el muchacho le preguntó a su madre: no te mueras aun, te necesito, te...
lloró en silencio al borde de la cama de la mujer agonizante... se detuvo y se acercó hasta pegar sus labios con los de su madre... la besó, la besó fuerte hasta casi romperse sus labios y luego la dejó... se paró, entró al baño y se miró a cara en el espejo pegado a la pared... allí estaba, aún muy joven con los ojos rojos de haber llorado por tanto tiempo y con tanto por hacer... volteó la cara hacia la cama de su madre... vio la puerta del cuarto del hospital cerrada y vio la ventana que le quedaba a unos pasos... pensó en saltar pero para qué... ya se sentía muerto... se estaba separando de su madre para siempre... hacía frío y se puso su casaca, miró la cama y a su madre aun respirando pero con los ojos cerrados como si fuera una estatua sin ojos... me voy, pensó...
salió a la calle y empezó a pensar si uno puede hablar con los muertos, no sabía cómo, pero tendría que saberlo pues sentía que las personas que uno ama no salen de sus sentimientos jamás... al menos eso escuchaba siempre que alguien se iba de este mundo y ahora le tocaba a él... volvió al cuarto y una enfermera le comunicó que su madre había muerto haría unos minutos... gracias, respondió... miró a su madre cubierta por una sábana blanca y vio que dos personas se la llevaban a otro lado... notó unas tarjetas atadas a la mano de su madre y vio escrito el nombre de ella y la hora de su deceso... volvió a la calle y vio que sus hermanos y muchos de sus parientes llegaban, se escondió y camino directo a su casa... tomó un taxi y le dio la dirección de su casa... durante el viaje el taxista le miraba como a un extraterrestre... le pasa algo joven?, preguntó el taxista... no, no pasa nada, respondió... en el transcurso de su viaje miraba las calles y los centros comerciales, las tiendas y restaurante, los autos y las personas... era ya de noche y las luces de los postes iluminaban pobremente las calles... cerró los ojos e imagino a su madre... podemos hablar?, le dijo en sus pensamientos... si, claro hijo... y vio que su madre le miraba como si estuviera en total paz y tan contenta... estas bien mamá?... sí, sí, estoy bien y ahora tu debes vivir tu propia vida... no creas en nadie más que en tus sentimientos pues ellos te harán muy feliz... crees que debo ser rico?... no, no es necesario, solo siéntete contento con tu vida, se una vela en este mundo y no uno más que no conocen la verdad... tu la conoces, tu has conocido el amor... has visto como vuelan las aves y tu sientes como debes amar lo que hagas pues eso es lo que mejor sabes hacer... se feliz y eso te hará inmensamente rico... gracias... de nada hijo... ya sabes donde estaré siempre para ti... si lo sé mamá...
abrió los ojos y miró las cosas de su madre... las junto y luego de horas de acopiarlas las echó a la calle... cogió una hoja y un lapicero y escribió a su familia...
adiós, me voy con mi madre... cerró la puerta de su casa y tomó un auto hacia el sur... llegó a un paradero de buses y tomó uno que lo llevaba al sur... se sentó en una de las sillas y miró a su lado a una mujer... hola, dijo ella... hola mamá, respondió... mientras el auto se llenaba de personas y al último pasajero que subió, el bus arrancó y no se detuvo para nada, y el muchacho tan solo cerraba los ojos mientras una luz en su interior se le acercaba mas y mas hasta que todo se hizo luz... |