Inicio / Cuenteros Locales / Betelgueuse / Los años pasan
Hablar de Armanda era su principal actividad. Ella colmaba cada célula de su ser. En cada porción de su corporeidad y la parte sutil estaba ella presidiendo sus acciones, pensamientos, pasiones, dudas, contradicciones, aprensiones, arrebatos y sobre todo el amor que él sentía por ella, porque ella era todo aquello y más influyendo directamente en lo que el podía sentir y hacer. Por ello es que cuando se separaron en el quedó más que un orificio, una herida, quedó una copia de Armanda presidiendo sus movimientos y evoluciones. Ahora que ella no estaba recordó la primera vez que la vio. Fue cuando él llegó a trabajar al diario de la ciudad y ella ocho años menor estaba sentada esperando que su novio la pasara a buscar. Nadie sabía pero en ese tiempo ella apenas veia, pero se las arreglaba con mucha actitud para avanzar con elegancia y recatada coquetería. Su carencia de visión le permitió por ejemplo reconocer la benevolencia en los demás y a partir de ello generar lazos fuertes. De otra manera no se hubiera encariñado de ese estudiante de periodismo que le parecía tan interesante.
Cuando con el paso de los años pudo moldear sus córneas con láser volvió a verlo y si bien estuvo atenta a cada imperfección que delataban sus años reconoció a aquel que en sus años mozos la llevaba por largas horas en caminatas interminables solamente porque no era capaz de decirle tiernamente te quiero.
Continuará......
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Texto agregado el 09-07-2024, y leído por 52
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