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La isla de arena, es un reality de novela que estoy escribiendo en línea. Por eso lo denomino como reality. Este texto que presento vendría a ser la continuación. Espero que le guste. Soy consciente que al no tener final puede resultar frustrante. Pero así es el juego. Desconozco por completo como termina. Tengo idea de algunas cosas mas que suceden pero luego ya no lo sé. De todos modos me comprometo a seguir luchando hasta conseguir redondear la obra y darle un final como corresponde. Un saludo para ustedes.

Por lo antes dicho, ha quedado en evidencia que Argentino posee otro montón de monedas de oro en la casa antigua de Punta Piedras. Que por el miedo evidenciado hacia terceras personas es muy probable que se encuentren enterradas bajo tierra.
Entonces, en Tábata, acude a su mente cierta alocución de reproche al dejarla su compañero fuera del secreto. Además de continuar pensando de corrido, que quizás desconfiando de su presencia en el hogar, las haya colocado en lugar insospechado que solamente el falso terapeuta conocería.
Que a juzgar por la paranoia se puede intuir el tamaño del tesoro.
Tábata se relame de imaginar que cuando regresen lo irá a llevar a comer por diferentes restoranes.
Y Susana se da perfecta cuenta de la codicia de la madame.
Pero Argentino, con animo de discurrir sobre verdades, reflexiona diciendo que en situación como la que están viviendo cualquier tipo de joya es lo mismo que tener cien bolsas cargadas de piedras pomes.
A todo esto, Susana, observando la insistente actitud de ambición que demuestra la cantante soprano del supuesto Colón, la mira de reojos como queriendo matarla arañazos y trompadas.
Finalmente quedando el ansia en veremos, bajo el manto del más vedado suspenso, donde por miedo al que dirán nadie se anima a preguntar ni la hora.
Debido a lo poco que hay por hacer fuera de esperar ser rescatados, como principal entretenimiento miran las revistas antes de arrojarlas, hojas por hojas, al fuego. Más, con ese poco de calor parecen olvidarse del frío.
En un momento Susana reparó en una revista muy conocida, llamada Noticias, que solamente acostumbra hablar de política. E hizo un evidente esfuerzos por decir algo bien populista como para llevarle la contraria a su contrincante artística. Pero finalmente desistió, amagando quemar el pasquín de una sola vez. Lo que significaría tener una buena cantidad de llamas para mirar mientras soñar en salvarse. Luego pudiendo convencer a su padre de a lo mejor ser su marido. Pero se encontró con la resistencia de Argentino; referido arrojar la revista Noticias dentro de la salamandra.
De repente, haciendo reparo en unas fotos de la portada, Argentino observó que hay un artículo que habla sobre distintos atentados terroristas perpetrados por los musulmanes.
Al instante, impidiendo a Susana que vaya a tangencialmente destruír de expresar lo que de repente sintió cual exabrupto de una impronta de carácter valedero.
El motivo principal de tomar la palabra, es que desea hacer una reflexión interesante que a lo mejor les pueda llegar a enriquecer.
Renglón aparte, por el color del agua aún están relativamente lejos de llegar al mar claro y verde. Así que aún es como para permanecer confiados y de este modo poder invertir el tiempo en una inerte espera de solamente conversar animadamente.
-Últimamente, de los muchos posts que publican en la Internet, no logro darme cuenta de si son app o cuestiones ciertas muy sorprendentes. Dijo Susana revisando el celular justo antes de dar por comenzada la exposición de
Argentino. De una reflexión que acaso pueda servir de guía hacia el camino que conduce a la verdad.
Entonces, mostrando las distintas fotos del artículo, empezó por querer explicar brevemente el motivo principal de la guerra entre Rusia y Ucrania. Donde de una manera u otra está involucrado el mundo entero. Que según su opinión, en resumidas cuentas, el motivo radicaría en el avance inaceptable, por parte de Ucrania, apoyada por el imperialismo occidental, sobre Asia; este último, lugar de gran población y extensión geográfica, que ostenta otra manera de pensar y de apreciar la realidad en que vivimos los occidentales.
Resultando para los rusos inadmisible, que siendo que eran los más poderosos y dominadores de la región, donde la propia Ucrania era su aliado incondicional, ahora tengan que tener que aguantar que los pichones los pasen por arriba.
Siendo un factor desencadenante de la presente guerra, que Ucrania está logrando entrar en la OTAN, que vendría ser la unión militar de toda Europa agrupada en una sola entidad de defensa bélica.
Quedando más que evidenciado, que el hecho de tener las armas nucleares cerca de la frontera, es el factor preponderante del conflicto en cuestión. Pués, objetivamente, por esa devastadora vía, hoy día cualquiera que cuente con esa tecnología se convierte en alguien muy poderoso con relación al peligro de destruir al enemigo.
Y como no puede ser de otra manera, más allá del respeto por las democracias, si se las concidera positivamente o negativamente, o se las ejerce, o se escoje como opción una tiranía dictatorial, como sea que sea dentro del abanico de posibilidades, los rusos, por fuerza, quieren las armas nucleares fuera del alcance de su territorio.
Y entonces es que en el artículo de la revista en cuestión, que por el momento prescinde de ser arrojada al fuego, se habla sobre la guerra entre Rusia y Ucrania, pero también se mencionan el atentado a las Torres Gemelas, ocurrido en Estados Unidos; además de un último hecho terrorista contra los Rusos, en un recital de música, también perpetrado por islamistas enojados que se animaron a acribillar sin piedad a mas de ochenta concurrentes. Cuestiones espantosas, los ambos atentados, que Argentino los hubo agrupado de forma paralela, haciendo abstracción de la cantidad de muertos, pues no pasaría por ahí el asunto a meditar acerca de la raíz de su filosofía.
Para lo cual, luego de un respiro para acomodar las ideas. Por cierto, con las chicas, muy atentas a todo lo que dice.
Por falta de mejores argumentos, rematando la exposición, dirigiendo la palabra final directo hacia el meollo del asunto. Diciendo ésto último, muy encariñado con la manera de ver las cosas. Dijo, entonces, apenas hace un segundo, algo así como que el profeta Mahoma, por orden de Alá, antes que nada hubo educado a los fieles musulmanes para ser buena gente.
Dando por descontado que son, los seguidores de Alá, fieles exponentes de la condición de ser, y de insistir en ser, y seguir siendo, antes que nada, buenas personas. Buenas gentes hasta que Alá los reciba en el Cielo.
Para lo cual, la conclusión que se extrae, que aunque cueste aceptarla se cae de madura, quedando la enseñanza al servicio de quien la quiera recoger: Que tanto Estados Unidos como Rusia, al no llevarse bien con los musulmanes, esto sería una muestra clara de que están yendo por caminos ciertamente equivocados.
En fin, las palabras del capitán quedaron rebotando en la conciencia de la concurrencia, siendo procesadas en el interior de los pensamientos. Lo que hizo que el sonido del mar sea de nuevo la canción preferida.
Antes de la casa comenzar a flotar y salir disparada hacia el río, fue la última imagen de Argentino: el tic tac del reloj; el tac tac de la gotera; y el vendaval; que por un instante lo confundió con un tifón. Pensaba en la polvareda que levanta el viento como algo irreal; imposible de volver a poder ser testigo. Factor muy lejano para esta nueva realidad. Por falta de haber podido dormir, la claridad del nuevo día lo obliga a tener los ojos entreabiertos. Y mientras tanto la espuma del mar, que adorna la superficie, acaricia la casa suavemente, un absurdo pensamiento, como salido de un sueño, cruza por su cabeza como quien atraviesa una avenida con semáforo en rojo: Que el llanto de los peces hizo aumentar el volumen de los océanos, más por ello es que se inundó Sudamérica. Siendo que ahora a él le toca ser la reencarnación de Noé, viéndose en la obligación de sembrar el país de vástago, capaces de levantar la nación nuevamente. Aunque, impedido de tener hijos con la Tábata, entonces lo deberá hacer con su primogénita, que si bien ostenta algún eslabón de la cadena ancestral de material de origen asiático, seguramente lo que salga del vientre será como para enorgullecer a la patria que viene por delante. Menos mal que recién la acaba de conocer y éso juega a favor de la impudicia. Percibe que si ella pudiera leer sus pensamientos, seguramente le aplaudiría la ocurrencia. Por ello tiene cierta fe de que será perdonado. Lo que hace que de a poco le vayan entrando al alma los deseos de poseerla comenzando por el espinazo. Reflexionando para sus adentros, que en situaciones de extrema subsistencia, a parte del oro, también los prejuicios carecen de valor y sentido práctico.
Cuando de pronto, al sueño liviano que le sobrevino al discurso de teología, apañada del reflejo de luz que sale de la ventana de la salamandra, una voz grave pero femenina, cargada de nicotina y humo tóxico de las revistas. Hace explosión en sus oídos, más que nada a querer rebatir o poner en duda sus palabras anteriores.
Y quien sino podría ser más que Tábata, la que lo haría levantar en colera, que luego deberá transformar en frustado llanto, que igual que la inundación exterior lo inundará por dentro, para luego llevarlo a un estado de frenesí de fácil domesticación.
-Perdoname que te diga, mi querido, que si es por el asunto de portarse bien, todas las religiones hablan de lo mismo. Es que, para eso están. Por que sí habiendo religiones igual nos portamos mal, que sería de la humanidad sino las hubiera. Sin duda un hormiguero seríamos, gobernados por los comunistas.
Por su parte, Susana, algo entumecida, se levanta del piso diciendo.
-Los hombres y mujeres estamos educados para creer que estamos hechos a semejanza del Supremo. Y por tanto siempre tenemos presente la sensación de en cualquier momento poder encontrarnos con Él en algún estacionamiento. Pero muchas veces me pregunto si en efecto nos a dado la capacidad de entender las cosas cómo son verdaderamente. De saber lo que hay después de la muerte. O tal vez luego de mucho esfuerzo logremos deducir una mínima parte. Pero eso sí, siguiendo el camino de gastar neuronas como lo hicieron los pensadores griegos en su momento.
Así como los animales carecen del poder del entendimiento para no sufrir tanto. Lo mismo nos ocurre a los humanos de resultarnos imposible hacernos de la idea del infinito. Para de esa manera poder alcanzar la felicidad a pleno. Con solamente tener una misión por adelante, que nos obligue a trazar un plan acorde para cristalizar con esmero.
En el más absoluto silencio interior,
cargado del misterio propio de un naufragio, Argentino piensa, que hablar de pasar hambre, en estos momentos, es una verdadera paradoja. Porque teniendo en cuenta al lechón, habría como para hincarle al diente de corrido. Pero si esta tragedia siguiera durando? Si en volver a casa tardaran un año?
Pensando así está, en asuntos de sana preocupación, referidos a los otros momentos difíciles que tendrá que enfrentar en lo sucesivo.
Por ejemplo, cavila sobre el supuesto caso que acudan en su ayuda luego de haber pasado mucha hambre; que será del impulso lógico de atragantarse comiendo? En verdad lo podría evitar? Por ello barajando la idea de ahora en adelante comer con suma precaución.
Se dice para sí mismo,
como para ir acostumbrando al cuerpo. Comeré casi igual que sí estuviera comiendo la ostia.
Pero igualmente piensa en la imagen obvia, de luego de un fabuloso rescate, al caberle la posibilidad de un gran banquete, morder una pata de elefante hasta la mitad apretando la mandíbula cual un cocodrilo. Que si bien, los implantes dentales, son parciales, y de exelente calidad, lo más sensato sería cuidarlos de posibles arrebatos. Hasta los gorriones, de viejos, prefieren comer pebetes antes que corteza de pan francés. Así mastica con fundado temor mientras tanto observa todo a su alrrededor.
Por otra parte, también discurre para sí, en lo referido al asunto del cerebro afectado por un edema; que según su hija le aqueja por la culpa de su tonta concubina.
Al sentirse bien y joven, le da cero importancia. Lo mismo le da; pues entre otras cosas es hora ya de hacerse hombre super valiente que bien sabe como capear un temporal. Aparte que a Tábata, en serio, la quiere un montonazo, y de última, le perdona todo.
