SODOMA Y GONORREA

Siempre se ha hablado del fin del mundo y de las distintas profecías que lo anunciaron, pero a la luz del presente solo se cayó en la mentira de los engañadores. Una verdad que nos acerca al fin está en las investigaciones y en los cálculos de los científicos y de los astrónomos. Según los relatos una gran bola de fuego que vendrá del espacio arrasará con la vida del planeta tierra, claro si antes no nos destruyen las bombas nucleares y sus reactores con combustible de Urano. Pero ¿por qué se anuncian tantas calamidades?, la razón está en la desobediencia de las normas que regulan el comportamiento de las personas y en sus inclinaciones a la depravación. Comparemos un relato en la Biblia con el posible futuro catastrófico que nos espera. Según Moisés en su relato del Génesis, su dios destruyó a Sodoma y Gomorra. Cuenta que cayeron del cielo piedras encendidas y acabaron con todos los habitantes de estas dos ciudades. Ahora bien, este es un dios implacable, odiador, vengativo, destructor y que no tuvo compasión con los hombres, mujeres, niños y animales que convivían en estas dos ciudades. Un pensamiento razonado sería que este hecho se le cargó a ese dios para someter a las mentes humanas, para aterrorizarlas y hacerlas prisioneras de esta creencia religiosa. Un gran volcán como el Vesubio arrasó con estas personas o quizás una explosión, porque esta es una región con grandes yacimientos de gas natural. En nuestra era cristiana han sucedido otras catástrofes que han enterrado a ciudades y a pueblos, pero las que han ocurrido en América han sido por sucesos naturales y no se la han atribuido al dios castigador, al dios hebreo judaico, ¿por qué será?, debe de ser, porque no viven en América estos pueblos semitas.
En algunos países de América hay Sodoma y Gonorrea, (prostíbulos que funcionan como hostales y no tienen Cámara de Comercio, por tal motivo las entidades de sanidad no hace revisión) Pero, estas ciudades en América no son diferentes de las antiguas, entonces, ¿por qué no han sido destruidas? ¿Qué pasa con ese dios hebreo judaico?, que según esta religión es el creador del mundo y del ser humano y tenemos que aceptar y alabar los crímenes que cometió su pueblo antiguo.
Durante casi toda mi vida fui devoto de esta religión, fui ciego y tonto al defender tanta criminalidad. La idiotez empieza cuando un criminal dice que sus matanzas son bendiciones de dios y las aceptamos como verdades. En la primera epístola universal de San Juan cap. 4, vers. 8 se lee: El que no ama, no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Dios es amor, así lo enseñó Cristo, (no es dios de guerra, no es dios de matanzas, no es dios de gente inhumana). Nunca ha existido trinidad ni nunca la habrá, el Cristo jamás pertenecerá a un dios asesino, a un dios vengativo ni mucho menos a un dios que anuncia masacres y las comete. Es diferente a Cristo que tuvo una visión del mundo, pero basado en el mal comportamiento de las personas, sus malas acciones provocarían sus desgracias, por eso les dijo a sus discípulos: enseñen mí sabiduría.
Seguimos en la primera epístola de San Juan cap. 4, vers. 6, en la cual leemos: Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios nos oye, el que no es de Dios no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error. Más claro no podemos leer, el error es el causante de muchas desgracias. Este Dios apostólico es totalmente diferente al dios hebreo judaico, este Dios es sin duda nuestro salvador, el Cristo asesinado por una manada de fieras satánicas.
Lamentablemente la confusión persiste y mucha gente siente temor por la idea de un espíritu castigador, que ha creado todo y que gobierna sobre todas las cosas. La mentira como dominadora de las sociedades matiza la verdad. Las verdades están llenas de tramas que las ocultan y las hacen oscuras. Esa es la razón porque hay Sodoma y Gonorrea, negocios ilegales que prosperan camuflados y sin ninguna revisión sanitaria. El futuro de la tierra está sujeta a lo que pase en el universo, en ese cosmos con sus movimientos de galaxias, con sus súper novas, con sus agujeros negros y con los desplazamientos de los cometas. Solo Cristo sabrá el día y la hora para venir en su nave extra-planetaria.