Me encontré una rosa roja en la calle,
antes de que muriera de frío,
antes de que volviera a llover
rápido la lleve para mi casa.
A pesar que estaba maltratada
aún conservaba su aroma exquisito,
poquito a poquito llené mi alma
de ese aroma tan natural.
A mi casa llegó tiritando
antes de que muriera de frío
la fui abrigando y en mi cama
la besé muchas veces.
Al día siguiente la sembré en mi alma
ese era el lugar más indicado
para que creciera sin peligro
y echara raices en mí piel.
A la vuelta de unas semanas
estaba muy hermosa
tanto que las rosas de mi jardín
empezaron a ponerse celosas.
Ellas querían que las cuidara
como la cuidaba a ella
querían verse bellas como ella
con todos mis cuidados.
Autor: Pedro Moreno Mora
Texto agregado el 03-07-2024, y leído por 70
visitantes. (3 votos)
Lectores Opinan
03-07-2024
Jajajaja... esto no puede ser cantado en ese ritmo. eRRe
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