Y entonces, de pronto, Susana, casi como jugando a la doctora y el mendigo, le susurra al oído, preocupada: que lo que ingiera lo vaya a ingerir sin sal. Le recomienda comer sin sal para poder evacuar el líquido con mayor facilidad. A lo que Argentino le responde. Por un poco de sal sería capaz de filtrar las lágrimas.
Entonces Susana, insistente, lo pone al tanto de lo que ve y deduce de la relación tóxica que tiene con la cantante Tábata.
Prestá suma atención, amado mío, porque para que funcione la brujería, forzosamente la tiene que aplicar a ritmo sostenido e insistente, debiendo implementar el martirio todo lo más posible.
Y justo fue que Tábata, que estaba apartada sin escuchar el chismerío, se acerca y dice; a propósito del sol que comienza hacer de las suyas; y de haber visto noticias de Medio Oriente donde por el fuerte calor la gente anda con paraguas.
-Vender sombrillas, el negocio del verano en la Meca.
Para luego arremeter, como para, quizás, seguir atosigando cual lo hace siempre. Con el hecho de mantener el fuego de la estufa encendido, sacrificando alguna que otra tabla del pasillo exterior.
-Para empezar a reanimar la fogata, que tal si arrancamos unas maderas de aquí, de la parte de afuera que está mas cerca del mar? Digo, pudiendo de esa manera calentar la pava para cebarnos unos ricos mates; no les parece?
Y de paso terminamos de cocinar el cerdo.
Que tal la idea, capitán?
A lo que Argentino, amargado, responde.
-Lo mejor va a ser cuidar la poca agua dulce ha más no poder. Porque solamente queda medio tanque. Medio escaso tanque que en caso de un naufragio prolongado, es como decir un vaso de soda. O sea que va a resultar preferible mejor esperar a ver que sucede.
-Con éste sol y sin viento será como estar
dentro de una caja de zapatos; sugiero a cambio tomar cerveza de a tragos pequeños. Responde Tábata, un tanto malhumorada, pero risueña. Aunque pensándolo bien, estando en altamar, lo más probable, que no obstante el fuerte sol del invierno, es que sintamos algo de frío. Entonces hagamos lo que vos decís, Argentino. Tragemos saliva.
-Vamos hacer lo siguiente. Vamos a llevar adelante tu idea de tomar cerveza, de a pequeños tragos, cuál si fueran besos. Y en cuanto a tomar mate, bien lo podríamos hacer con cerveza, pero sugiero que mejor no, porque al poco tiempo andaremos los tres caminando en cuatro patas.
Para lo cual, hasta que el capitán lo decida (capitán que jamás hubo hecho un nudo más que para atarse los cordones o usar la corbata) habrá que dar por vedado el asunto de tomar mate, en cualquiera de sus formas. Pero a cambio dijo, a manera de consuelo.
-Para quitarse un vicio de encima, se requiere desafiar dos cuestiones. La primera, es referida a la parte química, en cuanto a que el cuerpo se acostumbra a la sustancia, entonces el cerebro le manda órdenes al organismo de por favor solicitar mantener el suministro. La segunda cuestión, más difícil de superar que la primera, es la de desafiar al propio hábito en sí, y dejarlo desprovisto de la actividad acostumbrada, que vendría ser lo que liga al espíritu con la sensación de bienestar. Al final del plato, pasar la miga. En las tardes de calor, usar el abanico; etcétera.
Por ello antes de iniciar una dieta es importante mentalizarse en cuanto a que se ha llegado a un límite negativo, debiendo por fuerza cambiar la costumbre y reemplazarla por otra. Rápidamente trazando un nuevo itinerario de acciones a realizar.
-Entonces, cuando regresemos, te propongo salir de paseo por el barrio. Y estoy segura que cuando nos vean caminar por la calle tomados de la mano, me dirán, señora, cuando en realidad sólo tengo veinte años. Replicó Susana, como para quitarle una sonrisa al capitán; que tanto ella quiere de verdad.
Luego de Tábata reclamar respeto por la supremacía afectiva que impera sobre Argentino. Ambas mujeres entraron a desempeñar sus modos. Empañadas por un velo de cierta actitud poco amigable. Y tanto anduvieron como gallos de riña dando vueltas sobre el cuadrilátero. Que al final, Tábata y Susana, se trenzaron en pelea verbal.
Empezó Susana diciendo que siendo que Tábata es una mujer tan sociable, poco merece estar con Argentino. Entonces, Tábata, le puso hielo a la provocación, agarrando la escoba y poniéndose a barrer de corrido. Que mientras limpia el salón, con cara contorcionada por la impotencia, pese al disgusto responde de buen talante y de tono relajado.
-Fijate que en aquella alacena hay una caja con especias; agarrá un paquete de páprica ahumada, ponete un poco en la lengua, y vas a ver como enseguida desvías la atención hacia un lugar menos problemático. Vale aclarar que cuando Tábata se enoja despierta en los demás cierta sensación de estupor.
Pero Susana también es brava y ni de cerca se le achica. Entonces dejando la guitarra a un costado, se dirigió hacia la contricante y tomando del rodete una mecha del montón de canas, le arranca un cabello y se lo pone a mirar a contra luz.
-He aquí la prueba de que podrías ser mi abuela, y con todo me querés arrebatar al pretendiente.
Amistosamente, Tábata, sonrió con benevolencia haciendo un gesto afirmativo. Y poniéndose a mirar nuevamente al sol, tiene como un flashes de un segundo, de estar presente en un desfile del veinticinco de mayo junto con su padre, sargento de infantería. Se acomoda el corpiño. Deja la escoba para ir hasta afuera de la casa. De golpe cogiendo una rosa, con diez centímetros de tallo. Que inmediatamente pone en un vaso con agua hasta la mitad solamente.
A todo esto, Argentino, con un mazo de cartas, se hace un solitario, como temblando de miedo.Tardaba en reaccionar porque presentía estar frente a una bomba de tiempo. Aunque en seguida se pone a pensar, en que debería fabricar una vela con una sábana, y un timón con alguna tabla, no logra centrar la atención en el lugar del conflicto. Le cuesta horrores madurar la idea de tener a sus dos afectos más importantes implicados en una clara guerra fría.
-Se juzga al fruto por su madurez, porque cuando está bien a punto, es cuando se siente en verdad exquisito. Dijo Tábata oliendo la flor cual si se le fuese la vida en ello.
De un tibio sonrojarse, de un talante beligerante, Susana comenzó a puntear en la guitarra un tema de su agrado. Compenetrada, pero siempre mirando de reojo a quien cree la peor cosa que existe.
-Vas a ver que cuando llegue la primavera nos vamos a llevar de primera. Dijo la mujer, claramente, más experimentada, sin duda y seguramente por tan solo el hecho de haber vivido varios tramos de experiencia extra. Tengamos paciencia pues aún eres menor de edad, como para alcanzar entender ciertas cosas.
-De a poco me voy dando cuenta que cual esos artistas callejeros que trabajan a la gorra, das amor gratis pero al final de la función, abrís un bolsillo enorme que tiene tu pantalón de payasa, y floreándote como los caballos del hipódromo, pasas delante del público para que arrimen un billete grande. Y guai conque ponga poco. Porque entonces ahí sí que comenzas la venganza de introducir ratones por los agujeros de la nariz para que los roedores le carcoman el cerebro a las personas.
Y quien podría haber dicho esto sino Susana? Siempre resentida por el mismo asunto, de carácter relativo. De creer que Tábata lo quiere volver loco a su padre. Quizás, simplemente, por una conjura de carácter feminista. Donde cada militante debe tener el deber de ir ajusticiando hombres. Sean o no machistas. Siendo que ahora es el turno de Don Argentino. Que verdaderamente adora a las mujeres. Y las concidera cual semejantes idénticas que él.
Por su parte, Argentino, siente deseos de tirar las barajas al suelo y ponerse aplaudir rabiosamente. Más que nada por la garra con que su primogénita enfrenta la situación de disputa. Porque si por el contenido de la disputa fuera, él está bastante conforme con el accionar de su compañera. Sabe, perfectamente, y lo reconoce, que parece un gentleman cuando con ella se exhibe en público; además de haber arrimado buena cantidad de clientes a la gestoría.
-Mi corazón está compuesto por un puñado importante de ciruelos de color bordó. Que para entender el todo, antes debes ir fruta por fruta admirando el sabor y la experiencia de cada componente.
Y así, peleando, reciben la mañana disgustados, más que nada, por la tensión nerviosa propia de la odisea. Aunque ciertamente aliviados por la ausencia de la lluvia; de la lluvia torrencial. Que en estas circunstancias significaría una tragedia.
Y florecen las esperanzas de cuanto menos ver alejarse el mal clima suponiendo que tendrán mejores chances de salvación.
Aprovechando el aire tibio abrieron las ventanas de la casa para ventilar el ambiente y así descomponer el clima de tensión afectiva.
Cada uno a su modo, extrañan estar tirados sobre la cama. Prefiriendo dormir por turnos. O por lo menos eso fue lo que expresaron. Y entonces acordaron que recién después del mediodía decidirán quien se acostará primero.
Tienen mucho sueño pero la travesía recién empieza. Y como en toda canción aún falta el estribillo donde la emoción se ha de acrecentar notablemente.
Al ver la casa, por buen nombre, La Chismosa, con las ventanas abiertas de par en par. Donde el suave viento pinta el interior como con infinidad de filetes de carro de blanca transferencia. Que la hace parecer sumamente reluciente; como recién sacada de la agencia inmobiliaria. Que por ello todos se miran a la cara como diciendo: Cuan brillante está la casa chamigo. Es que acaso recién la adquiriste y te largaste a navegar por los siete mares? Es así como son los sentimientos, que sin vergüenza y aunque nos disguste, son como testimonios reveladores de la realidad. Cual seres vivos con total independencia y total autonomía. Pues en definitiva son el íntegro fuego que va saliendo del ser apasionado.
No se dió por aludido el dueño de La Chismosa al ver la algarabía de invitar al propio Atlántico de visita. Que toda esa verdadera limpieza que se produce con el viento, para nada será en vano mientras exista la retórica.
Entre erizos de la piel que provocaba el momento. Argentino comienza a balbucear unas palabras para sus adentros. Que lentamente van emergiendo de las entrañas, acaparando con soltura la atención del binomio de sus amores.
-Vean, quiero decir algo, algo que a lo mejor pueda sonar pasado de época. O sonar a una cursilería. O tal vez tilinguería. O quizás un exabrupto. Es que al ver tanta pandemia. Pestes de todo tipo que se propagan con total facilidad. Me sale decir, por sí llego a morir, que alguien continúe con la posta. Que pienso que mundialmente hablando. En cada rincón del planeta. En el mismo día.
Todos a la vez. Alunísono. Ponernos, digo, los gobiernos, que por fin se ponen de acuerdo en algo trascendente. A encender la maquinaria al servicio de limpiar todos los hospitales, públicos y privados, hasta dejarlos relucientes. No sin antes fregar las paredes y los pisos, los sótanos y los estantes. Ustedes me entienden, cada rincón, de cada establecimiento. Y mas luego, al momento, instalar en las entradas y salidas, esas máquinas que sueltan rocío de agua. De agua especialmente preparada para desinfectar correctamente. Porque queda claro que de allí, de esos virus hospitalarios, es de donde están saliendo todas las pestes que nos aquejan. Que nos están poniendo, lastimosamente, en jaque mate.
A lo que debo agregar que hay que limpiarse la lengua diariamente. Con una hoja sin filo preferentemente. Claro está, cada uno de nosotros. Pues la combinación de los virus hospitalarios. Que muchas veces se transmiten, afuera de los hospitales, por los propios doctores y las doctoras de la salud. Los portadores. Y posiblemente el personal afectado en esos establecimientos. Digo esa grasa de la lengua convinada con la infección de un virus de los que estoy hablando. Provocan una especie de infección que si no sale de dentro del cuerpo. Se hace fulminante para la salud. He dicho.
Según dice Argentino, las monedas de oro que hay en el tarro, están compuestas por elementos de variada procedencia: Krugerrands sudafricanos, Águilas americanas estadounidenses,
Soberanos de Oro,
Filarmónicas Austríacas, Britannias Británicas,
Pandas Chinos, Dinars de oro, San Jorges victoriosos Rusos, Chervonets Rusos, Vrenelis de Suiza, Nuggets australianos...
