengo hijos y nunca pude olvidarte a pesar de intentarlo. Sé que son cosas que la vida no nos prepara para soportar, pero la vida sigue y sí o sí hay que vivirla, ahora que sé toda la verdad, quizá seas tú el que deba perdonarme por haber dudado de tu amor, también sé que es tarde, pero me alegro de saber la verdad, anoche tuve un presentimiento y llegué a sentirme muy mal, ahora estoy recuperada y trataré de continuar como hasta ahora, mi colegio seguirá siendo mi gran amor.
–––Te equivocas Victoria, al fin he despertado de una pesadilla sin fin que sólo me permitió seguir vivo gracias a mi hija, pero de ahora en adelante ya no estarás sola, creo que es hora de seguir adelante, pero juntos.
A todo esto, Sonya que había visto cómo su padre miraba a la directora, no había ido a su clase, detrás de la puerta sin que la vieran escuchaba atentamente la conversación y sin golpear la puerta volvió a entrar, abrazó a su padre y a Aldara e imaginó lo que siempre quiso… una verdadera familia.
21/8/2024 Omenia.




Texto agregado el 22-08-2024, y leído por 73 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
03-09-2024 Me encanché desde el principio. Que viva el amor... me encantó el relato! Luz42
24-08-2024 El final es bonito, lo que se desea al leer una historia de amor. Pensando en el destino, el principio es el mismo final. Esta vez no hubo tantos obstáculos para el reencuentro, así que menor será la carga, para desatar la felicidad. Un abrazo. azariel
23-08-2024 —Hay cuentos tuyos que al terminar de leerlos, y este pasa a ser uno de ellos, me generan una especial emoción. Una emoción que sólo puedo definir como producto de la emotiva trama de la historia que cuentas. —Abrazos. vicenterreramarquez
23-08-2024 Eso es lo fascinante la vida, que de un de repente, como apagaro prender un apagador, la vida se transforma. buen cuento Ome. Abrazo. sendero
22-08-2024 Linda historia Ome y claro que la vida debe continuar y más si se da una segunda oportunidad. jdp
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