No sabemos si fue
en Barinas o en Caracas
dónde una mujer diabólica
sembró espinas.
El camino de los venezolanos
ahora no lleva a ninguna parte
dicen que antes llevaba al cielo
Yo digo que también al infierno.
Al menos tenían dos opciones
ahora solo quedan las ruinas,
hermanos venezolanos
por ahora controlen las emociones.
Por ahora unan las manos
y todos tiren para el mismo lado
no sé maten por nadie
la vida de ustedes vale una fortuna.
No permitan que nadie
se meta en sus territorios
el petróleo es sólo de ustedes
no calmen la sed del monstruo.
No permitan que los poderosos
les den ningún consejo
no confíen ni siquiera en el espejo
el espejo les miente desde hace rato.
Que el eco de sus voces
resuene en cada rincón,
no se rindan no se callen
la verdad es su canción.
Luchen con firmeza
sin temor y con razón
porque en sus manos
está la revolución.

Pedro Moreno Mora