En general las son de veintidós quilates. Y desde ya que no son de uso corriente orientadas como para comprar mercadería en el supermercado. Sino que, cual los lingotes, solo sirven a modo de inversión; se podría decir, inversiones de un ahorro personal, por cierto alentado por el propio prócer Faustino Sarmiento, que educaba al ciudadano, desde temprana edad, a comprar estampillas que luego por supuesto tenían un valor de reventa. Ahorro necesario que hoy día se subestima, por ser tan codiciado por los chorros, los políticos, y economistas. En tanto lo consideran como propio; pareciera.
Jurando, Argentino, que el otro tarro que abría quedado en la casa vieja de Punta Piedras estaría aún mas colmado que el aquí presente; entre sus manos pacientes, esperando altivo regresar sano y salvo.
Monedas de diferentes épocas y países, que por allí también las hay de veinticuatro quilates.
-Los recuerdos que tengo del ayer, siempre vienen adornados de las monedas que fuimos juntando y admirando en su debido momento. En aquella época dorada, en que fuimos felices a ultranza. Al punto que con mis parientes jugábamos al piedra, papel, y tijera, como para saber a quien le tocaría poner en el cofre las monedas siguientes; que venía llegando. Las manos temblaban en cada desafío, en que los brazos se agitaban como batiendo un cóctel. Frío y calor sentíamos al percibir las monedas sujetas a los dedos temblorosos. Noche estrellada era el mirar las monedas dispersas sobre la pana en que mí madre las solía exhibir.
El aire atestado de exquisito aliento por el exclamar del familierío al acto de hacer caer las monedas como trigo entre los dedos. Hablábamos del sacrificio que significaba cada una de las transacciones que a los jefes de la familia les deparaba enorme esfuerzo. En fin, era ajustarse el cinturón, y luchar, día a día, y en todo momento.
Es digno de admirar en medio del Atlántico a Argentino recordando esas figuras que hay en las monedas, de diosas con coronas de laureles, de elegantes escudos, y de ciervos galopando suspendidos en el aire. Porque, además, asegura que las tiene dibujadas en los labios de tanto besarlas cuando podía. Y los ojos también marrones y anaranjados, del color del oro, en suavizarse los pigmento al son de la lógica ambición de poseerlas.
Que a menos que sean bacterias de joyería ningún insectos las hubo tocado nunca; acercándose siquiera un poco el vil metal por todos admirado.
Por lo visto y oído, gruesa pared para el alma aquel tesoro adquirido en buena ley.
Y mientras el viento visiblemente salado, seguía entrando en la habitación, la voz de Argentino hablando sonaba como el himno sagrado conque te reciben en el paraíso. En el Cielo luego de haber transitado un extenso camino de portarse como se debe. Es también de admirar de Argentino, el discurso poético empleado en elogiar la vil materialidad. Especialmente la repetición de la palabra: "monedas", que retumba en la mente de las chicas ensimismadas cual ciento de trompetas de una corte de reyes.
Hasta el viento se calla y amaina. E incluso el mar entra en estado de suave murmullo y superficie, para así dejarlo hablar de corrido sin temblarle la voz. Todos juntos le permiten decir al son del yo afectado. Nadie sería capaz de meter bocado hasta diez segundos pasados después de dejar de hablar.
Con vívida atención de la mujeres, se percibe la escena, entre la seudo maleza que hay en el pasillo, con rosas en capullo y macetas con brotes de malbones, de albaca y de hortensias; que se destacan por sobre el otro frente cerrado, gris y sin gracia.
Resulta evidente la huella que ha dejado el pasado en él. Que se traduce en el sentimiento reflejado en los gestos y el semblante acalorado. Aurea impregnada de carros con oro, con miles de caballos acorazados en plata. Que desfilan sobre el capitán sumamente emocionado.
-Mi mayor ilusión sería morir y dejar las monedas para quienes me cuiden en la vejez. Que sin duda serán ustedes dos. Debiendo de prometerme seguir llevando adelante la tradición del acopio. A la vez de conciderar como fundamental el privilegio de poder tener una posible fuente de respaldado por lo que puta pudiera pasar.
A decir verdad, lo reconozco, económicamente hablando, no es una gran fortuna, pero para mí vale como la propia gloria. Dice así, sin poder parar, y sigue de yapa agregando. Que encima de todo puede llegar a tener varios trámites caros que le habrán dejar un buen billete extra, y que seguro los va a destinar a comprar mas monedas del mismo material. Está vez, sí puede, monedas argentinas; si es que las consigue pues son las más codiciadas del mercado; insiste en decir a modo de juramento. Que este verano se quedarán en casa y con lo que ahorren, más monedas comprarán. Como sea que resulte voy a comer queso fresco en vez de gruyere y así seguiré juntando y juntando a más no poder para aumentar el tesoro. Dice y dice sin vergüenza de decir...
A todo esto, en medio de la danza de la fortuna, Tábata, cual si fuera la madre de Susana, le hecha en cara que: cuando coma fideos, pique ajos, tome vino, whisky o cerveza, tenga siempre presente, que la mitad de todo le pertenece. Así sea comer lechugas asadas con el escueto fuego que proporcionan las revistas, que no olvide y tenga siempre presente, más no vaya a mirar para otro lado, que ella fue quien pagó con dinero de su bolsillo la mercadería. Qué se pueden discutir muchas cosas afectivas, si, pero jamás ignorar que las cosas son de ella y le pertenecen. Y si no fuera la mitad, entonces el cuarentena porciento; que de ahí no se baja.
Humo de estertores brasas asoma por la ventana de la salamandra. Débil emanación cual el suspiro de Susana, de tener que escuchar los reproches de la sirvienta de lujo.
Pero la voz de Argentino, que pretende continuar perfumando las nubes con delicioso aliento de felicidad, es de inmediato interrumpida por una voz levemente disfónica que se apresura en decir.
-Cuando la abolición de la propiedad privada sea una realidad, y todos tengamos una casa que nos dé el Estado. Y encima los capitalista dueños de los medios de producción tengan que sacar los pies del plato. Cuando vayas a ser testigo del gran cambio de la sociedad, por la famosa transformación de los bienes privados en producción socialista. Ahí te voy a invitar a mi departamento, y te voy hacer tragar un tarro de miel por la fuerza. Mientras te digo al oído: Mirá cómo al fin la sociedad es ahora una empresa exitosa, orgullo nacional, donde todos participamos de las ganancias por igual. Dale, comete el tarro entero, que por fin alcanza y sobra. Que ahora el país está en crecimiento por gracia del trabajo social. Y ya no habrá más desempleo ni desempleados. Y adiós a las clases explotadas siempre administrando miseria alrededor de ollas populares, donde solo sirven polenta sin tuco. Adiós al soportar opresión y achicamiento del Estado. Y bienvenido el triunfo de la clase obrera y trabajadora.
Pese a que se acentúa el invierno hoy es una mañana relativamente templada. Lo que invita a permanecer optimistas.
Además una cálida soflama proviene de la salamandra, que suelta chispas del tamaño de luciérnagas levantadoras de pesas.
Argentino, absorto de escuchar a su hija discutir, hablando con tanta vehemencia, precisamente a las ocho de la mañana y sin dormir. Le pasa la mano sobre la cabeza cual si fuera una paloma mensajera de su propio aviario. Además, se encuentra inquieto, de saberla con energías como para encarar una guerra. Embriagado de sorpresa al observar su postura socialistas de la línea de los Fernández, de corazón, intenta meterse en la contienda, a los fines de colaborar en ampliar su mente con el aporte de algún concepto político de su cosecha personal. Opinando a su manera de lo que siente, como para así enriquecer a quien tanto empieza a mirar con otros ojos. Pudiendo como consecuencia, ella, amigarse un poco con los distintos programas partidarios del espectro de la política. Entonces Argentino se larga a opinar, que la Argentina, a través del Estado, debería desarrollar mejor la industria en general. E ir con esa plata instalando fabricas de los más variados productos, de en vez de pedir prestado para fomentar la timba financiera, que siempre beneficia a los empresarios a quien no le cierran los balances anuales. Deseando a rajatabla, que por única vez, aunque más no sea, el gobierno actual solicite un préstamos al fondo Monetario Internacional, en exclusivo para instalar una fábrica en verdad rentable. Y así, en el rubro automotriz, por ejemplo, fabricar la mejor cuatro por cuatro que jamás se haya visto. Más luego con la ganancia que se obtenga, devolver lo solicitado y seguir fabricando otros modelos.
Porque la fuga de capitales, producto de comprar cosas extranjeras, hace que esa enorme cantidad de dinero desaparezca de la patria. Insistiendo con el debate, de tener un Estados que sea eficiente, en el sentido de inaugurar fabricas, de diferentes productos, y con ello al fin ser un país de punta. Incluso, sencillo, fabricar armamento militar. Que de paso nos vendría bien para nuestra propia defensa. Porque así, por el camino en que vamos, el dinero no alcanza, y entonces aparecen los problemas típicos del subdesarrollo.
Ignora que Susana solamente desea combatir contra su novia,
llevándole la contra en todo lo que pueda. Pero por el resto es una chica común que acepta los destinos que la democracia propone, por medio del voto popular ciudadano.
Tábata, por su parte, le sugiere a Susana poner el celular al sol para ver, si por ventura, o milagro, la batería se carga, lo suficiente como para enviar un solo mensaje de socorro.
Pero Susana en vez de contestar prefiere reparar en una enredadera que hay, que seguramente con el tiempo le ha de romper a la pobre casa todos los aleros. Porque las enredaderas cuando crecen en demasía, son especialistas para esos fines, de cubrir los sobre techos de follaje, que finalmente, por falta de pintura, se terminan pudriendo. Y ahí fue que Tábata dijo que igual perdonaría a la enredadera, porque de todos modos adora ese tipo de plantas. Y siguió hablando, cual loro, que por comer un choclo hervido, con manteca, daría hasta lo que no tiene. Susana contestando, que a ella le gustaría tener un gallinero, pero que solamente para comer huevos, pues no se atreve a matar ni una mosca. Por su parte, a Argentino, le parece increíble que nadie acuda en su ayuda. Que es imposible que nadie haya visto la casa flotando. Y por ello suponiendo que tal vez hubo muerto mucha gente, por el motivo de nadie haber avisado.
Pueda ser que a esta velocidad pronto vayamos a cruzar el Atlántico; baticina Argentino a modo de humor negro. La tempestad ha sido muy benévola con nosotros, aunque si hubiera otra, podría suceder que no vayamos a contar el cuento.
Del miedo que me provocás, estoy transpirando como una condenada, agrega Tábata, justo antes de pasar el escobillon, nuevamente.
Y a propósito de aquel comentario, Susana repara en que las gotas que despiden los olas del mar, van formando como un especie de rocío sobre la vegetación. O como que alguien hubiera mojado las plantas con un aparato especial.
Y ahí fue que Tábata, como desesperada, anuncia, lacónica, que quedan solamente dos manzanas y un melón; sin olvidarse, por supuesto, de mensionar el lechón. Pero aclara que le sobran las esperanzas de lograr sobrevivir antes de desfallecer de hambre.
Al cabo de un rato, en menos de lo que canta un gallo, han improvisado un timón con un estante de la biblioteca. Lo que hace que en la casa, se defina provisoriamente, una proa y una popa; ésta última hacia el frente, donde hay una pequeña terraza; que más bien es la continuación del pasillo del costado exterior donde están las plantas. Argentino insiste, en solamente querer orientar la barca hacia el poniente. Y que con solo sumergir el estante cual si fuera un remo, vendría a ser suficiente.
Y se enciende la mañana que hace brillar los dientes. De algunas sonrisas que se entrecruzan esporádicamente.
Finalmente Argentino disuelve la reunión y propone, que mejor las chicas canten canciones. Que aunque le hable el sol, igual prefiere escuchar música en vivo.
Sin embargo las chicas optan por continuar discutiendo de política.
-Antes de cantar como un sapo prefiero redondear la idea de lo que venía diciendo; así de paso practico para cuando sea reelecto en Venezuela el presidente que viene estando; y haya aquí un resurgimiento de nuestro movimiento de los Fernández.
