Estás en todo
lo que miro y toco
siento tu esencia rica en el aire
y tu piel dulce en mi café.

Café que tomo todos los días
al amanecer,
siento tu dulzura en las frutas
maduras que saboreo al atardecer.

Espero con paciencia
la hora del encuentro
para sentir tu fragancia
hasta enloquecer.

Por ti soy capaz de hacer
locuras bien grandes,
locuras que nunca hice
con ninguna mujer.

Tú eres la sal y el azúcar
que le da sabor a mi sopa
y el punto dulce de mi café
que calma mi ansiedad mientras llegas.

Con decir que tú eres
la razón de mi existir
queda dicho todo, a los sordos
repito que eres mi razón de vivir.

Pedro Moreno Mora