Primero cambié de camino
después cambié de vino
al destino le quité autonomía
elegí lo que a mí me convenía.
Eliminé todos los miedos
y todo el peso de mi alma
de mi mente eliminé los recuerdos
y esperé la sorpresa del nuevo día.
Andando por un camino nuevo
una mujer bella vino hacia mí
me invitó a tomar vino dulce
cómo si supiera que amaba la bohemia.
Esa mujer muy hermosa
era la que yo andaba buscando
después de presentarnos
brindamos por conocernos.
Después de ese viernes lluvioso
vinieron muchos viernes de sol
hubo muchos brindis solos los dos
el día de hoy ya vivimos juntos.
Valió la pena
revelarme contra el destino
se acabó mi condena
a la tristeza y soledad.

Pedro Moreno Mora