-Estate segura que si gana ese dictador, será por medio de un fraude. Además escucho hablar de marxismo y me agarran retorcijones de barriga.
-Sean buenas, eviten enojarse. Se los suplico, si soy el que da las órdenes, lo mío sigue siendo querer escuchar como cantan.
-Con este estado de lánguido apetito, resulta imposible que vaya a querer cantar. A cambio propongo: cortemos el lechón en finas fetas y que vayan a parar a la estufa.
-Antes de comer escuchá esto, muerta de hambre. Los países subdesarrollados se ven obligados a entregar los recursos naturales al imperialismo, a cambio de muy poco dinero. Y encima deben cambiar sus leyes para que vengan a invertir comprando la fuerza de trabajo a precios de esclavos. Siendo que nuestra tecnología es inexistente hay que bajarse los calzones para que se dignen querer invertir.
-Y a mí que carajo me importa, si no servimo para nada.
El nivel de los populistas da vergüenza ajena.
Para crecer como primera medida tenemos que empezar a reconocer que extraer la riqueza de la Pachamama sale más caro de lo que parece.
-El imperialismo vive a costa de nuestras riquezas. Primero nos someten en lo económico, y después nos manejan la vida. Y ahora ponen bases militares, y encima pretenden que vayamos a morir por la macanas que se mandan.
-De que hablás. Es totalmente al revés. Gracias a ellos es que somos algo en la vida. Si fuera por nosotros, salvo un puñado de gente, el resto viviríamos en la peor de las miserias.
Inexplicablemente el otoño hubo dejado olvidadas en el pasillo, hojas secas de árboles sin nombre. Que han hasta formado un sendero del ancho de una pisada. Quizás cual una pequeña profecía, de augurio de una exelente travesía. Y hablando de hojas, el fuego se renueva por viejos magacines, de donde emerge una temperatura que se agradece, pero a su vez sospechada de altamente contaminante. Y dentro de la estufa se deja ver un humo gris entreverado con un toque de verde y rojo.
Desplegando sus alas de condor, Argentino se apresta a fabricar una vela, como para impulsar la casa hacia el continente; y en buena hora sería festejar que sus cálculos sean los correctos de adonde está la costa.
Después de presumir de su bodega, Argentino sugiere poner la botella de cerveza en un balde con agua de mar para mantenerla medianamente aceptable. Al instante haciendo notar que el recuerdo de la experiencia de seguro ha de quedar por siempre alojado en la memoria de cada uno. Así retomando la tarea de acciones náuticas. Mientras trabajaba, volviendo a la carga, haciendo notar que cada situación impresa en el alma desde que comenzó la lluvia, de alguna manera los emparenta por el resto de la vida. Por la inercia de la emoción haciendo mención del recuerdo de sus pensamientos, al momento de la casa despegar del piso y salir flotando: qué por cada hoyo de lluvia impreso en la superficie del río, hubo hecho un voto de esperanza para que la dichosa fortuna los fuera siempre acompañar en la excursión que recién empezaba. Sólo por la fe puesta en el presente es que nacen las fuerzas para enfrentar lo que continúa. Haciendo especial paréntesis sobre las cuántas penurias que debe estar pasando el querido pueblo de La Plata y Punta Piedras. Casi tanto como en una guerra mundial donde desfilan los muertos. Día difícil cargado de penas para la historia de nuestra provincia. Amargura y dolor que jamás se olvidará mientras él viva.
Terminado el momento, pasadas las nueve menos cuarto, donde luego de llorisquear, embarazados de congoja, entre los tres comenzaron a empujar, mancomunadamente, una maceta donde crece una hermosa camelia. Porque temen dejarla afuera y que el tiempo la vaya a devorar.
Sobre el río deben estar flotando los muertos y sus pertenencias. Insiste en recalcar Argentino entre lágrimas de pena.
Cuando mira a su padre luchar para superar el pésimo trance, Susana huele de sí, un perfume especial que emerge de los pezones.
Como contraste, entre las mujeres se ha instalado el discurso del odio. De postulados irreconciliables. No existiendo quien lo pueda quitar del humor impregnado en sus almas. Las chicas llevan consigo una bronca mutua como la zanahoria que hace mover los conejos.
Cometer locuras es lo que desean cuando se miran de frente. De que otra manera podrían canalizar la bronca que no fuera boxeando?
Pero ambas señoritas tienen una expectativa de en algún momento poder cantar cual si de allí proviniera la cura milagrosa de unirlas de nuevo. Como la fuerza que da una buena sopa hecha con ternura y variados condimentos.
Las dos están pendientes de los movimiento de Argentino. Pero por ahí les nace un impulso natural de hacer bromas acerca sus conjeturas. Como por ejemplo, Tábata, que hizo mención de un oso hormiguero escamado, que se creía extinto, que hubo aparecido en los campos de Senegal, comparándolo con Adán. Donde mas luego, de seguro vendrá Eva osa escamosa a completar el círculo.
Pero por más que por allí alguna despierte algún tipo de sonrisa. Igual insultos latentes recorren la atmósfera como espectros encapuchados cual los verdugos de la ahorca. E ingenuo, Argentino, poca cuenta se da del odio con que las chicas se van cargando. Más que nada por ser orgullosas cada una en su hermético mundo. Categóricamente hablando, la bella mañana logra disimularlo todo, pero el volcán está en franco proceso de erupción.
Aun hay vestigios de humedad de la gotera. Lamparón donde se van formando monstruos y duendes de artesanía.
Colchón de huevos con tomate pretende preparar Tábata; con finas fetas de cerdo pegadas al fondo de la hoya. Pero Susana le hecha nieve a la complacencia de responder afirmativamente a tamaño manjar. Porque cualquier idea que surge de la mente de esa ramera. La música del viento la habrá de sepultar en el olvido.
Sin embargo, y ninguna ha reparado en ello, la cerveza tomada a pequeños sorbos, es el único punto de contacto donde se entrecruzan las humanidades; por medio de la transparente saliva.
Feroz descontrol se produce cuando coinciden en los movimientos de cuando acuden en ayuda de Argentino. Se les hunde la sonrisa en la cara que parecen carecer de dentadura. Acentúandose la seriedad y el odio.
Por un momento hubo la sensación de la Chismosa haber cambiado de dueño. Pues las palabras de Susana sonaron como un violonchelo desafinado. Dejá que yo lo atiendo, dijo al momento de extender la sábana. Está visto que cuando Susana está lejos de Tábata, permanece tranquila. Pero ha quedado archi comprobado que cuando se acerca la cantante le aparecen los deseos de discutir por cualquier menudencia. Ella misma se consuela pensando en convencer a Argentino de terminar con la relación que los une.
Con entusiasmo imagina que la cantante súbitamente muere, Argentino llora desconsoladamente, pero igual la envuelve en la sábana que va a usar de vela, toca el agua del mar, la mira a ella para saber si está de acuerdo, y al final la arrojan al Atlántico sin tanto pero. Por su parte, Argentino, de pronto mira hacia el horizonte como para saber cuanta energía habrá que invertir para capear el asunto. Haciendo como un paralelismo con las insinuaciones de Susana. De no saber claudicar en el deseo de tener relaciones sexuales con su padre. Que demás está decir, sería un grave error en la vida de ambos. Por la discapacidad de evitar descarga la calentura, siendo complacientes en barrenar la linda ola. De más está decir que prefiere que Susana se de cuenta sola y dirija su conducta hacia un lugar permitido por la religión.
En línea recta hacia el continente solo se ve un segundo horizonte. Y a los costados lo mismo. Conformado así el plato redondo que de seguro hiciera confundir a los pensadores medievales. Irónicamente cae una pluma del techo y entonces piensa que ojala pudiera venir una gaviota a decir que: apenas después del alcance de los ojos se encuentra la bahía que tanto ansían llegar. La bahía de Samborombón.
Susana vuelve hacer un comentario acerca del gobierno. Pero está vez espantada en serio. Comentario con respecto a cuan bestial le suena la fea proposición. De querer este presidente aumentar la edad jubilatoria hasta los setenta y cinco años. Siete cinco. Remarca a la par de girar la cabeza en ciento ochenta grados. Con la boca grande como la que se maquillan los payasos. Setenta y cinco años en hombres y mujeres por igual. Claro está, pues resulta que por culpa del feminismo, de castigo, ahora nos debemos equiparar en todo lo que venga. Agregó conmovida, aunque dolorida.
Es que ignoran que pasados los sesenta una persona está hecha pelotas y le duelen todas las articulaciones? Con la torpeza de además incrementar la cantidad de desocupados. De por sí abultada cifra de gente sin trabajo. Porque sí resulta difícil conseguir un empleo a los veinticinco, que le puede caber a una pobre señora de setenta años?
Y encima, todo parece seguir siendo cada vez más despiadado, en el asunto de los recortes del Estado. Que nunca logran decir basta! Hasta cuando van a seguir recortando? Hasta cortarnos la lengua para que nos dejemos de quejar? Quieren convencernos en que vayamos a depositar la confianza en los beneficios de la competencia y del mercado, cuando ha quedado mil veces demostrado, que los mercados carecen totalmente de moral. Por ejemplo al subirse los medicamentos oncológicos a precios inaccesibles. Que por culpa de ello muere gente de ha montones. Además de cobrar las mercaderías que resultan saludables a precios mas elevados por el solo hecho de hacer bien a la salud. En cuanto que sí no le ponen sal a las papas fritas, es de suponer que les sale más barato. Pero, no, las cobran un treinta por ciento más caro. Vamos. Que se dejen de joder.
Y así conversan amigablemente mientras la mañana avanza hacia el medio día a paso de soldado raso.
Al respecto de la reforma jubilatoria Argentino opina: que probablemente nos digan las cosas de manera exagerada para que los ajustes nos resulten menos surrealistas. Pero que luego solo vayan a subir la edad jubilatoria solamente a sesenta y siete.
Entonces Tábata, de inmediato, le responde: que aumentan la edad jubilatoria por el motivo que hay mayor expectativa de vida. Porque hoy día una persona a los sesenta y cinco es aún joven. Y la gente está llegando a los cien como si nada.
Pero luego de una breve pausa, donde Susana se puso toda colorada, la misma Tábata hizo una especie de mea culpa. Y se animó a rectificar el rumbo de sus palabras. Haciendo un reconocimiento expreso acerca de que a ella también le espanta la idea de tener que esperar tanto tiempo para ligar una pensión de ama de casa. Puesto que sí uno hiciera un casting de mujeres, de sesenta años, se va encontrar que el ochenta por ciento de ellas, a esa edad, parecen verdaderamente ancianas. Inclusive se anima a reconocer, que por dicho motivo hasta le resultaría sensato que pueda llegar haber una revolución armada en toda Latinoamérica.
Entonces fue que Susana hizo una exclamación de triunfo y hasta se animó a darle una palmada de corte afectiva.
-Que haces, borrega, porque me empujas? Es que acaso no te gusta como opino? Te voy a demostrar cuan infeliz
puedo llegar a ser cuando me sacan de las casillas. Y tanto, que el mar de ayer, te va a parecer una laguna.
A todo esto, Argentino, nuevamente se interpuso entre medio de las dos mujeres, con intención de separalas.
-Dejen de discutir de política que ninguna de las dos está intelectualmente tan preparada como para llegar tan lejos. Por favor, adelante mío, permitan que cada una piense como quiera. Porque finalmente es lo mismo, pues al bicho feo de la pobreza no hay quien la ponga linda.
Más luego de un segundo de silencio, Tábata, con el semblante pálido por la ira. Con los labio morados por el frío. Retorno a su actitud de mujer pendenciera.
-Me hace mucho daño, cuando dice que te quiero volver loco. Sobre todo, cuando voy a ser yo, la que te va limpiar el traste cuando seas una piltrafa humana. Que es éso? Que dice que te quiero llenar el cerebro de agua? Quien le enseña esas estupideces; por demás lacerantes y ofensivas? Ahora mismo le voy a poner un sello en la frente que diga: Basta, loca, para de insultarme!
