En el texto anterior Sobre la crítica teórico formal como crítica limitada (1) (https://www.loscuentos.net/cuentos/link/619/619118/) expresé de nuevo algunos contenidos de mi concepción general acerca de la utilidad de las aportaciones que puede dar el crítico teórico formal. En el presente escrito, continuación del anterior, expondré de manera concreta cómo la crítica teórico formal queda limitada y no ofrece ni recursos creativos al que escribe, ni orientación alguna para adecuar contenido y forma en un relato. Voy a utilizar tres escritos: mi relato La ceguera del novio (https://www.loscuentos.net/cuentos/link/619/619086/), mi trabajo reflexivo El teórico formal y el creador activo (https://www.loscuentos.net/cuentos/link/618/618994/) y el trabajo crítico de Edmundo Rojas Riquelme, titulado Finales malos (https://www.loscuentos.net/cuentos/link/619/619088/), trabajo que me ha servido de estímulo para éste.
Lo primero que hace Rojas Riquelme es poner un marco teórico general para establecer su crítica a mi relato. Este es el primer defecto de su procedimiento crítico: no partir del relato concreto sino establecer de antemano un marco teórico. Este defecto ya lo anticipé en El teórico formal y el creador activo cuando expresé que el crítico teórico formal «no parte de la realidad concreta que es el texto» y «va de sus conceptos formales a la realidad, pero nunca al revés». El segundo defecto de Rojas Riquelme, es el intento forzado e infructuoso de encajonar una creación particular, un relato, en un marco conceptual dado de antemano. Este segundo defecto también lo anticipé en el mismo trabajo cuando exprese que el crítico teórico formal «tiene por conceptos, fórmulas, y busca entender con ellos lo que lee. Pero lee y no estudia.»
Cabe decir que el marco teórico general que establece Rojas Riquelme no es suyo (lo cual no lo desmerece, pero debería haber sido honesto al usarlo) sino que pertenece al escritor Ricardo Piglia y está expuesto en su trabajo Tesis sobre el cuento (https://ciudadseva.com/texto/tesis-sobre-el-cuento/). El contenido de los apartados I, II, III y V del trabajo de Piglia es lo que expone Rojas Riquelme en el suyo principalmente.
El marco teórico de Piglia no fue el punto de partida para la creación de mi relato por lo cual no lo hace adecuado entonces para explicar con precisión y profundidad su creación. Las dos tesis de Piglia que se exponen en dichos apartados se muestran insuficientes para explicar su gestación ¿Pero hay que desechar estas dos tesis de Piglia de modo general? Pienso que no. Pienso que pueden ser herramientas o puntos de partida válidos para la creación y procedimiento analítico de otros relatos si se quiere, pero repito, no para el mío.
En su primera tesis Piglia afirma: «un cuento siempre cuenta dos historias».
Rojas Riquelme, toma esta tesis para decir de mi relato que tiene dos historias y a partir de esta afirmación dice: «La historia 1 es la que se nos dice explícitamente: están (los dos personajes) en el aeropuerto, recorren los pasillos y suben al avión. La historia 2 es que la relación está mal y a ella no le gusta viajar en cabina.»
No hay dos historias como cree Rojas Riquelme. Hay una. Una que como todas debe necesariamente articularse en dos planos: por un lado, en hechos o actos objetivos exteriores a la conciencia y por otro, en contenidos subjetivos, interiores a la conciencia. Lo que Rojas Riquelme llama la historia 1 no es más que el plano de la realidad exterior a la conciencia y lo que llama historia 2 no es más que el plano de la realidad interior a la conciencia. A partir de esta distinción básica, todos los juicios posteriores que Rojas Riquelme hace de mi relato teniendo por base la premisa de las dos historias de Piglia quedan invalidados. Rojas Riquelme, quiso, como antes dije encajonar en un marco conceptual general que no es suyo algo que no acepta ese marco. Convirtió de esta manera la tesis de Piglia en una mera fórmula.
Acerca del final del mismo Rojas Riquelme afirma primero que es «fallido». Me parece abstracta la afirmación y por eso vacía. Abstracta quiere decir que no se concreta. Espero su concreción pero no llega ni siquiera cuando alcanzo a leer lo que supongo es su fundamentación: «Hablando de los finales, una de estas características es la resolución de esa segunda historia» Pero ya demostré que no hay segunda historia, luego no hay resolución de la misma ¿Qué querrá decir Rojas Riquelme entonces? No se sabe: desde lo abstracto vacío es imposible saberlo.
También habla, de forma general y abstracta, que hay cuentos con "final sorpresa sin sustancia". No se sabe por qué lo plantea. No se sabe si lo atribuye al relato que somete a crítica. Si lo hace, no lo explica. Yo adoptando la misma falta de concreción puedo decir igual lo contrario: «hay cuentos con "final sorpresa con sustancia"» y se zanja el debate en lo general; «mi relato tiene final sorpresivo con sustancia» y se zanja en lo particular. Rojas Riquelme puede esforzarse en encontrar la "sustancia" por él mismo o, si quiere, preguntar al autor.
Ya dije que el crítico teórico formal «no parte de la realidad concreta que es el texto». Rojas Riquelme sigue este patrón y me lo demuestra cuando cuenta de manera imprecisa el argumento de mi relato. Dice lo siguiente: «La novia desaparece en el área de seguridad, dejando al novio preocupado y confundido. Después de mucho buscarla…» El novio no se pone a buscar a la novia. Este detalle es importante en mi relato y está muy conectado con el contenido. Pero descubrir esa conexión y subrayarla Rojas Riquelme no puede hacerlo porque no atiende y no piensa sobre el contenido. Y ese contenido está determinado precisamente por la relación que mantienen lo que Rojas Riquelme quiso llamar (tomando prestada la tesis de Piglia) «la historia 1» y «la historia 2».
En suma, lo que observo en el procedimiento crítico de Rojas Riquelme me sirve para concretar la naturaleza general de la crítica teórico formal en las siguientes ideas:
1) La crítica teórico formal no parte del relato. Parte de un marco teórico general.
2) La crítica teórico formal fuerza la relación entre el relato y el marco teórico general en un intento de adecuarla para explicar el relato, esto es, convierte los conceptos en «fórmulas».
3) La crítica teórico formal no dice nada acerca del contenido humano universal que subyace en el relato, luego no dice nada acerca de su contenido sustancial. Y como no dice nada acerca del contenido del relato, tampoco puede decir nada acerca de la relación con su forma.
4) La crítica teórico formal no dice nada acerca de la forma del relato porque se expresa de manera abstracta y por ende, vacía.
5) La crítica teórico formal no propone alternativas que den aliento y motivación a los creadores literarios y en este sentido, al ser dañina y paralizante, se presenta como innecesaria. Y lo que no tiene necesidad de existencia debe desaparecer.
David Galán Parro
7 de julio de 2024 |