Tarde de sábado, apacible, nublada. Ideal para tomar un café o un chocolate caliente. El cielo amenazaba lluvia; sin embargo, no ha llovido. No hay nadie en casa mas que yo, así que el momento es ideal pata escribir o leer. O para escuchar música.
Estoy leyendo una obra de teatro de Francisco Tario: El caballo asesinado. Encuentro en ella ingenio, humor y oficio de escritor. Una historia de soñadores, muertos y fantasmas asesinos. Hombres muertos que parecen vivos. Un detective sobrenatural y sagaz para descifrar entuertos y asesinos. Una familia soñada que podría ser real y no soñada. Tario juega con la vida y con la muerte como le conviene. Algunos de sus personajes son asesinos y víctimas al mismo tiempo.
No leo mucho teatro, pero piezas como la de Tario me sorprenden y dan ganas de acercarse más a este género literario.
Por otra parte, me gusta la música, de muchos géneros; pero hoy por la mañana mientras realizaba algunas tareas caseras, el rock de los años 50´s y 60´s en inglés, inundó el ambiente de la sala a un volumen generoso. Roy Orbison, Ritchie Valens, Elvis Presley, Buddy Holly, Neil Sedaka, Little Richard, Chuck Berry, Paul Anka, The Ronettes y muchos otros, se dejaron oír en el famoso Spotify. No creo que haya necesidad de decir nombres de canciones, pero Pretty woman, Jailhouse rock, Come on, let´s go y Be my baby son muestra suficiente.
|