-Yo estoy muy segura de lo que afirmo. Y tanto, que me animo asegurar que sí mis verdades cotizaran en la bolsa mercantil, de seguro subirían las acciones a quien sabe cuánto.
-Están armando un lío tremendo por poca cosa. Yo las quiero a las dos y nada de lo que dicen me molesta. Por que hacen tanto barullo en momento tan difícil? Por lo menos, traten de esperar a que estemos a salvo, y después sí quieren se agarran de las mechas. Ha que provocar un mal momento extra al que ya estamos atravesando.
-Es que esta piba se mete con el orgullo. Y acordate lo que te digo, que después va hablar mal de vos, y hasta te va acusar de degenerado.
-Una robot asesina parecés así de desencajada. Deja correr la bronca y volvé a sentirte cómoda como hace un rato que querías cocinar algo rico.
-Es tarde. La quiero hacer papilla. Destruirla a palazos por todo el cuerpo, y después usarla de abono para las plantas.
-Dejá de mirar las rosas con intención de arrancar los capullos. Dijo Susana al ver la impotencia de la cantante, que por todos los medios desea descargar la bronca de manera tangencial.
-Hagamos de cuenta que soy el Papa, Argentino, y que ustedes vienen al Vaticano a contarme su problema, donde yo logro apaciguar el odio y hago terminar la guerra.
-Te repito que ya es tarde. La quiero desafiar a un duelo a muerte. La sombra de la muerte se ha metido entre nuestros destinos. Dice Tábata agarrando una cuchilla de la cocina.
-Uy, pero que hacés; inconciente. Como vas a permitir que todo termine de una manera bochornosa.
Somos tres que están en situación desesperada y debemos permanecer unidos.
-Acepto el desafío. Si hay otra cuchilla prefiero ir con la misma arma.
-No se lastimen que aquí carecemos de medicina.
-Aquí hay otra cuchilla. Pero. Sabes? Prefiero matarte a traición.
-Sos el fiel testimonio de lo que es ser una basura. De la mierda de persona que sos. Que ni por las tapas te mereces estar al lado de un hombre como Argentino. Igual, aunque no soy ducha en la materia, te voy a enterrar tu propia cuchilla en el corazón.
-Vos vas a quedar huérfana, porque sino te puedo matar, lo voy a matar al pelotudo éste. Como sea ésto se termina acá.
-La furiosa tormenta no pudo destruir la casa. Lo vamos hacer nosotros? La casa es casa en tanto somos nosotros que le damos vida. Si hasta las gaviotas que las están mirando, las miran espantadas de espanto.
Qué en vez de llorar de odio, deberían reir y cantar de alegría.
-El trébol de cuatro hojas es ahora un cuervo que juega a favor de la muerte. Está piba ha venido hasta nosotros para traer la desgracia.
Y alzará vuelo tu alma hasta perderse en el horizonte.
-Le has clavado una puñalada y está bañada en sangre?
-Correcto. Le he clavado una puñalada y ahora encima la voy a tirar al agua.
-Me suena a mentira lo que estoy mirando. Algo que ni en pesadilla me imaginé que pudiera suceder. El mar se llena de sangre.
-Si la preferís a ella, andá y tirate a salvarla.
-Es mi hija. Poco tienen que ver las preferencias.
-Aún está chapoteando. Tirate pronto; que a lo mejor el plasma atraiga a los tiburones y se los coman a los dos juntos.
Es un momento difícil pero felizmente Argentino logra rescatar a la mocosa. Y aunque con mucho esfuerzo, también consigue subirla a la Chismosa. Es que el piso de la casa flota casi al nivel del mar. Donde milagrosamente la rambla que prácticamente rodea la casa, ha conseguido mantenerse firme.
No obstante, el destino a favor, Tábata insiste en querer hacer daño. Prefiriendo, antes de ayudar, hundir a sus camaradas en las entrañas del océano.
Pero, atención. Al ver salir millones de langostas de la sangre que brotó de Susana, Tábata, ante el fabuloso evento, desiste de su acitud belicista y retrocede.
-Y esta plaga de langostas? Ah, que importa. Vive, hija mía, que aún queda mucho camino por recorrer.
-Argentino, querido, te das cuenta que al son de tus movimientos yo te acompaño cuál si estuviéramos haciendo el amor?
Padre, fíate de mí, que te voy hacer feliz cual si hubieras acertado la lotería.
-Como sea, voy a curarte.
Tantas alegrías me distes al acudir a mi sita. Que en adelante, de la felicidad, van a brotar por todo nuestro entorno, rosas, rosas, y más rosas.
-Y lloveran lágrimas de felicidad entre nosotros, que luego van a regar esas rosas.
-Y para mí no hay aunque más no sea una cala? Dice Tábata sumamente llena de celos.
-Para vos, cara de piedra.
Contestan padre e hija al mismo tiempo.
-Antes que nada, sepamos agradecer el millar de langostas que emergieron del mar bañado en tu sangre. Pues Dios nos ha abierto su casa y ello hay que agradecerlo. Con lo cual sin duda todo a valido la pena. Se dan cuenta? Hemos abierto las puertas del Cielo.
Grita Tábata mirando hacia afuera en busca de seguir viviendo langostas salir del hematoma.
-Pienso yo. Y aprovecho la oportunidad para expresarlo. Que esto que acaba de ocurrir con la plaga de langostas. No se trataría de un milagro en cuestión, sino más bien, de una reacción del sistema que nos rige. Reacción por motivo de las leyes de causa y efecto.
Como primera medida, entendamos que el universo es un ser vivo. Y que los planetas son sus componentes. También seres vivos. Y lo que sucedió fue que al ser Susana atravesada por la daga, eso fue lo que hizo que la naturaleza reaccione como cuando una persona llora de tristeza.
Cuando la luz de afuera indicaba las once de la mañana, la herida terminaba de sangrar. Que de la alegría dan ganas de salir a la calle a festejar. Pero resulta que están en la desembocadura del Río de la Plata con el Atlántico.
Las chicas de la vivienda, debenida en barco, (Tábata y Susana) piensan que otra más de las teorías de Argentino, podría llegar a acabar con sus conocimientos; en el sentido de los tips ir reemplazando las ecuaciones y los teoremas, metidos en los vagos recuerdos que conservan de la secundaria. Pero, por respeto mutuo, ninguna se atreve a despreciar en escuchar sus conocimientos.
Hay poco rigor de invierno en el clima presente. Lo que hace crecer la infundada fe de llegar a buen puerto. Pues la casa está siempre como fondeada en el mismo lugar; en la cuenca del Atlántico.
Y de mientras todo esto ocurre, se dejan ver algunas langostas por el pasillo y sobre las plantas. Que en buena hora sólo una decena han podido entrar de lleno al living comedor. Langostas que agarradas del lomo y de las patitas, Tábata va devolviendo al exterior; como queriendo, por medio de esta acción, reconciliarse con los compañeros navegantes; de además cumplir con determinada condena social, de tener que llevar a cabo una probeishon, con relación a realizar un necesario desalojo de indeseados habitantes. Pero aún caen lágrimas del rostro de Susana, lo que hace la cuestión un tanto desfavorable. Y mientras tanto el padre le sana la herida, todavía van quedando flotando efluvios de furia contenida.
Se trata, la herida cruel, de un tajo en el hombro izquierdo, del tamaño de una gata peluda. Donde primero se hubieron unido las partes separadas por el corte, con tan solo la presión de los dedos, en un hermoso sellado. Con luego aplicar pegamento La Gotita, de fulminante acción rápida.
Entonces, por fin, al ritmo del salvamento, las cosas van volviendo a la normalidad del principio; una tranquilidad donde todo funcionaba de maravilla.
-A ver si me pueden explicar esto. Cómo es que cuando peleaban se movían en cámara lenta, siendo que debería haber sido todo lo contrario. Con decir, que tengo cada fotograma dibujado en la retina. De ver los desplazamientos de formas circulares. Cuál si hubieran estado sujetas, por medio de un auricular, a las instrucciones de un coreógrafo que les daba órdenes precisas de moverse en cámara lenta. Creanme que sentía la mirada como enrarecida, al ver esos movimientos en extremo envolventes.
Con la parsimonia del afectado por un sobresalto, Argentino describe la sensación de lo vivido. Que absorbido por la intriga, le ha quedado al pobre, el carácter propio de un paisano recién llegado del campo a la ciudad. En su momento habiendo gastado toda la carga de energía cinética en querer separarlas, con amor, de un duelo donde sin duda llegaron a peligrar sus vidas. Quedando literalmente hecho una piltrafa, de la inspiración empleada en la empatía de ayudar. Y encima con sus bellas facciones que lo hacen parecer un juez que se desempeña en el juzgado de trancito.
En resumidas cuentas, le resulta difícil entender la histeria femenina con la que poco y nada se identifica. Pero que sabe que se refiere a cierta incontinencia de evitar querer soltar algo que se desea.
Y por su parte, serias las chicas, preocupadas por el que vendrá, sin dar el brazo a torcer, cada una atendiendo su rancho. Además mirando a Don Argentino como ignorando qué contestar a su requisitoria sobre la pelea.
Y aún así, de haber poco espacio para extranjeros, se agolpan algunas langostas más, cual turistas sobre las ventanas cerradas. Donde el suave viento norte se encarga, una a una, de ir despegando de los vidrios. Hasta de nuevo quedar el paisaje al servicio de la sublime contemplación; de observarse las olas, el firmamento, y todo aquello digno de ser apreciado con admiración, libre de obstáculos.
Con su temperamento de hombre emprendedor dedicado a resolver cuestiones de la burocracia, Argentino, necesita, sobre todo de parte de Tábata, que le ofrezca algún tipo de perdón. Dejando de hacerle la cruz a Susana. Pudiendo al fin reconocer, que lo hecho, aún en cámara lenta, se trató de una locura total. Tanto como querer ir al centro de la tierra, descalzo, sin que el calor te vaya a incinerar los callos plantales (que dicho sea de paso, considera que: cuernos de animales, pesuñas y callos, crecen en demasía por falta de sexo. Aunque esto último prefiere guardarlo en la más absoluta reserva). Igual a otras veces que hubo puesto la voluntad en querer cambiar otras actitudes erradas, Argentino, promueve que vuelvan a tenerse aprecio, con la misma perseverancia que si fueran hermanas; o parientes que se quieren hasta el infinito. Insistiendo en pretender, ya mismo, tratar de resolver este grave problema que está frenando el normal desenvolvimiento del hogar. Hogar, éso es lo que desea formar en adelante: Un hogar.
Por su parte, Susana, más que masticar dolor soporta un fuerte ardor. Que lentamente se va esfumando del ser. De ha poco y sabiendo que es hija de Argentino, entrándole al alma, la lógica necesidad de saber la verdadera historia de las monedas de oro. Pero la falta de humedad en la boca es lo que le molesta por sobre cualquier otra cosa. Y así es que solicita un vaso con algo de líquido. Recibiendo a cambio, de su enamorado, una cerveza empezada, a la cual le termina por dar un profundo beso de cien mililitros. Forma de beber, quien por ahora hace recordar a reuniones en las afueras de un kiosco, donde entre varios se pasan la botella amistosamente. Cerveza con la temperatura ambiente que vendría a reemplazar la falta de agua.
Mientras bebe, Susana le ofrece la espalda a su contrincante, lo que demuestra cierto grado de confianza. Dándose a entender que de alguna manera han dado vuelta la página.
Entonces, Tábata, anuncia que va preparar una ensalada; que prefiere dejar los otros planes culinarios para más adelante. Que para poder hacer un guiso habría que tomar la decisión de desmontar las maderas de la baranda. Y eso no lo quiere apresurar por el momento.
No quiere pero se empecina en proponerlo.
Tiene de bueno, hablar de comer, que da a pensar que los problemas se van a ir resolviendo. Que por el momento nadie desea contradecir lo que cada uno de los otros haya pensando. Entonces, de a poco, utilizándose el propio criterio, la conversación empieza a rondar los temas referidos a la travesía. De a lo mejor divisar medanos. De tal vez ver algún que otro edificio. Que para entrar a la playa de la bahía debería haber una corriente que tire hacia la costa. Que el día está super diáfano y el mar ultra quieto. Con el agua prácticamente como estancada. Con alguito de viento, pero nada importante de temer.
Pero Argentino insiste en querer saber: el porque cuando peleaban cuerpo a cuerpo lo hacían en cámara lenta. Y ellas le respondieron, que quizás por permanecer en guardia, al resguardo del instinto de conservación. O tal vez porque sean las dos cantantes profesionales, siendo la manera natural de encarar los desafío, casi igual a cuando se modula la voz al estar cantando.
Los tres quisieran poder gritar: Playa a la vista, pero solo se ve mar sin ningún tipo de mácula.
-Siento algo de culpa por lo que hice. De repente dijo Tábata. Más que por sentirlo, para tratar de quitar la angustia de la cara de Argentino. Que al resultarle imposible encauzar la relación entre los tripulantes, se observa un tanto poseído por la depresión.
-Fui un bobo de dudar de tu grandeza; querida amiga del alma.
Quisiera que podamos recuperar la alegría y que reine un ambiente de bienestar.
Porque así de tensionados es imposible que vayamos a dejar de sufrir, siempre alertas con los cuerpos cargados de resentimiento.
Y sería una grave actitud de terquedad la nuestra, de nosotros pudiendo estar agradecidos de los buenos vientos, a cambio estemos renegando por cuestiones intrascendentes.
Abrimos el paraguas cuando en realidad nos llueve la dicha de estar vivos y dentro de todo en perfecto estado. Y entonces permitamos que esta lluvia de la fortuna nos moje. Dejando de serrucharse el piso con verdaderos ataques de histeria. Terminen de malograr la vida. Demos gracias al Cielo. Y de paso les agradezco a ustedes, por la camaradería que de a poco me van demostrando. Con esta actitud positiva les aseguro que antes de lo pensado vamos a poder retomar el rumbo perdido. Olvidando el mal trago que la bronca nos a dejado en el alma.
Y así continúa la travesía.
-Adiós langostas; que les vaya bien. Espero que la sangre de mi hija les haya servido. De seguro las langostas se van a terminar comiendo alguna cosecha de los campos vecinos. Dice Argentino con afán de enseñar algo nuevo.
Eran las suficientes como para comerse un campo entero. Insiste en remarcar sobre un hipotético pizarrón instalado en el aire. Apuesto a que después, con la panza llena, el viento las llevará para el lado de la provincia de Córdoba. Remata la idea mirando hacia afuera.
-Tengo entendido que son muy desgastadoras. Responde Tábata mientras exhibe una pequeña langosta que hubo quedado.
-Querida Tábata. A esta que ha quedado, ponele el dedo en la boca y vas a ver cómo te lo come. Vas a ver cómo te lo muerde entero.
Sabían que los egipcios dibujaban langostas en las propias tumbas de los faraones? Y así de pequeñitas como se las ve, se e comían los campos enteros, y después la gente moría de hambre.
-Tenés razón. Me mordió como un perro sabueso. Mejor la voy a dejar libre. Adios bello saltamontes.
-Ay, si, que bueno. Me apena mucho verla sufrir. Es el última que quedaba? Pregunta Susana, sumamente encariñada con Argentino.
-Sabés lo que voy hacer? La voy a dejar que esté un rato más con nosotros y después lo suelto. Se me acaba de ocurrir una idea.- Agrega Tábata, algo perturbada al ver a Susana acosando al capitán de la Chismosa. Su capitán.
-Seguro que querés ponerlo sobre la mesa y cantarle una canción de despedida, verdad?
-Les advierto que las langostas atraen a las ratas porque les encanta comerlas.
A lo que Tábata, un tanto inquieta de ver a Susana aplicar un pellizco en la cola de Argentino, responde.
-Dudo mucho que en alta mar pueda haber roedores.
-No te creas. Los más bien se las arreglan para nadar. Dice Argentino como esquivando el sutil manotazo de Susana. Y por allí, entre risas socarronas, se escucha la voz de la preciosa niña lástimada, diciendo.
-Que lástima que cuando se es feliz la vida se pase rápido. Que contrasentido. Tendría que ser al revés.-Enseguida agregando.
Dejémoslo libre. El bello saltamontes merece una nueva oportunidad.
-Cuando alguien muere, de algún tipo de forma, de inmediato se regresa a formar parte de la existencia del universo.
-Susana. Ahora que te veo dolorida, me doy cuenta de la barbaridad que hice. Perdóname. En su momento fui incapaz de darme cuenta. De lo mal que hice en atacar tu parte física. Mirá como has quedado e igual te animas a jugar con Argentino a las escondidas. Insisto en decir que fue una maldita idea haber agarrado la cuchilla para hacerte daño. Cómo se me puede haber ocurrido? En verdad me arrepiento, muchísimo. Vaya, cuánto me arrepiento.
-Deberías poder llorar cuando te sientes así; impotente y con problemas.
-Nos debemos una oportunidad de reconciliación. No te parece?
-Si, claro. Empecemos ahora mismo.
-Vamos a dar vuelta la página y comenzar desde un lugar de mucho afecto. Empecemos cantando una canción para despedir al saltamontes.
-Estoy de acuerdo. A lo mejor el resto de la nube de langostas esté cerca y después de terminada la canción, a lo mejor, logre alcanzar a la manada. La la la. La la la.
Y así es que regresan al lugar del principio donde se trataban de buena manera.
-Hagamos la promesa de ser amigas y dejar de competir al pedo.
-Prometido. Ahora cantemos esa canción que dice: Cantando al sol como la cigarra después de un año bajo la tierra...
-La detesto. La considero una canción de gente de izquierda. Prefiero cantar otra cosa.
Mejor vos tocá la guitarra y yo hago sonidos con la voz como de estilo fantasmagóricos. Um um um. Um um um.
-Precioso. Hacen un dúo fantástico. Y si fueran famosas, sus canciones serían cantadas en todos los estadios. Además de las mujeres vestirse con la misma ropa que ustedes. Quisiera poder escucharlas eternamente. Escuchar y escuchar su música. Que quiero seguir escuchando cantar y tocar la guitarra.
-Pero ocurre que la guitarrista está herida y afónica y le cuesta un Perú concentrar su atención en lo que hace. Mejor dicho concentrar su atención en tocar la guitarra.
-Que te propones ahora? Insistiendo en hacer que los sentimientos agenos perciban la realidad según tus horripilantes ironías...
-Por mi parte, me siento un salame: Pensaba que Susana estaría segura en mi casa y miren lo que pasó...
Entonces fue que en medio de la refriega amorosa y pícara, Tábata, como inspirada por la voz de un mandato, con el puño cerrado golpeando sobre la mesa, aplastó a la pobre langosta, acabando con su vida.
-Pero que hacés? Estabas cantando lo más bien y de pronto matás a la langostas con absoluta impiedad. Pensé que podíamos ser amigas pero veo que estás en otra cosa. Yo pensaba que íbamos intentar reeconciliarnos, y mirá con la que salís.
De repente aplastando a la mascota. Cómo se entiende tamaña osadía? En que quedamos? De la alegría absoluta ahora resulta que estamos en un cementerio.
-Estaba sufriendo. Jamás hubiera podido alcanzar al resto de la plaga. Era preferible que muera. Aparte, vos, tocando la guitarra con tanta energía, podés provocar que se te habrá la herida. Herida de la que soy culpable. En definitiva te tengo que cuidar. Tranquila. Me apoyo en la experiencia para hacer lo que hago. Pero que pasa? Se ha caído al piso la langosta muerta. Como empujada por la naturaleza del universo afligido...
-La inesperada reacción tuya hace que te odie de definitivamente. Pasa que seguro que te la pasas pensando en lo mucho que gozas con los otros hombres. Y entonces te cuesta registrar la realidad que te toca vivir en el presente. Está como ida. Pues esos amoríos que vivís con tanta pasión, paralelamente a tu relación con mi padre. Parece ser, de a poco te van convirtiendo en una bruja de temer, que tus acciones provocan más daño que los propios tifones.
-Hagamos una cosa. Hagamos lo siguiente. Te presto mí imaginación, y ahora mismo conecto el Bluetooth de mi intelecto, y te voy pasando... (bru bru bru) una de mis experiencias sexuales predilecta, con uno de mis amantes favoritos, que es una fiera en la cama, y vos la agarrás para así después transformarla en fantasía tuya, tu propia fantasía, y así esta noche te podes masturbar a pleno, sin tener que usar las imagenes tuyas, las propias que habitan esa cabecita loca, pobrecitas imágenes mentales, tan pobrecitas ellas. Precarios ratones de vos con mi pareja, los dos desnuditos haciendo de las suyas con el impúdico insesto.
Dando por tierra con lo establecido por la ley de los hombres. Eh?
Esta palabras se corresponden con Tábata, que acompañó el discurso con gestos por demás ornamentales.
Donde más luego de un segundo, Argentino intentó suavisar el contenido con algunas risitas desvalorizantes.
-Siendo que sería una sensacional primicia, que te de cuarenta balazos en la boca. Por qué mejor, vos solita, te arrojas al mar, y te ahogas de una buena vez por todas.
Vaya momento de tensión acompañado con arpegios de guitarra. Que Argentino interrumpió con una verdad ineludible.
-Por una langosta no vale la pena, abandonar la linda vida que tenemos a pesar de todo.
-Sabés, tenes razón, que por un pequeño saltamontes no vale la pena que volvamos a pelear. Se conoce a la amistad por la grandeza de incorporar al otro en los momentos difíciles.
-Te veo caliente con mi marido y se me salta la chabeta. Además, te quiero advertir, que aparte de ser un fruto prohibido, por el hecho de ser tu padre, está ocupado con otra señora con quien vive muy feliz; aquí mismo, en la prefabricada de estilo Americano, que con tanto sacrificio compramos.
-Precisamente estamos flotando a la deriva porque Dios nos mandó una tormenta inusual, salida de todo cálculo previsible, para que inmediato deje de ser tu nidito de amor y pase a ser mi crucero del Atlántico; donde pasamos muchas noches de boda. Sabelo, desde que yo entré en su vida vos ya nos sos nadie. Es que, una vez establecida la nueva marca del amor, todo lo otro se borra. Lo insensato es que insistas en querer que la relación de ustedes sea la misma; la principal; la primera. Chau, olvidate, ahora es todo distinto. Ahora es mío.
-Para nada es así. Estamos cada vez mas unidos. A parte te pregunto. Que va a decir tu madre y el mundo, cuando se enteren que querés tener relaciones con tu padre? Te pensas que es fácil querer cruzar esa barrera? Flor de crudo invierno te va a caer sobre la cabeza!
-A mi poco me importa lo que diga la gente.
-Sin embargo en la vida el sol sale cuando sé es amigo de la sociedad. Caso contrario te pronóstico muchas dificultades. Porque sí eres buena persona la sociedad siempre te va responder favorablemente con un buen verano en Miami. Pero sí siempre vas hacer lo contrario a lo establecido, ahí te van a llover piedras que el propio pueblo te va a tirar mientras estés contra el muro de un pabellón. No es lo mismo un buen clima familiar a estar sola encerrada en un manicomio. Te advierto que hay una gran diferencia.
-Que me importa la diferencia que pueda haber. Y a la sociedad mirando con ojos inquisidores. Que me importa, sino puedo tener a mi lado a la persona que amo. Que me rompan entonces el traste a patadas. Que me importa. Otra vez querés que te lo diga? Prefiero ir en cana y vivir con traje a rayitas sosteniendo una enorme bola de metal, sujetada a mí tobillo con cadenas.
Te repito. No deberías haber matado al saltamontes para decirme lo que pensás. En el estanque que tenés en la mente te van crecer flores de cartapesta; de papel corrugado; de papel mashé.
-Sabes? Si querés. Te voy a dar otra oportunidad de ser mí amiga. Siempre y cuando te des cuenta del pésimo camino que escogistes, y así dejes de querer seducir a mi marido; a mi pareja; a mi concubino; o cómo lo quieras llamar. Se muy bien quien es él; y que está de acuerdo conmigo. Lo de ustedes no es posible. No puede ser así. Olvidate.
-De mi parte, te doy las gracias por ayudarme a hacer que Susana recapacite.
Ella tiene razón. Yo solo quiero ser tu padre. Vamos a fabricar un chaleco de plomo para aislarte de la realidad de nuestro contacto.
-Por qué, siendo tan linda, mejor no te abrís al amor, y te busca a alguien de tu edad. Tenés que tener sexo con alguien acorde como para no estar tan caliente. Que aunque te falte un brazo y andes sin una pierna, igual seguís siendo linda.
-A mi me gusta usar la ropa que eligo. Y andar por el camino que me dicta el corazón. Odio caminar por la nieve en sandalias.
-Saco como conclusión que estamos como al principio. Pues entonces cuidate porque te puedo volver a lastimar. Que cuando te veas en una selfie, te vas ver con los ojos morados.
-Bueno. Está bien. Acepto el desafío de ser tu amiga. Pero a diferencia de antes, ahora quisiera que podamos cantar para hacer feliz a Argentino; aunque sea de esa manera.
Tenemos registros de voz muy compatibles y vale la pena hacer sonar nuestra música.
-Estoy de acuerdo. Y ojala podamos utilizar la bronca para poder crear un tema juntas.
Si tuviera mi celular podría escribir allí la letra.
-Puesto que se han puesto de acuerdo. Cómo les suena al oído, abrir una cervecita, y así festejar la buena nueva. Me parece piola que puedan cambiar el chip del odio por otro de artistas creativas.
-Al momento se me ocurre un lindo rasgido con la guitarra. Escuchen.
-Cuidado con la herida. En adelante voy a ser tu alterego. Un espantapájaro de hacerte volar de la cabeza las alimañas del mal.
-Buenísima decisión han tomado. Las quiero a las dos por igual. Y felicitaciones. Que nos queda mucho por navegar a la deriva.
-No hay ni el loro. Solo mar. Puro mar.
-Prometan que las veinticuatro horas van a cantar para mí.
-Allí a lo lejos las nubes parecen formar una cordillera de oscura tormenta.
-Para no amargarnos hagamos de cuenta que no vimos nada.
-En la cima de la cordillera se ve nieve blanca.
-La costa está ubicada hacia donde el sol está comenzando a caer.
Y si comemos mirando para el mismo lado donde deseamos llegar?
-Si, pero antes, cómo la corriente empuja la casa rumbo al sur, voy a poner el timón levemente doblado hacia donde queremos llegar. Porque si la pongo en ángulo muy cerrado, calculo que quedaremos dando vueltas como el perro que se muerde la cola. Según mis cálculos recién cuando estemos a la altura de Mar del Tuyú, divisaremos la tan mentada playa de arena. Enseguida regreso.
-Susana, antes que vuelva, deseo que me cuentes... Cuando fue que te enamoraste de Argentino?
-Quedé flechada apenas lo vi llegar. Se trata de un amor a primera vista.
Y te juro que jamás de los jamases, reparé en los años que me lleva. Nunca me importó la edad. Porque mientras él envejece yo también lo voy haciendo. Y sí es por el sexo, a mí me interesa tenerlo de ha cuenta gotas. No obstante, si pudiera, quisiera empezar hoy mismo. Me derrito por él.
-Es que es tu padre. Te debe tirar la sangre y vos lo agarrás para el lado de los tomates. Pobre muchacha, estar sufriendo por un amor imposible. Quisiera poder hacerme a un lado, pero resulta que yo también lo pretendo.
Además, me lo dijo, Argentino piensa que en estas circunstancias, lo más prudente sería establecer un régimen estricto de náufragos; de vivir a pan y agua. Y en lo referido al sexo, nada de lo que estás pensando. Malas noticias, verdad?
-Ya lo creo que sí.
-Mira, Susana, sin hablar de más, voy a intentar ser clara en lo que te quiero decir. Y si vos sos una verdadera cantante, vas a entender perfectamente a lo que me estoy refiriendo. De lo que te quiero insinuar.
-Creo entender a donde querés llegar. Que aunque me duela reconocerlo, yo también pensé lo mismo...
Hemos revelado algo muy sagrado; y entonces el ser que tanto amamos, debe pasar a ser un angelito.
-Correcto.
Cómo, cuándo, dónde?
-Con la cuchilla, lo más pronto posible, aquí mismo.
-Ahora?
-Quizás si.
-Tengamos en cuenta que es un hombre muy simple. Lo más probable es que no se haya dado cuenta.
-Nada que ver. Es un boca suelta. No te acordás como nos quiso enseñar..?
-Justo que empiezo a ser feliz. A regocijarme con la vida. Tengo derecho a quejarme...
Ahí regresa.
-Voy a permitir que ustedes hagan el amor y en medio del acto lo ajusticio por la espalda.
-Buena idea. Pero no por lo de yo tener que hacer el amor, sino por lo otro.
-Chicas, ustedes hablan de que me quieren tanto, pero les importa un comino lo que yo pienso. Cada cosa en su sitio. Vos, siendo mi amiga con derecho, y ciertos beneficios... Y vos, con solamente ser mi hija; donde no pasa nada entre nosotros.
-Decí la verdad. Te hacés el santo, y el sexo es tu canción preferida. No me lo podes negar. Justo a mí, me lo vas a negar, que soy la víctima principal de tu enorme potencia.
-Y vos que sabés si no tengo otra?
Nunca dije lo contrario. Lo reconozco, me gusta hacer el amor. Y además ser un hombre honesto. Y de ser posible devolver a la sociedad parte de lo tanto que me ha dado; y más. Porque siempre el que se mete conmigo a la larga sale ganando.
El país que amo no ha de ser la excepción.
Cuestión aparte:
Han abierto una tercera cervecita y ya van por la mitad. Por lo visto se quieren emborrachar a toda costa.
-Es que queremos disfrutar como sí estuviéramos en tierra firme.
Che, no te podes quejar... Tener dos mujeres al mismo tiempo, un lujo. Que más se puede pedir en la vida.
-Yo nunca tuve dos mujeres al mismo tiempo. Ni soy un cafishio. Solamente tengo de raro que quiero que me canten en vivo. Y ahí sí, dos mujeres al mismo tiempo.
-Que te parece si toco una base, con: do, sol, re. A ritmo de un lento. Y vos cantás algo arriba.
-Está bien. Tocá que me despacho con alguna canción romántica, bien conocida.
Las canciones románticas es lo que más te gusta para hacer el amor, verdad?
-Cantá lo que quieras, pero evitando llegar a la discriminación en el arte. De ir descartando temas por motivo de la ideología del compositor.
Aunque te advierto que: hacer el amor, en estas circunstancias, y delante de mí hija, lo concidero improbable.
-Quien te dice que a lo mejor sea todo lo contrario...
Y así se va pasando el mediodía, con los tripulantes de la Chismosa almorzando al pie de la escalera. Hablando acerca de lo hermoso que es hacer el amor en situaciones arriesgadas. Teniendo una borrachera muy especial; de reír y de llorar al mismo tiempo. De cantar sólo estrofas aisladas para luego volver a empezar con otra canción.
Tienen a borrachera del humano en situación extrema. Donde el delirio se entrevera con el frenesí. Con las copas doradas por el contacto de la cebada tostada y el sol, hablan solapadamente de sus experiencias sexuales.
Y Tábata, olvidando su personaje de sirvienta, asegura que tiene tantos clientes acumulados que ha establecido un récord. Que se siente una mujer todoterreno, para lo que guste mandar. Y por consecuencia de la suma de muñecos extranjeros, es una políglota de saberse ochenta idiomas. Mientras tanto, Argentino, que sospechaba pero no sabía tanto, siente el resonar de un fuerte bocinazo de camión, a la vez de imaginar una tremenda patada en los testículos de abajo.
Sobran las energías como para tener que estar tan quietos. Y entonces cuando la cerveza toco su fin. Tábata propone jugar al juego de la botella. Que consiste en tumbar el recipiente y hacerlo girar, y a quienes señale el pico y la parte de atrás, deberán darse un beso de lengua. Por ello dejan de hablar y comienza a girar el juego.
Ya en el primer tiro se produce la combinación de padre e hija que deben cumplir la prenda.
Por supuesto que Argentino le quitó importancia y le dio un beso ligero y paternal. Donde suavemente se tocaron los labios.
A todo esto el viento cambió y la correntada comenzó a tirar para el otro lado. Entonces la casa gira, quedando la Chismosa mirando para la cara opuesta del paisaje. Y encima que ahora van navegando hacia el lado contrario a la costa, el futuro pareciera ponerse fatídico al empeorar el tiempo. Pero no obstante, aún sale vapor del techo, porque el sol de alguna manera todavía sigue presente. Pero una sombra gris que proviene del horizonte avanza cubriendo todo a su paso.
Al segundo beso de Argentino, las orejas se le pusieron como antenas de directivy. Está tan sensible que el simple sonido de apoyar la guitarra contra algo duro, le retumba en la cabeza como bombos de una marcha peronista.
-En algún momento vamos a tener que dormir. Por qué mejor se acuestan ustedes primero, y yo me quedo montando guardia. Dice Tábata con total naturalidad.
Y por allí se escuchó la voz de Argentino, como comentando, que al crepúsculo de esta noche van dormir los tres a la vez, y chau con mirar la tormenta que se avecina. Y que sea lo que tenga que ser. Y que venga lo que tenga que venir.
-Es de suponer que con el sueño que tenemos habremos de dormir a pierna suelta como ocho horas seguidas. Y tendrá de bueno que no nos enteraremos de la lluvia.
-Antes, cuando padecía de insomnio, me iba al boliche y solucionaba el problema. Aunque ahora se me cierran los ojos sin poder evitarlo. Dice Tábata bostezando con la boca abierta de par en par. Pero igual, ustedes vayan a la cama, que yo me quedo vigilando.
-Prefiero que canten a seguir jugando a la botellita.
-Los rumores del mar me desesperan. Me estoy quedando empachada de mar.
-Tienen conciencia que por más que pasen cien siglos, esta experiencia jamás la olvidaremos?
-Me siento mareada de tanto mar...
-Es que estamos tomando como si estuviéramos de parranda...
Decime. Vos sos socialista o sos comunista? Pregunta Tábata, cambiando de estrategia.
-Era comunista pero me hice socialista. Pero de un socialismo que está emparentado con el comunismo primitivo. A mí me parece que el socialismo es más justo que el comunismo, que es demasiado capitalista. Y yo soy artista. Y los comunistas se la pasan hablando únicamente de la clase obrera. Y si no hubiera fábricas? Y si solamente hubiera artesanos?
Por sobre las demás cosas, me agrada la idea de socializar. Independientemente de hacer saltar la banca, de explotar la naturaleza más allá de su potencial.
Además, al saber que Stalin mandó matar a León Trotsky, ahí dejé de ser comunista. Éso no sea hace. Los comunistas utilizan a los socialistas para igualar, pero finalmente es otra idea distinta; muy distinta.
-La resignación es la mejor opción para terminar con la ansiedad de querer saber el final a la mitad del cuento.
-Y si te dijera que a Trotsky lo mataron agentes de la CIA infiltrados en el movimiento comunista?
-Igual eso pasó hace mucho. Ya se deben haber zanjado las diferencias. Además es absurdo pensar que nadie está exento de sabotaje. De la contaminación cruzada de la política.
-A mí, si me tratan como a una desconocida, después me siento muy sola. Uno se siente mas cerca del otro cuando se hace cargo de la parte fisiológica.
-Por donde está el sol, ya deben ser mas de las doce y media.
-Tengo la fea intuición que para el verano vamos a estar todavía navegando. Podríamos aprovechar a vender tragos para los surfistas.
-Para la primavera tengo pensado venir a vivir con ustedes. No sé para donde señalar: porque quiero decir, a la casa de ustedes, pero resulta que estamos en alta mar.
-Podríamos pasar la Navidad juntos.
-Fuera de broma, pretendo converser a tu novio de ser mí marido.
-Está bien, te lo presto. Para que seamos amigas quiero darte algo que aprecio demasiado. Me vas a tener que reemplazar desde ahora mismo. Es horrible desear a alguien y no poder sacarse las ganas. Quedarse masticando bronca por no poder concretar los deseos.
-Cuelgo el teléfono, basta de hablar de este tema. No hablen por mí. Ella es mi hija.
-Pienso que con dos monedas de oro podríamos hacer los anillos. Sacando los bocados con una herramienta especial...
-Vos, hablalo con él. Y sí te dice que si, ya veré que hago. Pero que no sea ahora porque no sé nadar.
-Si te mandás a mudar, la va a pasar tan bien, que pronto vas a caer en el más absoluto olvido.
Lo mejor es vivir el momento; estás de acuerdo Argentino?
Entonces Tábata dice, que quisiera poder reproducir los pensamientos, porque siente que piensa como si estuviera recitando la poesía de la indiferencia.
En tanto que Susana, al sentir el vacío de Argentino, vuelve a la carga con el tema de la política, con la simpática ocurrencia, de que el individualismo de los libertarios se está viendo beneficiado por gracia de las vitaminas y los anabólizantes.
Y así, medios borrachos, siguen hablando cada uno metido en su película.
Hace un rato estuvo la luna en el cielo, tímidamente compartiendo la mañana con el sol de compañero, pero las nubes abazan, amenazantes, y todo lo van tapando.
Y de golpe el sensor enciende las luces de afuera porque se está nublando y ha disminuído la luz.
Saturado de escuchar siempre lo mismo. Argentino está pensando que a lo mejor su hija tenga algun tipo de retraso mental. Pero es tan bonita que suena improbable que así sea. Y otro tanto le ocurre con la hermosa Tábata. Que aunque ahora no tanto, siempre se vanagloria por la permanencia a su lado, aunque más luego, cómo siempre lo hace, desaparece por varios días; que Argentino hace la correspondiente denuncias por desaparición de persona, pero en la policía ya lo toman para la joda.
Susana se dormita y sueña, conque los brazos de Argentino la rodean. Y que ella cree que su barriga está llena de líquido, pero al final es que está embarazada.
-Tomé mucha cerveza, quiero hacer pis. Dice Susana presa de escalofríos apenas se levanta.
-No hay problema. El caño de desagüe desemboca en el océano.
-Estamos al horno, allí estalló un relámpago, largo como la raíz de una planta rastrera. Dice Susana, dirigiéndose al tolette.
No obstante el mal tiempo que se avecina, se mantienen optimistas, y siguen teniendo esperanzas de sobrevivir. Finalmente, tienen la sana convicción que van a salir triunfales.
Nubes oscuras, viento nuevo, arremolinado; más sonido de arcadas estomacales de una guapa señorita. Argentino, a medias preocupado por Susana, se acerca al baño a ver sí en verdad la puede ayudar en algo. Por todos los medios evitando entremoterse demasiado. Y entonces, como de puntas de pie, se queda esperando frente a la puerta. En esas idas y venidas en la que está metido, de las que va y vuelve de un lugar a otro. Encontrando sin querer, ni imaginando ex profeso, una botella de vino, escondida en un rincón del salón comedor donde están reunidos. Descubriendo así, que aparte de la cerveza, y a juzgar por la borrachera, su hija está dándole besos a otra de San Felipe blanco. Y ya, convencido del fraude, alertado de lo que sucede, continúa inspeccionando hasta dar, porque la patea, con otro chablis de la bodega Bianchi. El cuál levanta, y observa, que volteado el recipiente para abajo salen solamente un par de gotas. Para lo cual queda convencido que ambas mujeres están pisando el corcho, fulero, paralelamente al ritual de la cerveza en darle besotes. Empezaron con besos, continuaron con copas y besotes, y ahora descorchan botellas tras botella a troche y moche.
Por su parte, el viento, tímidamente comienza a levantar olas del tamaño de pliegos en una lona de barco. Y trascarton, comienza a gotear levemente. Unas santas gotas, bastantes grandes ellas, pero sumamente espaciadas. Lo que da a pensar, que se trataría de una nube que hay arriba del techo; solamente. El resto de la nubes van pasando, como ganado que el arriero lleva, secas como el desierto de Sáhara.
De pronto, tociendo Susana en el baño, que apenas se puede escuchar el batifondo de afuera.
Cuestión aparte, la herida pareciera estarse le infectando.
La casa se ladea y un poco de agua está entrando por la puerta que da a la escalera. Difícil momento para la familia del honesto gestor, que sabe hacer promedio entre lo negro y lo blanco. Familia de tres, donde se conocen a fondo, pero que por momentos sólo pareciera ser en apariencia; pues la realidad indica que a veces se comportan como verdaderos extraños.
Pero así como vienen los problemas, y también aparecen las soluciones, Argentino descubre que por error, están navegando hacia el interior del océano. Yendo de inmediato a la popa para torcer el timón en sentido correcto. Entonces piensa que: dentro de todo ha sido pequeño el error. Y que lo mejor será, en adelante, permanecer alerta, tranquilo y optimista; sin meterse tanto en asuntos de vino y polleras.
Al rato de estar internada tosiendo y vomitando, como no podía ser de otra manera, Susana sale del baño pálida y tambaleante. Quedando al descubierto una interesante mamua.
Y así es que el clima va quedando como estanco metido en una especie de inestabilidad rimbombante.
Todo pasaba sin grandes novedades, hasta que llegó la hora del postre, en que Tábata cortó un alfajor de maicena en cuatro partes iguales. Aún falta bastante para que llegue la noche, y para que comienzen a titilar las consabidas estrellas; además de aparecer la luna brillando para quien la guste mirar.
Argentino exige explicación por esas botellas que agonizaron. Solamente encontrando evasivas puntuales. Dándose comienzo a una sonada samba, a fuerza de voz gastada y guitarra destemplada. Pero así y todo lo sacan del trance al hombre enojado por causa de ir perdiendo el poder. No obstante, se niega a quedarse esperando demasiadas explicaciones, y se entrega, como expectador de primera fila, al sonar de las canciones.
Entonces, Susana, se disculpa diciendo que tomaba a escondidas para poder sobrellevar la presente tragedia.
En tanto que Tábata, de manera canchera, minimiza el asunto considerando que cada uno debe poder hacer lo que le venga en gana.
Por fortuna las cosas no pasaron a mayores, sino que además eligen continuar bebiendo otro poco, pese al gran pedalín.
Después de un rato dejaron de cantar, más que nada porque las voces se salen de tono, pegando enormes saltos hacia los altos agudos de tipo flautín.
-Pido disculpas por haber tomado a escondidas, pero necesito continuar emborrachándome. Es mí entera culpa, estar haciendo algo fuera del protocolo. Pero aclaro que es a modo consuelo en retomar la alegría primera.
Luego lo acusaron a Argentino, de tener cara de enojado, que no tiene sentido que deje de estar risueño. Y como siempre sus ojos se llenaron de piedad.
En cuanto a opinar se refiere, de lo que sucede, ninguna de las chicas logra adivinar el futuro, pues sienten que están siendo ayudados como por una varita mágica.
En resumidas cuentas retoman la charla de donde la habían dejado, cuándo hablaban de la posibilidad de una tercera guerra mundial.
-Es de festejar que por el callejón donde se haya la vía Láctea, corran nubes de variados colores. Dijo Argentino antes de fijar una posición con respecto al problema que en estos momentos más aqueja al mundo.
Por como se van agrupando los bandos, protagonistas del conflicto, con sus respectivos aliados. A primera impresión, es de suponer que el origen del problema está en la vieja disputa, entre el occidente judeos cristiano, y los ateos comunistas. Recalca Argentino envalentonado por el entusiasmo de poder disertar de cosas que lo entusiasman.
Y apartada de toda gloria, Tábata, descorcha un vinito más; Santa Ana, cosecha especial.
Una luz diminuta que sale de la sonrisa de Susana, le da fuerza a su padre para continuar monologando.
Los rusos comandados por Putin, acusan de nazismo a la ideología predominante de occidente. Y ustedes, lo mismo que yo, y muchísimas personas, se preguntarán, de qué nazismo hablan? Si los ingleses, los norteamericanos, y toda europa, en su momento lucharon contra el propio nazismo, hasta por fin vencerlo. Incluso arrojando la bomba atómica. Entonces, me pregunto, a que se refieren con esa acusación de nazismo? Punto número uno:
La existencia exige mejores explicaciones que un simple me parece. Entonces se convierte en muy cuestionable, el hecho de permanecer indiferentes a lo que la realidad nos propone. Para lo cual les pregunto. Es posible que en una situación tan delicada, se utilize el lenguaje de una manera simbólica? Digo, que una potencia mundial, vaya a estar utilizando el término nazismo de manera figurada? Cuando, además, en los noticieros, se pueden ver a los soldados rusos, en combate, insultando a los soldados ucranianos, acusándolos de ser uno malditos aderentes al partido nazis? Entonces me pregunto y les pregunto, nuevamente: como puede ser que ahora hayan tantos adeptos a una ideología, repudiada por el mundo entero, que además ha sido vencida con toda claridad? Ideología poco seria, en tanto hace apología de la muerte, por el hecho de sentirse superiores. Concreción y apología. Superiores a quien? Puede ser un ovejero aleman superior a un pequinés. O un mastín a un boxer. O un chihuahua a un perro de la calle. Ni los propios nazis se creen esa teoría de la raza superior. Teoría, palabra que les queda grande. Por favor, en todo caso, es al revés: El superior resulta ser el inferior.
Quien hizo, lo que ellos hicieron, jamás puede ser considerado un ser superior. En todo caso la gente de color son seres superiores, pues no molestan a nadie, se destacan en todos los deportes, en el arte; dando la ventaja de ser oriundos de un lugar difícil que arde por culpa del magnánimo sol; de además haber tenido que soportar las laceraciones que los hombres blancos le infringiendo a lo largo de la historia de la esclavitud. Por lo tanto la idea de la raza superior no tiene sustento; no ha lugar. Pero sin embargo, se insiste en acusar de nazis a prácticamente una tercera parte de la humanidad. Que hasta los propios judíos de Israel están siendo acusados de pertenecer a esa realidad ideológica del movimiento de la cruz esvástica.
Es una idea del ser superior, es una idea que es la nada misma en persona. En tal caso podrían llegar a ser superiores los seres buenos, educados e instruidos, para hacer el bien. Entonces, Tábata, logró meter bocado en medio de las habladurías de su pareja. También un tanto salpiqueteado por el alcohol.
-Te lo voy a decir de esta siguiente manera.
Ese Putin es un gato sarnoso, que para perpetuarse en el poder, inventa excusas raras. Y así se convierte en un dictador porque sino no lo vota ni la madre. Pasa que para poder concretar un plan de estabilidad necesitan mucho más tiempo de lo que indica el período democrático. Los dictadores son seres que van pisando pobres gentes para lograr imponer su voluntad. Ha como sea. Todo tipo de escusas utilizan para tener razón. Son unos insectos, unas asquerosas babosas
que se alimentan del interior de las cucarachas.
Ahí fue que Susana soltó una carcajada de donde le salió un escupitajo, cual centro de caracú que se escapa del hueso al ser soplado. Haciendo posible, que en la pausa obligada que se produjo, Argentino pueda retomar la palabra y así continuar con su alocución sobre el seudo nazismo de hoy día.
Desesperadamente, Tábata, regresa al beber de la botella como forma de besar a alguien.
-Al amanecer, el sol volverá a salir, incrédulo, de saber que el mundo puede terminar muerto, sí se tira una sola de esas bombas nucleares. Puesto que el que la arroje, antes que le respondan, va a seguir tirando otras más. Y es por eso que el presidente de rusia habla de un nuevo orden.
Yo estoy seguro que en esas latitudes, se le dice nazismo, a la tendencia del mundo a ir camino hacia la igualdad de género. Porque ellos sienten que la cosa no termina en aceptar las diferencias, sino que además existe un querer imponer, que los humanos en general, sean por obligación, adeptos a la bisexualidad; con aparte tener el deber de ejercer esa condición de forma obligada. Y ellos no quieren saber nada, ni con la igualdad de género, ni con el aborto, ni con darle rienda suelta a la homosexualidad.
Una hormiga que salió de una de las macetas. Incrédulamente, o quizás con poco deseos de seguir viviendo, se aproxima hasta el medio del salón, donde sin querer, es pateada mientras se va en busca de otro poco más de bebida.

Texto agregado el 29-07-2024, y leído por 66 visitantes. (0 votos)


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